Steven Soderbergh es el director de esta película que toca los límites de la maldad y los sobrepasa. La película hiperrealista fue filmada íntegramente con un teléfono celular, lo cual le da un tono documental y escalofriante a la historia.
Sawyer Valentini se mudó de ciudad recientemente para escapar de un acosador, y trabaja en un banco. Un día, buscando participar en un grupo de apoyo mutuo, realiza una consulta psicológica en una clínica privada en la cual es internada en contra de su voluntad.
Los psiquiatras y los enfermeros que la tratan piensan que sufre paranoia. Sin embargo, ella está segura de que el hombre que la acosaba sigue persiguiéndola y ha tomado la identidad de un trabajador de la clínica.
La película es fuerte y por momentos resulta difícil de digerir. Las sociedades contemporáneas han naturalizados dos formas de violencia hasta volverlas invisibles: la violencia machista y la violencia psiquiátrica.
La protagonista atraviesa un infierno que cualquier mujer que haya sido acosada o psiquiatrizada podrá identificar como real, al tiempo que invisible. En este sentido también se ha vuelto valiosa la consigna feminista «yo te creo, hermana». La película retrata con crueldad y crudeza que a «las locas» nadie les cree.
En castellano, unsane significa «insanx», una figura jurídica que representa una condena para muchas personas, porque implica la perdida absoluta de todos los derechos. La insanía, en la jerga jurídica, es la «muerte en vida», que en la película se vuelve la necesidad de la protagonista de sobrevivir al acosador y al manicomio.
Gracias a este tipo de películas podemos ver, comprender y enfrentar una realidad tal cual es. Si estás en un momento sensible, no mires esta película. Pero si querés conocer la mirada de Soderbergh sobre la realidad cotidiana de muchas mujeres psiquiatrizadas, mirala.