Érica Soriano, presente

El Tribunal Oral en lo Criminal N° 9 de Lomas de Zamora encontró culpable a Daniel Lagostena por la desaparición de su pareja Érica Soriano en 2010. Esta tarde se dio a conocer su sentencia: 22 años de prisión.


 

Lagostena fue la pareja de Érica, jóven de 30 años embarazada de tres meses. Entre declaraciones de conocidos, correos electrónicos y mensajes de texto, se entrevé una relación con claros indicios de un trato violento y manipulador. Hoy, Lagostena es condenado a 22 años de prisión por homicidio en concurso ideal con aborto en contexto de violencia de género.

«Siento que se hizo justicia, que por fin podemos dar un cierre a todo esto. Es como si Érica estuviera con nosotros», dijo Verónica, hermana de Érica, tras la lectura de la sentencia.

El último registro que se tuvo de Érica con vida es una llamada telefónica con una amiga, fechada el 20 de agosto de 2010. Ese mismo día había tenido una discusión con Lagostena, quien la había acompañado al ginecólogo horas antes.

La familia de Érica la esperaba al día siguiente en Villa Adelina para almorzar. Su madre intentó contactarse con ella durante seis horas, pero nadie atendió sus llamadas. Según Lagostena, ella se fue de la casa temprano, luego de un forcejeo, sin dinero ni documentos.

Las peritos encontraron restos de ropa interior, que se presuponen de la víctima, dentro de la chimenea (caliente por uso a pesar de que la temperatura ese día había sido de 24°C), y una mancha de sangre bajo una mesa que, al haber sido limpiada, no se pudo analizar.

Además se registraron llamadas entre el acusado y su sobrino, con quien tenía muy poco contacto, durante la madrugada de ese día, hora en la que se sospecha hicieron desaparecer el cuerpo de Érica.

A pesar de que la familia de la víctima siempre sospechó de que la pareja había asesinado y cremado a Érica, esta hipótesis fue considerada recién en 2016. Lagostena quedó detenido, y un año después el Juez de Garantías 8 de Lomas de Zamora elevó la causa a juicio.

En su última audiencia oral, mientras la defensa pedía su absolución por el beneficio de la duda, ya que el cuerpo nunca se encontró, Lagostena declaró: «Como lo vengo sosteniendo desde hace ocho años, soy inocente».

«Ya está, ya está, lo que sea después estará bien. Érica descansa en paz siempre, esto tiene que ver con esclarecer la verdad. Estoy totalmente agradecida de haber llegado a esta instancia, que años anteriores sería impensada», expresó a la prensa María Ester Romero, madre de la víctima.

A raíz de este caso se abrió una nueva investigación sobre la existencia de una «mafia de los crematorios», que valiéndose de la obtención de certificados de defunción con datos falsos incineraba cuerpos en el horno del cementerio de Lanús. Lagostena habría hecho desaparecer a Érica por este medio, ya que su familia es parte del rubro velatorio.

 


Fuentes:

Imagen destacada: Diario Hoy

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Publicado por

Martina Tortonesi

Estudiante de comunicación social en la UNLaM y feminista.

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