El fin de una década, el comienzo de una era

«Miss Americana» es un recorrido por la carrera de la cantante Taylor Swift donde, más allá de mostrar sus logros y sus desaciertos, nos lleva a algo más profundo: cómo logró pararse y defender sus ideales frente a una sociedad que constantemente le decía que no lo hiciera.

Al comienzo de su carrera a los 13 años en Nashville, Taylor Swift parecía cumplir con todos los requisitos para convertirse en la próxima «America’s sweetheart»: cantante de música country, con letras de amor y desamor narradas desde la pura inocencia de una adolescente que solo buscaba a su príncipe azul, que pregonaba los valores de la familia tipo norteamericana cristiana y tradicional. 

America’s sweetheart: expresión. Celebridad femenina que es dulce y lleva una vida correcta y «sana».

«Miss Americana» es un documental original de Netflix, dirigido por Lana Wilson, que muestra cómo Taylor Swift decidió desprenderse de la idea que los medios tenían de ella y comenzar a utilizar su plataforma para compartir sus ideales y buscar un cambio en una sociedad que constantemente la quiso moldear a su gusto.

En un mundo que sin pausa nos fuerza a las mujeres a superarnos a diario y ser mejores versiones de nosotras mismas, Swift vive en carne propia lo que eso puede ocasionar si además se intenta tener una carrera exitosa en el mundo de la música.

La mirada de la prensa

«Cuando vivís esperando la aprobación de extraños y sólo de allí deriva toda tu alegría y satisfacción, una sola cosa negativa puede hacer que todo se desmorone».

Si bien Swift comenzó su carrera siendo la favorita de todes, la prensa no tardó mucho en atacarla por su vida personal y su manera de actuar. Se hablaba sobre sus relaciones, sobre sus parejas, se cuestionaba si salía con muchos hombres, si los usaba para poder escribir sus canciones, se preguntaba cuándo sentaría por fin cabeza y dejaría de saltar «de hombre en hombre». Cuestionaban sus amistades, la criticaban por juntarse con modelos y actrices, la acusaban de haber creado un séquito de modelos a su alrededor. 

En 2016, comenzó lo que sería la peor campaña en su contra, con la semilla plantada años atrás. Durante la entrega de los MTV Video Awards en 2009, Kanye West la interrumpió mientras recibía su primer premio fuera de la escena del country para decir que Beyoncé merecía el premio que Swift sostenía en sus manos. Años después, Kanye usaría ese momento para adjudicarse la fama de Swift en una de sus canciones:  «I feel like me and Taylor might still have sex. Why? I made that bitch famous» («Creo que Taylor y yo podríamos tener sexo. ¿Por qué? Yo hice famosa a esa perra»).

Tras la crítica de Swift a esta frase, Kim Kardashian, esposa de West, hizo público un vídeo donde supuestamente registraba una conversación en la que Swift decía estar de acuerdo con el contenido de la canción. El hashtag «TaylorSwiftIsOverParty» fue tendencia mundial en Twitter y se llenó de insultos hacia la cantante. La prensa la acusaba de hacerse la  víctima, de buscar prensa y de exagerar su reacción. 

«Cuando la gente decidió que yo era retorcida, malvada, confabuladora y una mala persona, realmente no pude recuperarme. Porque toda mi vida se centraba en ello. Cuando la gente deja de quererte, no hay nada que puedas hacer para cambiar su opinión. Solo quería desaparecer. Nadie me vio durante un año y creí que era eso lo que querían».

En el documental, Swift explora también lo difícil que es lidiar con la exposición en los medios y la presión constante de encajar en un estándar que es imposible. La comparación con otras mujeres, la búsqueda de defectos, la preocupación por los números en la balanza que nos llevan a caer en conductas poco saludables. 

«Creía que debía sentir que me iba a desmayar al final de cada show», cuenta Swift. «No creo que te des cuenta de lo que hacés si lo estás haciendo de manera gradual. Nunca te decís a vos misma: “Tengo un trastorno alimenticio”, pero sabes que estuviste controlando lo que comiste ese día y que eso no está bien.

Fue entonces cuando Swift decidió apropiarse de lo que la prensa decía de ella y lanzar Reputation, un disco donde exploraba todo aquello que se creía de ella, haciendo de eso su marca personal durante toda una era. Nuevo look, nuevas escenografías, nuevo sonido. «The old Taylor can’t come to the phone right now. Why? Oh, ‘cause she’s dead» («La vieja Taylor no puede atenderte ahora. ¿Por qué? Ah, porque está muerta») sentenciaba el primer single de ese álbum. Quería desterrar por completo todo lo que habían hecho de ella y construir una imagen basada en quien realmente era, con grandes cambios.

Estar del lado correcto de la historia

Durante años, Swift prefirió callar sobre sus opiniones políticas. Con el caso de las Dixie Chicks, que tras un comentario sobre George Bush en el año 2003 comenzaron a ser atacadas por su opinión, como ejemplo, Swift cuenta que desde su equipo le decían que eso era lo que tenía que evitar.  «Una chica buena no le impone su opinión a los otros. Una chica buena sonríe, saluda y dice “gracias”. Una chica buena no incomoda a otros con sus opiniones».

En el año 2017, Taylor Swift tuvo que enfrentarse a un juicio por acoso. Su acosador, un DJ que en el año 2013 la había manoseado durante un meet&greet decidió demandarla por millones de dólares debido a los daños que ese hecho había ocasionado en su carrera. Swift decidió iniciar una contrademanda que logró ganar.

«No te sentís victoriosa cuando ganás, porque el proceso te deshumaniza. Teníamos siete testigos y una foto. ¿Qué pasa cuando te violan y es tu palabra contra la de él? No podía dejar de pensar en todo eso y me dije: “La próxima vez que se presente la oportunidad de cambiar algo, tenés que saber qué defendés y qué querés decir».

En octubre de 2018, por primera vez en su carrera, Taylor Swift decidió hacer público su apoyo al candidato demócrata Phil Bredesen para las elecciones de medio mandato. La opositora de Bredesen era Marsha Blackburn, una candidata conservadora que había votado en contra de una ley de violencia contra las mujeres y del matrimonio igualitario y quien apoyaba de manera pública a Donald Trump.

«Si recibo mala prensa por decir: “No pongan a una racista homofóbica en el gobierno”, que así sea. Sería muy frívolo y cobarde de mi parte que me parara en el escenario y dijera “Feliz mes del orgullo” pero luego no declarara esto cuando hay alguien que les está persiguiendo».

Si bien el pronunciamiento de Swift logró que más de 50 mil personas se registraran para votar ese año, no logró hacer la diferencia en las elecciones y Blackburn consiguió su banca. Sin embargo, este fue solo el comienzo. Desde entonces, Swift no dejó de hacer  declaraciones de este tipo, apoyando tanto a las mujeres como al colectivo LGBTIQ+. 

Sin ir mas lejos, el título del documental es el título de una canción del más reciente disco de Swift, en el cual, a través de un paralelismo con la experiencia de la escuela secundaria, habla sobre las desilusiones en cuanto a la política. También muestra cómo compone una canción que luego se puede escuchar en los créditos, donde llama a la juventud a no quedarse quieta y pelear por los cambios que quiere ver en la sociedad.

Podríamos decir que «Miss Americana» es un recorte perfecto de la carrera de Taylor Swift y su crecimiento tanto profesional como personal. Nos muestra la importancia de decir lo que pensamos y dejar atrás lo que nos imponen como lo correcto, aún cuando eso nos pueda traer problemas. 

«Quiero amar el brillo y también enfrentarme a la doble moral que hay en nuestra sociedad. Quiero vestirme de rosa y decirte lo que opino en materia de política. No creo que esas cosas se excluyan entre sí».

Con una reflexión sobre cómo la industria de la música le exige a las mujeres renovarse constantemente y adaptarse a las nuevas demandas del mercado, Swift cierra diciendo que quiere aprovechar lo que podría ser su última oportunidad para ser exitosa mientras la industria se lo permita. Y nosotres no podemos esperar a ver qué tiene planeado para su próxima era.


 

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Publicado por

Micaela Oliva

23 años. Estudiante de Comunicación Social con PhD en patear finales. Escribo de lo que me gusta, así que probablemente me muera de hambre como periodista.

2 comentarios en «El fin de una década, el comienzo de una era»

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