«Y esta vez tu amor será, será sin abandono»
(Luis Alberto Spinetta, «Sin abandono» del disco Para los árboles)
En la tele
alguien dice que
«los sueños se
pueden cumplir».
Está llorando
porque murió Maradona
(sí,
Maradona)
y está esperando
bajo el rayo del sol
para entrar a un velorio
multitudinario.
Hay pandemia,
y está desaconsejado
lo multitudinario.
No trabajan los teatros
ni los cines,
es difícil festejar
un cumpleaños.
Pero parece ser
que algunos velorios sí
se pueden hacer.
Parece ser
que es peligroso crear,
mostrar,
laburar de eso.
Parece ser
que es peligroso celebrar
pero no llorar sobre los restos
de un varón
que es sabido
que fue violento.
Un varón
que hace muchos, muchos años
metió un gol con la mano
cuando según, el reglamento,
había que meterlo con el pie.
¿Entienden?
Con el pie.
En la tele
alguien dice que
«los sueños se
pueden cumplir».
Otros alguienes
buscan culpables,
responsables
de la muerte del varón
y nada dicen
sobre el estilo de vida
que él decidió.
No se acercan siquiera
a problematizar su dolor.
A cuestionarse cómo, cuándo, por qué
o incluso para qué
llegó a ser un ídolo
aquel varón.
Yo escucho un disco
de Spinetta
y lloro un poco,
Pero no por el varón.
Mucho menos
por los alguienes
del televisor.
Lloro porque
resulta ser
que aquella música
resuena bien
para contar nuestro encierro.
Un encierro
en el cual
aquello de que
«los sueños se
pueden cumplir»
no es
tan cierto.
No sucede
todo el tiempo.
Un encierro en el cual
nos preguntamos por
los ídolos
y también por el dolor,
pero lloramos menos
y también nos abrazamos
menos,
y un montón de veces
nos miramos de lejos
como los alguienes
ven al Diego,
pero sin
pasión.
Sin la pulsión
que nos haga creer
porque sí,
por la posibilidad de creer.
Y nos mueva a juntarnos
desde los cuerpos.
Juntarnos
bajo una imagen común
aunque sea la del Diego.
Imagen destacada: TyC Sports
gracias, Milva.. por enlazar nuestras sensibilidades diego-spinetteanas..
nos abrazo
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