Easy on, easy off

La marca deportiva estadounidense combina diseño e ingeniería para ingresar al mercado un nuevo producto: su diseño «easy on, easy off». Sin cordones y con un perfil simple que destaca la facilidad de uso, las Nike Go Flyease esconden una historia de inclusión.

Todo comienza con Matthew Walzer, un joven norteamericano con parálisis cerebral, que en 2012 escribió una carta dirigida a Nike pidiéndole que cree un tipo de calzado deportivo para personas con discapacidad. ¿Qué era lo importante? Que les brindaran independencia, que pudieran ser utilizadas por todes, pero que tuvieran específicamente en cuenta a aquelles que por distintos tipos de enfermedades, discapacidades, problemas físicos, motrices u otros, no pudieran colocarse las zapatillas de la manera convencional.

Walzer necesitaba un tipo de calzado que le diera soporte a sus tobillos, que le permitiese tener estabilidad y equilibrio, que fuese cómodo y que, además de ser accesible, fuese moderno y tuviese estilo. No solo pasaba horas buscando un par adecuado, sino que además encontraba que todos requerían el uso de sus manos para poder colocarlos. Los cordones representaban el problema principal para él (que, en ese entonces, con 16 años de edad, encontraba frustrante no poder vestirse solo o tener que depender de que alguien se encargase de acomodar sus zapatos para que pudiese comenzar su día) y muchas veces el uso de los miembros superiores para ayudarse, también.  

Nike escuchó los pedidos y el joven estadounidense fue invitado a colaborar en el proyecto que dio origen a las primeras zapatillas goease, proyecto que duro aproximadamente 3 años y cuyos resultados entraron en circulación en 2015. Sin embargo, las mejoras no cesaron y junto a nuevas herramientas e innovaciones tecnológicas, los nuevos modelos de esta categoría salieron a la luz durante la semana pasada, llamando la atención de les internautas.

La particularidad de este formato, que se presenta como «fácil y sofisticado», es la inexistencia de cordones, abrojos, e incluso de la necesidad de utilizar las manos para ayudarse con el proceso de sacarse o ponerse las zapatillas. Con la presencia de un ángulo de 30 grados, finamente calculado, lo único que se debe hacer es insertar el pie y el resto se ajustara una vez que se pise. Para descalzarse solo hay que pisar los talones y los «tenis futuristas», como los calificaron algunes, se abrirán. Esto es posible y seguro, gracias a una bisagra con doble estabilidad que recorre la totalidad del zapato.

Otra de las caras visibles que participó durante el diseño y posterior publicidad de los nuevos modelos es Sarah Reinertsen, tres veces campeona del mundo de triatlón para discapacitades, directiva de Nike y directora de Nike Easy.

En dialogo con La Vanguardia, sostuvo:

«Durante cinco años hemos ido evolucionando, al principio usando velcros y cremalleras que se podían manejar con una sola mano y era muy útil para personas con limitaciones y estaba muy bien, pero pensamos que se podía ir un poco más allá.

Queríamos abanderar el espíritu del soñador loco, del que quiere explorar todo el tiempo».

En Twitter, como suele suceder, todes brindaron sus opiniones. Hay personas que se quejan por el diseño, que lo caracterizan como «una movida de marketing» de la empresa para obtener ganancias; pero también hay otras que celebran este nuevo paso, simbólico y literal, que da Nike hacia un vestuario más inclusivo, facilitador y para el que encuentran usos alternativos que muchas veces no se tienen en cuenta: para personas gestantes con movilidad reducida, personas que padecen Parkinson, adultos mayores o, como propuso una usuaria, «estas también serian buenas para pacientes en instituciones de salud mental. Necesitan usar zapatos pero no están autorizados a tener cordones y algunos caminan con medias sucias»… ¡Aunque también son una buena elección para todxs!»

«No importa cuan grande o chica sea la plataforma que tengas. Cualquier individuo puede hacer un cambio y modificar el mundo para mejor.

No importa quién seas o cuáles sean las adversidades que debas enfrentar en la vida. No hay una barrera que pueda detenerte de cambiar al mundo y de hacer una diferencia en la vida de otras personas».

– Walzer para 7News Boston.

Por el momento, el precio de estas famosas zapatillas ronda los 120 dólares (unos 11.000 pesos argentinos) y se espera que estén disponibles para ser adquiridas en los próximos meses. ¿Cuál es el mayor deseo de todes? Que la empresa permita que cada persona que lo requiera pueda acceder a este producto, que lo económico no sea un impedimento para poder sentirse cómodes y que esta medida de inclusión sea replicada por otro tipo de marcas.



Fuentes:

Imagen de portada: Revista GQ



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Publicado por

Florencia La Valle

24 años. Estudiante de Ciencias de la Comunicación, UBA.

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