Artículo colaboración escrito por Josefina Anschütz
Ciertas carreras universitarias y técnicas han tenido históricamente un sesgo y se han destacado como exclusivamente masculinas. De esta forma, las mujeres debían estudiar carreras más relacionadas a las humanidades, como Psicología, Comunicación Social, Relaciones Públicas, Publicidad y otras de esa rama mientras que los hombres debían estudiar Ingeniería, Arquitectura, Sistemas y otras del sector.
Esta brecha ha estado cambiando en estos últimos años. Organizaciones como Chicas en Tecnología han hecho un trabajo enorme para visibilizar la brecha de género en carreras STEM [por sus siglas en inglés: Science, Technology, Engineering and Math (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas)], realizando cursos, talleres de trabajo y evidenciando la realidad del sector.
Según Popi Boero, coordinadora de comunicación de Chicas en Tecnología: «La brecha comienza en las carreras: solo el 16 % de los estudiantes de carreras afines son mujeres». La brecha de género no es el único problema, también lo es la carga de trabajo fuera del trabajo formal.
En la Encuesta sobre Trabajo No Remunerado y Uso del Tiempo (EAHU-INDEC, 2013), ellas realizan el 76 % de las tareas domésticas no remuneradas. El 88,9 % de las mujeres le dedican a este tipo de labores un promedio de 6,4 horas semanales. En cambio, solo el 57,9 % de los hombres participa en estos trabajos, con un promedio de 3,4 horas semanales.
Según un estudio presentado por el Ministerio de Economía de la Nación, las mujeres son las que más sufren el desempleo y la precarización laboral: ganan un 29 % menos que los hombres, brecha que se amplía para las asalariadas informales, alcanzando un 35,6 %. Un 50 % de quienes no consiguen empleo son jóvenes de hasta 29 años y, entre estas personas, un 23 % son mujeres. Esta diferenciación es mayor en el rango etario de 18 a 29 años y menor entre las personas de 60 años y más.
Las mujeres dedican más horas al trabajo doméstico, aún cuando se compara a aquellas que trabajan fuera del hogar y de manera paga en una jornada completa con los hombres que se encuentran desempleados (5,9 horas y 3,2 horas respectivamente).
Históricamente, por la división social del trabajo, las mujeres eran las encargadas de las tareas domésticas y del cuidado de les hijes mientras que los hombres se ocupaban de trabajar fuera de casa y aportar un ingreso. Lo que esto oculta es que esta falta de libertad y doble carga laboral de las mujeres les impide tener tiempo para capacitarse, formarse, desarrollarse en su carrera y obtener puestos jerárquicos con mayor responsabilidad y carga horaria. Si logran acceder a esos puestos, cobran menos que sus pares varones y se les consulta constantemente cómo hacen para encontrar el equilibrio trabajo-familia, mientras que los varones no son consultados por ese motivo.
En relación al mercado laboral, la tasa promedio de la participación de las mujeres es de 49,2 %, 21 puntos menos que la de los hombres (71,2 %). Si se suman tanto las jornadas pagas como las no pagas, las mujeres trabajan 7 horas más por semana.
Mujeres en tecnología
Según un estudio del GCBA con el portal de empleos Bumeran, las mujeres representan un 51,4 % de las postulaciones en avisos de búsqueda de personal general en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), pero si el aviso es del área IT, ese porcentaje disminuye a 34,5 %.
Esto quiere decir que solo 34,5 % de las mujeres se postulan para puestos de IT. Las postulaciones son más frecuentes en otros ambientes tradicionalmente ocupados por mujeres: en el primer trimestre de 2021, 56,2 % de las postulaciones fueron en avisos del área de Marketing y Comunicaciones, más del 60 % en los de comercial, el 63 % en Administración y Finanzas y el 66 % en Recursos Humanos.
A pesar de esto, las postulaciones de mujeres en puestos de IT viene creciendo y ha aumentado un 6,2 % desde el primer trimestre de 2018. En estos puestos, la brecha de género sigue siendo marcada, con una diferencia salarial del 15,1 % por el mismo puesto de sus pares varones. Los datos también varían según la antigüedad solicitada para el cargo: en puestos junior se postulan 34 % de las mujeres, en semi-senior/senior, 36 % y en jefe/supervisor, un 30 %.
De todos modos, Argentina sigue siendo el país de la región con más mujeres en puestos de tecnología, con un 37 %, seguido por Chile con un 35 % y Brasil con un 25 %.
Trabajo digno
La falta de políticas de inclusión por parte del Estado es alarmante y las organizaciones son las que más se dedican a este trabajo. La organización +Mujeres en UX capacita a mujeres en una de las disciplinas que está en tendencia en el mundo laboral: el diseño de experiencia de usuario. Esta entidad está presente en toda Latinoamérica y tiene sedes en varios países.
A su vez, la sede de Argentina realiza workshops, talleres gratuitos y capacita a mujeres en esta disciplina. En su Linkedin escriben: «Comunidad de mujeres que les interesa #UX, queriendo aprender y compartir sus experiencias y conocimientos en Argentina». También organizan eventos con mujeres líderes del sector y sortean becas para estudiar carreras tecnológicas.
Para que más mujeres puedan acceder a estos puestos, debe haber una fuerte política por parte del Estado que exija a las empresas equiparar los sueldos para disminuir la brecha salarial, que genere más capacitaciones y talleres, incluso desde el nivel secundario, para fomentar las carreras técnicas y la curiosidad desde temprano y que realice aportes económicos y becas para las mujeres que quieran estudiarlas.