Quizás fuera el servir la información explicada en detalle —y en un lenguaje coloquial— lo que la posicionó en este lugar. O, tal vez, la forma en la que cuestionó que el tema fuera muy ajeno para la clase popular (o media), ya sea por falta de información o desconocimiento de alternativas económicas, y reinventó la accesibilidad a los cuidados faciales.
Lo cierto es que Daniela Lopez (31), más conocida como Dadatina, es la cosmetóloga que vino a aclarar y abrir el panorama de consumo para ver la gama de posibilidades económicas, rompiendo el inconsciente colectivo de que el acceso a los cuidados personales pertenece solo a los estratos altos de la sociedad.
Escritura Feminista: ¿Cuál fue la idea original cuando empezaste a reseñar productos en tu perfil personal? Ya que no es tu trabajo principal.
Dadatina: El año pasado hubo un boom de celebridades que mostraban su rutina de cuidado y en Twitter leía a muchas chicas que no podían hacer una rutina con 80 mil productos de $2000 pesos cada uno. Yo me cuidaba la piel de manera económica, no gastaba $5000 pesos en cada crema, así que me pareció bueno comunicar que es posible hacerlo. Empezó con un hilo en Twitter que se hizo viral y ahí me empezaron a pedir más consejos y en simultáneo me comenzaron a seguir en Instagram. Ahí me dije: «Bueno, pruebo y, si no funciona, sigo con mi Instagram personal, archivo las fotos y ya». Pero funcionó.
E. F.: ¿Por qué crees que tu contenido tiene tanta llegada? Tus seguidoras y seguidores se multiplicaron en un periodo corto de tiempo.
D.: Creo que había una necesidad real para aprender a cuidarse la piel pero se creía que no se podía acceder por una cuestión económica . La idea de mi cuenta es mostrar que sí es posible. El crecimiento fue muy heavy en cuarentena, pero está buenísimo porque se siente muy bien.
E. F.: ¿Qué te genera internamente saber que tu oficio incide en la vida diaria de tantas personas desconocidas?
D.: A veces me da miedo porque hay gente que no te escucha o no te lee bien y hace cualquier cosa. Por ejemplo, una chica se puso el feeling de pies en la cara… Por eso, intento siempre comunicar lo más informada posible para que no pasen estas cosas. Siempre está el miedo de que hagan alguna cagada y sentirme responsable de sus equivocaciones pero, por otro lado, también es muy gratificante.
Algunas seguidoras me contaron que sufrían una depresión que las mantenía en la cama sin ganas de hacer nada y la rutina de cuidado facial fue lo que les hizo darse un tiempo para ellas, un mimo que es un cuidado. Hay madres que me mandan fotos con el bebé a upa mientras se hacen una mascarilla. Esas cosas me ponen re feliz porque te escriben y te hacen sentir que estás marcando una diferencia en la vida de alguien, es muy loco pero está buenísimo.
E. F.: Una de tus premisas es el de visibilizar productos de una calidad buena con un precio accesible. ¿Tenes noción de que en cierta forma impulsaste un cambio de paradigma de la forma de consumo y de cuidado de personal?
D.: Es muy loco. Una seguidora me contó que fue a una perfumería a pedir un tónico que reseñé y la vendedora le dijo sorprendida: «Este es el producto que más se llevan de la marca, no entiendo qué es lo que pasa». De hecho, desde la misma marca me escriben y me dicen «No te puedo describir lo agradecidas que estamos de que hayas promocionado nuestra cuenta porque nos llegaron un montón de mensajes con inquietudes y ventas». Hay un emprendimiento que, después de que recomendé su producto, vendió la misma cantidad vendida en 6 meses pero en 5 días.
Eso me hace muy feliz porque lo recomiendo de forma genuina, lo hago porque me gusta y parece buen producto de verdad, no por interés remuneratorio porque no me pagan. Está buenísimo cuando se animan a probar las diferentes cremas, geles y demás artículos que reseño, más cuando les gustan y les sirven a mis seguidores. A la vez, las marcas están contentas por los ingresos y pueden sostener sus emprendimientos.
E. F.: Otro punto muy interesante es el empezar a amigarse con lo natural y trabajar a partir de ahí pero siendo conscientes de que el cuidado facial y sus cambios llevan tiempo, porque son un proceso. La sección «Pieles reales» tiene mucho que ver porque ayuda a romper ciertos estereotipos de idealización. ¿Cómo nació eso?
D.: Una seguidora me mandaba fotos por privado argumentando que le daba vergüenza subirlas de forma pública porque estaba muy brillosa y yo le explicaba que era un brillo saludable, no era oleosidad o sebo extra sino que tenía una piel muy saludable y linda. También veía en las redes sociales que subían fotos super editadas de algunas modelos, no eran sus pieles reales y decían «quiero tener su piel». Mi idea fue ir de a poco pero ganó muchísimo alcance; mucha gente se sumó a mostrar que la piel no se ve super perfecta, como en algunas publicidades, porque no existe esa piel.
«No es normal querer matificar todo el tiempo la piel porque un brillo saludable está buenísimo, denota una piel sana y luminosa».
Me deben etiquetar unas 100 veces por día mostrándome sus rutinas, sus selfies de pieles reales o los cambios documentados del antes y el después de hacer rutina. La verdad, es re lindo que te llegue eso.
E. F.: Siguiendo la línea de romper estereotipos, cada vez son más los varones que se suman compartiendo sus rutinas. Desde siempre, el cuidado y la belleza facial se asociaron a las mujeres, ¿tenés en mente trabajar más desde ese lado «multigénero»?
D.: Siempre sostengo que el cuidado de la piel no tiene género y mi idea es comunicar eso. Tal vez alguna marca hace una línea aparte para hombres pero la realidad es que el cuidado es el mismo, lo único que cambia es la barba. Me alegra un montón que cada vez más hombres me etiqueten en las historias mostrándome sus cuidados, porque normalmente me siguen hombres pero me mandan privados, no se animan a publicarlo porque les da vergüenza. Está relacionado con una cuestión cultural, con la masculinidad frágil, pero cada vez más se están animando y mostrando. También son cada vez más las seguidoras que están convenciendo a sus novios de hacer las rutinas y me mandan fotos de la pareja haciendo mascarilla o lavándose la cara. Me parece super genial.
«El cuidado de piel no tiene género. Quiero seguir fomentando eso porque es importante: los hombres no tienen mucho cuidado de la piel porque lo ven como algo femenino pero es saludable para todos».
E. F.: Siempre en tus publicaciones intentás promover el consumo de productos de industria nacional, ¿lo sentís como una suerte de militancia?

D.: Sí, la industria nacional es buenísima. Tenemos laboratorios de excelente calidad, que en algunos casos son los mismos laboratorios que hacen los productos de marcas importadas porque esas marcas mandan la materia prima a los laboratorios de Argentina y acá se compila. Es de la misma calidad.
La industria nacional es genial pero las marcas nacionales grandes tienen muy mal marketing, entonces no las conocés. Las marcas chiquitas no tienen plata para invertir en publicidad y se manejan mediante redes. Mi idea es poder visibilizar esas marcas que sé que son buenísimas, son argentinas y lo merecen.
El otro día hice una reseña de una marca de maquillaje cruelty free de dos hermanas tucumanas, hecha en Argentina y con mucha mejor calidad que muchas otras internacionales. El precio también está re bien, además de que visibilizan a maquilladoras pequeñas que no son influencers y suben pieles reales. Todo eso me da ganas de compartirlo y contarlo porque me enorgullece nuestra industria y sí, soy una militante de lo nacional.
E. F: De todo el contenido que visibilizás, ¿cuál es el que considerás de más relevancia?
D.: Lo que más me gusta es generar conciencia sobre el uso de protector solar. Mi generación no usaba protector solar, estábamos tirados a las 12 del mediodía con aceite de oliva para broncearnos porque no se sabían los efectos del sol en la piel.
Lo que trato de transmitir es para que no cometan los mismos errores que cometió mi generación. Ahora estamos haciendo rutinas con muchos pasos para tratar de reparar todo lo que se dañó por no usar protector solar.
Eso es lo que más me gusta, ver que tantas chicas centennials estén usando protector solar. Es ridículo e indignante que tengamos que pagar tanto por un protector facial de buena calidad, siendo un producto que tenemos que usar sí o sí. Ojalá que en un futuro a corto plazo lo cubra la obra social o haya una alternativa como Precios Cuidados.
E. F.: Siempre explicás las contraindicaciones de usar alimentos en mascarillas faciales. En esta cuarentena, muchas famosas subieron sus «tips de bellezas» con claras de huevo o limones.
D.: Sí, me parece importante que se pueda evitar un desastre. Tal vez no pasa nada, pero capaz pasa y no vale la pena el riesgo de tener salmonela por hacerte una mascarilla de huevo en tu casa en un momento en el que estamos encerrados por cuarentena y los hospitales no dan más. Hace poco pasó que Evangelina Anderson mostró una mascarilla con clara de huevo. Primero, no hace nada efectivo y segundo, tiene muchos riesgos bromatológicos. Al instante, 40 seguidoras me mandaron su historia. Mis seguidoras fueron super responsables y super informadas con todo lo que aprendieron en mi cuenta a explicarle a Evangelina que estaba mal. ¿Sabes qué hizo? Borró las historias a los 10 minutos. Me pareció increíble, hicieron que una persona con millones de seguidores baje una seguidilla de historias.
«Me encanta que estén así informadas y que pasen esa información para que personas que tienen muchos seguidores no comuniquen mal».
E. F.: Lo primero que se piensa de las famosas que accedieron a la estafa de NuSkin es que es por el dinero, pero hay quienes son millonarias y fueron parte. ¿Creés que fue más bien una cuestión de pertenencia?
D.: La gente que tiene plata siempre quiere más plata y la verdad es que es una fuente de plata ridícula. Es impresionante el nivel de ganancia que tienen y siento que viene por ese lado. No sé si lo hacen desde la ignorancia, pero yo creo que llega un punto en que no podes ser ignorante del tema en cuestión. No son muy responsables con lo que muestran por ignorancia o por ser garcas.
«Una, como comunicadora, influencer o persona que tiene muchos seguidores, antes de compartir algo tiene que investigar un poco».
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En esos momentos, me llegaron mensajes de personas que están dentro del negocio para que bajase la información que compartí. Todos los mensajes muy feos. Lo cierto es que empezó el proceso de investigación, la empresa salió a contestar diciendo son super legítimos —lo mismo que dicen todas las empresas de esas características— y están en proceso de imputación.
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