Mucho amor nos une

Casa M.A.N.U. es un hogar que recibe a niños hijos de madres con VIH que viven en contextos de vulnerabilidad. Su objetivo es darles la posibilidad de tener un hogar, acompañar sus tratamientos y mejorar su calidad de vida. Sigue leyendo Mucho amor nos une

El fin de una década, el comienzo de una era

«Miss Americana» es un recorrido por la carrera de la cantante Taylor Swift donde, más allá de mostrar sus logros y sus desaciertos, nos lleva a algo más profundo: cómo logró pararse y defender sus ideales frente a una sociedad que constantemente le decía que no lo hiciera. Sigue leyendo El fin de una década, el comienzo de una era

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La pelota se sigue manchando

Ricardo Centurión vuelve a las canchas con la camiseta de Velez Sarsfield y nos volvemos a preguntar: ¿por qué al fútbol argentino parecen siempre faltarle cinco pa’l peso?

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La pequeña gran victoria de la televisión

En momentos donde la representación puede serlo todo, llega «Pequeña Victoria», la nueva tira de Telefé que busca instalar debate en las casas argentinas. 

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El legado de Carlos Jáuregui

En la semana del Día del Activismo por la Diversidad Sexual, recordamos a Carlos Jáuregui.

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If a man talks shit, then I owe him nothing

Que la industria musical es machista no es novedad, y que los machos se protegen entre ellos tampoco. De eso habla la historia que la cantante Taylor Swift decidió contar en su cuenta de Tumblr el domingo pasado.

Un poco de historia

Con solo 14 años, Taylor Swift comenzó a perseguir su sueño de hacerse un lugar en la industria musical, grabando sus primeros demos y enviándolos a distintos sellos discográficos en Nashville. Fue así como conoció a Scott Borchetta, un productor que trabajaba en Universal.

Borchetta estaba a punto de dejar su puesto para formar su propio sello discográfico y le ofreció a Swift ser parte de lo que luego sería Big Machine Records (BMR).

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Taylor Swift junto a Scott Borchetta |Foto: Getty Images

Podría decirse que tanto Swift como su familia ayudaron a crear el sello bajo el cual la cantante lanzó los seis álbumes de estudio que forman parte de su catálogo hasta el día de hoy.

En el año 2018, Taylor Swift anunció que dejaba BMR para comenzar una nueva etapa de la mano de Republic Records. Si bien a grandes rasgos no parecía haber mucha diferencia, dado que tanto BMR como Republic Record son sellos distribuidos por el grupo Universal, para la cantante este nuevo contrato significó poder ser dueña de la totalidad de su nuevo material.

La polémica venta de Big Machine Records

El pasado 30 de junio, la cantante sorprendió con una publicación en su cuenta de Tumblr donde narró el disgusto que le había provocado saber que BMR había sido vendida a Scooter Braun y que ahora el productor era dueño de todo su catálogo.

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Scooter Braun y Scott Borchetta |Foto: Billboard.com

Para quienes no estan familiarizades con su nombre, Scooter Braun es un conocido productor estadounidense y mánager de artistas como Justin Bieber, Kanye West, Ariana Grande, Demi Lovato y Drake, entre otros.

Es aquí donde aparece el disgusto de Swift: durante años, Braun fue cómplice del ataque sistemático que sufrió la cantante por parte de Kanye West (excliente de Braun).

Todo comenzó en el año 2009 cuando West decidió interrumpirla mientras recibía un premio para decir que no lo merecía. Años más tarde parecían haberse reconciliado, hasta que West lanzó la canción «Famous» en cuyo video se puede ver una figura de Swift desnuda mientras la letra anuncia: «I feel like me and Taylor might still have sex. Why? I made that bitch famous» (traducible como «Creo que Taylor y yo podríamos tener sexo. ¿Por qué? Yo hice famosa a esa perra»)Swift se mostró disgustada con este montaje pero Kim Kardashian West, esposa de West, sacó a relucir una grabación de un llamado telefónico donde, supuestamente, el rapero le pide permiso a Swift para usar esta línea en la canción.

Es por eso que, al enterarse de que Scott Borchetta había vendido el sello a Braun, Swift expresó su sentimiento de haber sido traicionada. Borchetta sabía todo lo que Swift había sufrido a manos de West, Braun y su séquito de clientes, y aun así no dudo al firmar la venta del sello que incluía todo el catálogo musical de la cantante.

Swift contó su lucha por adquirir sus másters (las grabaciones originales de todas sus canciones, de las cuales depende quien quiera hacer una copia o reversión para publicación y las que, además, determinan quién percibe dinero por los derechos) e hizo públicos algunos términos del contrato que Borchetta había querido hacerle firmar para dárselos. El acuerdo establecía que por cada nuevo album que Swift lanzara con BMR, le cederían los másters de uno de sus discos ya publicados. Fue entonces cuando la cantante decidió abandonar la negociación, dejar sus másters en BMR y firmar con un nuevo sello que le permitiera ser dueña de todo su material.

«Esto es lo que sucede cuando firmas un contrato a los quince años con alguien para quien la palabra “lealtad” no es más que un término contractual, quien al decir que “la música tiene valor” quiere decir que se le debe agradecer ese valor a hombres que no participaron de ninguna manera en el proceso creativo.

Cuando dejé mis másters en manos de Scott, me resigné al hecho de que, en algún momento, los vendería. Nunca, ni en mis peores pesadillas, imaginé que el comprador sería Scooter. Cada vez que Scott Borchetta escuchó de mis labios el nombre de Scooter Braun, yo estaba llorando o conteniendo las lágrimas. Él sabía lo que hacía; los dos lo sabían. Estaban controlando a una mujer que no quería tener relación con ellos. De forma perpetua. Para siempre», expresó Swift en su publicación.

Enemigos y aliados

Luego de que esto se hiciera público, distintes artistas decidieron apoyar a Swift. Algunas cantantes como Beyoncé, Camila Cabello, Miley Cyrus y Rihanna optaron por un apoyo silencioso, expresado al dejar de seguir a Braun en sus redes sociales. Otres artistas, como Alessia Cara, Halsey, Iggy Azalea, Katy Perry y Cher publicaron al respecto en sus perfiles.

También Todrick Hall decidió apoyarla y contar su propia historia. Hall fue cliente de Braun y, luego de que su relación profesional terminara, lanzó una canción sobre su mala experiencia trabajando con el productor.

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Taylor Swfit junto a Todrick Hall.

Del lado de Scooter Braun, su esposa Yael publicó una defensa en Instagram. Además, la cantante Demi Lovato (una de sus clientas más recientes) dijo que Scott era una gran persona que lo único que había hecho era comprar un sello discográfico.

Sin embargo, la publicación más significativa fue la de Justin Bieber quien, detrás de un aparente pedido de disculpas, acusó a Swift de haber hecho pública su historia para que sus fans agredieran a Braun y dijo que tanto él como su mánager no tenían nada negativo para decir de la cantante y le deseaban lo mejor, pero que tal vez hubiera sido más prudente hablar las cosas en persona y no a través de redes sociales.

El propio Scott Brochetta hizo su descargo a través de la cuenta de BMR, donde dijo que había hablado con Swift antes de cerrar el acuerdo con Braun para comunicarle lo que sucedería, pero que no había obtenido respuesta. Además, publicó parte del acuerdo que le había ofrecido a Swift antes de que dejara el sello.

La industria musical está manejada por hombres que se cubren las espaldas y acumulan poder para manipular a los artistas a su gusto. Hombres que no pueden ver cómo quienes los llevaron a la fama se vuelven en su contra, peleando por lo que es justo y por lo que tanto trabajaron. Hombres que se creen (y, en teoría, son) dueños de los esfuerzos de quienes lograron hacerse un lugar en la industria en base a su talento.

Ya lo dijo la misma Swift: «If a man talks shit, then I owe him nothing» («Si un hombre sale a decir mierda, entonces no le debo nada»), y quedó muy claro. No le debe nada a nadie, pero muchos le deben todo a ella y hoy no quieren darle lo que le corresponde.

Mocha: un horizonte lleno de oportunidades

Mocha Celis es el primer bachillerato trans de Latinoamérica. Nació a finales de 2011 y en 2014 tuvo su primera generación de egresades en un país donde la comunidad trans no logra acceder a la educación con facilidad.

Fundado por Francisco Quiñones Cuartas y Agustín Fuch, el Bachillerato Popular Trans Mocha Celis funciona en el barrio de Chacarita. Actualmente, más de 130 estudiantes forman parte de la institución que funciona como una escuela de nivel secundario con un plan de estudios que dura 3 años. Además, ofrecen una articulación para poder terminar los estudios de nivel primario.

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El cartel que da la bienvenida a la institución.

En el año 2012, se sancionó la ley de identidad de género y gracias a eso el bachillerato logró el reconocimiento del Ministerio de Educación, lo que le otorgó carácter oficial para que, en el año 2014, su primera camada de egresades pudiera recibir un título oficial tras la finalización de sus estudios.

Según una investigación de la Fundación Huesped junto a la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina (ATTTA), en el año 2013 (a un año de la sanción de la ley) un 66% de la población trans encuestada no había completado sus estudios secundarios.

Dentro de la currícula del bachillerato, se encuentra una materia llamada «Proyecto Formativo Ocupacional» cuyo objetivo es brindar a les alumnes las herramientas necesarias para fortalecer sus perfiles y poder ingresar al mercado laboral formal tras finalizar sus estudios. Muches de quienes integran el equipo de la institución pertenecen a la comunidad e incluso algunes están percibiendo por primera vez un salario en blanco.

A pesar de haberse hecho conocido como un «bachillerato trans», la institución es un espacio abierto a la comunidad. Hoy en día, solo el 40% de su alumnado está compuesto por personas trans. El resto de les alumnes pertenecen a distintas disidencias y todes son bienvenides a formar parte de la comunidad educativa de Mocha Celis.

Los lugares como Mocha Celis son espacios de inclusión que se encargan de brindar las oportunidades que el Estado debería garantizar en cumplimiento de la ley de identidad de género. Un Estado prácticamente ausente, a cargo de un gobierno que solo utiliza a la comunidad trans para hacer marketing pero sin dar oportunidades reales, sin llevar a cabo políticas concretas que ayuden a que este colectivo deje atrás la marginalidad y pueda, de una vez por todas, acceder a las mismas oportunidades que el resto de la sociedad.

La mujer que le dio nombre al bachillerato

La historia de quien le da nombre a este bachillerato popular refleja la desigualdad de oportunidades que la comunidad trans enfrenta a diario en nuestro país. Mocha Celis fue una mujer trans oriunda de Tucumán. No sabía leer ni escribir y tuvo que enfrentarse a la violencia institucional ejercida por las fuerzas de seguridad contra quienes ejercen la prostitución.

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Mocha Celis, la mujer trans que le dio nombre al bachillerato.

«¿Por qué ponerle al bachillerato Mocha Celis? Porque Mocha no sabía leer ni escribir. Cuando llegábamos a las comisaría detenidas, ella siempre me pedía a mí que le leyera», contó Lohana Berkins en una columna del suplemento Soy de Página/12.

Mocha, como casi el 95% de las mujeres trans de nuestro país, tuvo que ejercer la prostitución para lograr un sustento económico con el cual mantenerse. Sin acceso a la educación, al sistema de salud público y mucho menos a oportunidades laborales formales, la comunidad trans se ve marginada y prácticamente obligada a aceptar trabajos en condiciones precarias e inseguras, conviviendo con la amenaza de las fuerzas de seguridad que muchas veces (por no decir siempre) ejercen violencia institucional con quienes se niegan a ser parte de su sistema corrupto que protege a los clientes y a los llamados «puteros».

Días después de la amenaza de un sargento, Mocha apareció muerta en el Hospital Penna. La causa nunca prosperó y nunca se pudo comprobar que quien la había amenazado se había encargado de quitarle la vida. Mocha no llego a vivir en la época en que la comunidad trans tiene una ley que la protege, porque no la dejaron. Porque así como le arrebataron la vida, le habían arrebatado antes todas las oportunidades, solo por ser una mujer trans.

En febrero de este año, bajo la dirección de Francisco Quiñones Cuartas y Rayan Hindi, se estrenó el documental «Mocha: nuestra lucha, su vida, mi derecho», que cuenta la vida de quien le dio nombre a la institución, así como también la experiencia en primera persona de les estudiantes que a diario recorren las aulas de la institución.


Fuentes citadas:
Página/12
Relevamiento Fundación Huesped y ATTTA
Telam

Alabama, (no tan) dulce hogar

Un nuevo retroceso en materia de derechos y otro caso de homofobia pusieron al Estado de Alabama en la mira de todes.

Aunque la conocida canción «Sweet Home Alabama» de Lynyrd Skynyrd nos hable de un bello lugar ubicado al sudeste de los Estados Unidos, el Estado de Alabama ahora es conocido por tener una de las leyes de regulación de abortos más restrictivas de los Estados Unidos.

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La semana pasada, el Senado de Alabama aprobó una ley que penaliza el aborto, incluso en casos de violación o incesto. Aunque la ley no prohíbe a las personas gestantes abortar ni las criminaliza, les profesionales de la salud que intervengan en la interrupción de embarazos podrían enfrentar penas de hasta 99 años en prisión una vez que esta ley entre en vigencia.

La gobernadora republicana Kay Ivey promulgó la ley apenas 24 horas después de que fuese aprobada. Con su sanción, la ley podría entrar en vigencia en seis meses. Sin embargo, la gobernadora reconoció que será difícil que la ley se aplique debido a un fallo de la Corte Suprema de ese país que legaliza el aborto en los 50 estados.

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«Esta ley respalda firmemente nuestra creencia tan arraigada como alabameños de que toda vida es preciada. Toda vida es un regalo sagrado de Dios». – Kay Ivey, gobernadora de Alabama

Miles de personas salieron a las calles a manifestarse en contra de esta ley, así como también lo hicieron muchas celebridades a través de las redes sociales. Entre quienes se manifestaron a favor del derecho al aborto estuvieron Ellen DeGeneres, Lady Gaga, Rihanna, Jameela Jamil, Dua Lipa, Reese Whiterspoon, Laura Dern y Kerry Washington.

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«¿Provida? Prohíban las armas». |Foto: Reuters

Otro ataque contra las minorías

Tras aprobar la ley que criminaliza la práctica de abortos, Alabama decidió dar otro paso en una dirección similar.

La televisión pública de este Estado decidió no emitir un episodio de la serie infantil «Arthur» donde el protagonista y sus amigues asisten al casamiento de su profesor con su pareja, que para disgusto de los conservadores de Alabama, era un hombre.

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La escena del casamiento que Alabama no quiso emitir. |Imagen: PBS Kids

El director de programación, Mike Mckenzie, anunció a través de un correo electrónico que su audiencia «confía en ellos» y que quienes ven el programa televisivo son niños pequeños. En el año 2005 ya había ocurrido un hecho similar, cuando no emitieron un episodio en el que se mostraba que uno de los personajes tenía dos madres.

Creemos que el entrañable Arthur está apretando su puño en su mundo, en señal de enojo con la televisión pública de Alabama luego de este lamentable hecho homofóbico.

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Meme de «Arthur».

Fuentes consultadas:
BuzzFeed News
Quartz
Advanced Local Alabama