Carta de una teta a otra

Queridísima:

Es mi deber de hermana mayor ponerte al día sobre algunos imponderables de esta sociedad. Te querrán tapada, atrapada, contenida, sujetada por alambres que ocasionalmente se escapan de la tela y te aseguro que pinchan fuerte. Serás criticada si creces poco, y si creces mucho, también.

Caídas nunca: el horror.

Siempre habrá sugerencias para perfeccionarte, aunque nunca sabremos a qué se refieren con eso de la perfección. ¿Una nueva de Almodóvar? No lo sé. La piel que habito es esa coraza que recubre a mi persona y mi percepción de los fenómenos mundanos. Te hablarán de siliconas, operaciones, formas y cánones de belleza.

La epidermis me separa de las cosas aunque también me une a ellas. No soy moral o inmoral. Soy piel, órgano glandular, y existo por muchas razones, por las que quiero y por las que no me atraen. Puedo elegir. Soy teta y no hay en ello motivos para la vergüenza.

Quizás, experimentes cambios y sensaciones, placeres y dolores.

Durante el embarazo, los niveles de estrógeno y progesterona aumentarán y estimularán el desarrollo glandular. Te tornarás esférica porque el tejido adiposo crecerá: los famosos “pechos turgentes”. Llegado ese momento, debés saber que el revuelo hormonal podrá sensibilizarte y sospecharás que a tu alrededor no puede comprenderte nadie, que tu experiencia es parecida a muchas otras pero a la vez es intransferible.

Mamas, aréola y pezón: son divisiones de la medicina para su estudio, aunque también son divisiones socioculturales.

En la actualidad se celebra la semidesnudez en un marco festivo, artístico o televisivo. Ya sé, debo estar mareándote, y no es mi intención. Lo pondré en ejemplos: si decidís hacer teatro de revista, lo que se espera es que además de tu tamaño voluptuoso, aparezcas con una estrella que tape sólo tu pezón mientras deja al descubierto toda la mama circundante.

Ahora bien, si decidís hacer topless sin ser modelo famosa, serás condenada socialmente.
Si amamantás en la vía pública, se horrorizarán.
Si no deseas ser madre, creerán algunxs que tenés algún tipo de desorden…
Si estás adolorida, ¿por qué duele?
Si llevás sostén deportivo y no hacés ejercicio físico, te dirán que es ridículo.
Si no usas corpiño debajo de las prendas de vestir, serás ajusticiada.

Un detalle que olvidaba contarte es que todo esto no aplica para las mamas de hombres y futuros hombres, quienes pueden andar a torso descubierto en varios contextos sin ser reprimidos o censurados.

(¿Hasta qué punto, querés saber? En 2016, una organización argentina que ayuda en la detección del cáncer de mama tuvo que realizar una campaña informativa protagonizada por pechos de hombre para que las redes sociales no lo censurasen).

Seguro te preguntarás: ¿tendremos algo de malo? NO. ¿Te imaginás a las tres Gracias de Rubens con sujetadores pintados al óleo? ¿Y qué tal la Venus de Milo con un corsé tallado?

En fin, espero no haberte desconcertado. Las decisiones siempre son tuyas.

Cuidate mucho y no olvides los chequeos anuales 🙂

Venus de Milo
Venus de Milo en el Museo del Louvre, París.

Simone Veil: un ícono de la dignidad humana

Abogada y política francesa, logró que se promulgase la ley conocida como “Loi Veil” mediante la cual se despenalizó el aborto en Francia, nada más y nada menos que en 1975. Fue la primera mujer presidenta del Parlamento Europeo y más adelante fue impulsada a formar parte del Consejo Constitucional de Francia. ¡Bravo, Veil!

Nació en 1927. De padres judíos, Simone y su familia fueron deportados a los campos de concentración de Auschwitz en 1944. Solo sus hermanas y ella pudieron contar la historia. Antes de los horrores del Holocausto ya había comenzado a estudiar derecho y ciencias políticas, como si su lugar en el mundo fuese incuestionable.

Creía en la «banalidad del mal»: tras haber comprendido que el ser humano puede emanar bondad y maldad en iguales proporciones, según de las circunstancias, coincidió con la ideología de la filósofa Hannah Arendt.

Entre 1974 y 1979 fue ministra de Salud, Seguridad Social y Familia. Durante su mandato, consiguió la aprobación de las leyes para el acceso a los anticonceptivos (1974) y la legalización del aborto (1975). ¡Voilà! Desde cierto punto del globo, Simone hizo de este mundo un lugar un poco más justo.

Como toda mujer de acción, ha sido (y sigue siendo) criticada por la Iglesia Católica y el judaísmo, hasta el extremo de haberla asemejado al mismo Hitler al comparar los crímenes de lesa humanidad cometidos con el pedido de un derecho social que debía estar en la agenda de la salud pública. El mismo debate que sucede en la Argentina, con algunos años de demora…

En Francia, la interrupción voluntaria del embarazo puede llevarse a cabo a petición de la mujer; la semana número 12 de gestación es la fecha límite para ser realizada, por los riesgos que conlleva. Por otra parte, existe la interrupción médica del embarazo, que no tiene límites en cuanto al tiempo y puede ser practicado siempre que existieran malformaciones del feto o peligro de muerte para la mujer embarazada.

Simone logró que la modificación de la legislación incluyera no sólo el derecho a abortar, sino también la contención integral a cada mujer en centros de salud maternoinfantil. En cada centro, se encuentren los medios necesarios para poder ayudar e informar a las mujeres que soliciten un aborto. Desde 2013 a esta parte, se suma el carácter de gratuidad de la intervención.

La interpretación del discurso de presentación del proyecto podría hacernos creer que la intención principal fue convencer a las mujeres de que el aborto no es la mejor solución posible, que el Estado puede otorgar contención económica si ese fuera el problema, o incluso proponer la adopción como opción.

Sin embargo, no hay que olvidar el contexto en que Veil afrontó el proyecto, y que, en realidad, el análisis discursivo nos remite a su verdadero sentir, que es reconocer que en definitiva «la decisión última sólo puede ser tomada por la mujer».

¿Cuál era el panorama anterior a los derechos sexuales y reproductivos?

La pena de muerte.

Entre los antecedentes a la Ley Veil, podemos destacar dos acciones concretas:

En 1971, se publicó el “Manifiesto de las 343”, firmado por mujeres de la vida pública que declararon haber abortado alguna vez, como la filósofa Simone de Beauvoir y la actriz Catherine Deneuve, entre otras mujeres. Luego, en 1973, se publica el manifiesto de los 331 médicos que declararon haber practicado abortos. Eran aires parisinos de cambio.

Dentro del texto integral de la Ley Veil podemos notar que ningún actor social estará involucrado en un aborto si no lo desea: ni el médico, ni la partera ni ningún asistente está obligadx a proceder con una solicitud de interrupción del embarazo ni a practicarla, pero debe informarle su parecer a la persona interesada, para que ella pueda acceder a otrx profesional.

“Para algunos, las cosas son simples: si existe una ley represiva, sólo hay que aplicarla”, sostuvo con decisión Simone Veil durante su discurso en 1974, mediante el cual presentaba de manera oficial el proyecto de despenalización ante una Asamblea Nacional casi exclusivamente masculina.

Mujer de fuertes convicciones y pura valentía. El mundo es un poco más justo cuando por él transitan personas de la talla de Simone Veil, mujer que ha resignificado hasta los horrores del Holocausto para ofrecer dignidad humana allí donde pareciera que todo estaba perdido.

 


Fuentes:

Texte intégral de la loi Veil de 1975

Discurso del 26 de noviembre de 1974 en la Asamblea Nacional francesa

Comunicar Igualdad

Encuentro sobre Cine y Comunicación: mucho más allá de la pantalla

Bruselas, Bélgica. La mesa redonda centró la atención en la precarización de la industria cinematográfica actual y en la necesidad de que el cine documental como medio de comunicación continúe siendo motor difusor de las diversas realidades e injusticias, como herramienta para el cambio social.

Se llevó a cabo el pasado miércoles 11 de abril y estuvo dividido en dos partes: una primera sección desarrollada durante la mañana en el Parlamento Europeo, y su continuación por la tarde en la Casa de América Latina.

Los ejes temáticos tuvieron que ver con los derechos de los creadores y las audiencias de los trabajadores tanto en la Unión Europea como en América Latina, la precarización de los trabajadores y trabajadoras de la industria, la falta de inversión para la necesaria difusión de las obras realizadas, y la brecha salarial entre hombre y mujeres cineastas.

Entre los oradores y las oradoras latinoamericanos, nos encontramos con:

  • Liliana Mazure, productora audiovisual, política argentina, ex diputada nacional y expresidenta del INCAA;
  • Víctor Hugo Morales, periodista y escritor uruguayo, moderador del evento;
  • Ernesto Lamas, director de Capacitación y Promoción de la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual;
  • Miguel Angel Diani, presidente de la Sociedad Argentina de Gestión Colectiva de los Autores, más conocida como ARGENTORES; y
  • Cynthia García, periodista y docente titular de la cátedra de Periodismo en la Universidad Nacional de La Plata.

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La mayoría de las y los expositores coincidieron en la necesidad de enfatizar la falta de financiación para la puesta en marcha de los rodajes del cine arte y su posterior difusión, a diferencia de lo que ocurre con el cine comercial en todo el mundo.

Nótese que esta problemática cultural no concierne sólo a América Latina, sino que es mundial. La precarización en las diversas áreas de la cultura están a la orden del día, y no es casualidad: son decisiones que forman parte de una política estatal que considera como “gasto público” lo que es en realidad inversión en cultura.

Además, se destacó que ante la puesta al aire de publicidades u otros materiales audiovisuales discriminatorios bajo algún aspecto, la Defensoría del Público está atenta a la penalización, para velar por una comunicación respetuosa y de calidad.

“En el organismo creemos que en una futura ley de comunicaciones convergentes es indispensable que exista una Defensoría de las Audiencias y de los Usuarios de Internet”, sostuvo Ernesto Lamas.

Por su parte, la expresidenta del INCAA, Liliana Mazure, mencionó lo paradójico de que, en la actualidad, las empresas norteamericanas que mayor cantidad de millones cotizan en bolsa son también las mismas que precarizan y que tampoco tienen producciones de calidad.

A ello, se suma la realidad de los trabajadores que terminan siendo “rehenes de los medios masivos”, por ser reproductores de una ideología que muchos quizás no comparten, pero deben acatar para no quedar desempleados.

Otra gran paradoja de la libertad de expresión… ¿Libertad de prensa? No…

Libertad de empresa.

 

 

Juguetes sin género

Por un mundo donde no haya juguetes “para niños” o “para niñas”. Solo JUGUETES. Así de simple.

Destacaremos una acción reflexiva. Se trata de Tiendas U, una compañía francesa que se ha propuesto comenzar a romper con los estereotipos de género mediante la creación de un Catálogo Navideño de Juguetes en el que se ha eliminado la clásica división entre el sector de niños y niñas, en beneficio de un universo de juguetes sin etiquetas de género.

Claro que ningún accionar empresarial es inocente ni realizado por amor al arte o en pos de un simbolismo. Detrás siempre están las estrategias de marketing.

Durante el siglo XX, fue funcional la famosa segmentación de productos, que permitió diseñar productos particulares para cada perfil determinado e incrementar así el nivel de ventas. El siglo XXI y la posmodernidad han desembarcado en plena lucha por la igualdad de oportunidades entre los sexos, lo cual implica tanto una redistribución equitativa de tareas así como también un nuevo análisis de conceptos.

Más allá de los fines comerciales de una juguetería, lo importante es el mensaje que llega a los ojos de cada consumidor, padre, madre, tío, usuario de redes sociales o sujeto social que alguna vez jugó con un auto, una muñeca, una cocinita, un avión o una pelota, y a quien alguien le sugirió que ese elemento era un juguete “de niñas” o “de niños”, y por lo tanto debía abandonarlo si no le correspondía la categoría.

 

La publicidad comienza con una minientrevista a niñxs en situación de casting, sentadxs en una banqueta en medio de un set televisivo. Allí hablan de juguetes, modelos, colores, roles familiares, tipos de juegos, y diferencias en las acciones de niñas y niños, para mostrar cuán condicionados están por los estereotipos desde su primera infancia.

Acto seguido, los dejan entrar a otros ambientes acondicionados con juguetes de todo tipo, distribuidos en varios compartimientos. Ahí es donde el experimento se vuelve interesante: los niñxs no distinguen género a la hora de pasar a la acción. Las niñas simulan carreras estilo TC2000 y tocan instrumentos. Los niños se interesan en la cocina y cambian pañales de muñecas.

La intención: dar a los niñxs la imagen de un mundo más justo. Porque “eso también es el comercio que beneficia a todos”, sostiene el video publicitario como conclusión. La frase es una especie de blanqueo de intencionalidades en un mundo pintado de rosa y celeste, en un film con escenas de binarismo explícito.

#Reseña: La idea más Abzurdah

Abzurdah es una película que cuenta la historia de Cielo, una adolescente de clase media acomodada que sufre la falta de cariño, comprensión y contención de sus padres y amigos. Cielo nos introduce en la oscuridad de su mundo, un pasadizo de autodestrucción que la conduce hacia la idea más absurda: dejar de comer se convierte en la ilusión de una vida perfecta.

Protagonizada por Eugenia Suárez y Esteban Lamothe, y estrenada en 2015, Abzurdah es una película vertiginosa con escenas que estremecen, digna de ser vista por quienes no lo hicieron durante su período en los cines.

Cielo (Suárez) es una narradora incisiva, quien logra que en cada detalle de la descripción de sus acciones y sentimientos el espectador sienta empatía y tristeza por aquel personaje que está eligiendo el lado oscuro de la vida, ya que no aprendió a ser de otro modo y su entorno no colabora.

Un día como cualquier otro en la vida de una adolescente que va de su casa al colegio y viceversa, Cielo conoce por Internet a un hombre diez años mayor que ella. Comienzan una relación secreta, y la joven cree haberse enamorado de una persona que nunca sería capaz de darle afecto.

El dolor no siempre es una procesión que va por dentro. Cielo empieza a manifestar su descontento a través de conductas autodestructivas, como una forma de rechazo hacia su persona y, de manera inconsciente, para llamar la atención en un silencioso grito de auxilio.

La película está basada en una historia verídica convertida en libro. Abzurdah, escrito por Cielo Latini, es una autobiografía que narra el flagelo físico y emocional de su adolescencia.

La autora había creado un blog llamado mecomoamí, en el cual cientos de mujeres predicaban ser anoréxicas o bulímicas como un derecho y lo calificaban como un «estilo de vida». La información suministrada en ese tipo de sitios web está codificada bajo los seudónimos de “Princesas Ana y Mía”: Ana representa a la persona anoréxica y Mía a la persona bulímica.

Así es como se presentan y escriben pidiendo consejos sobre cómo aguantar más tiempo sin comer, cómo hacer para que los familiares no se den cuenta, cómo vomitar sin hacer ruido, cómo ocultar los cortes realizados en distintas partes del cuerpo.

Ana y Mía son princesas en un mundo de oscuridad y soledad. En los blogs, se observan relatos que reflejan que los trastornos alimenticios están acompañados de depresión, distorsión de la realidad, angustia, rechazo, y autodestrucción con riesgo de suicidio.

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Bulimia y anorexia como enfermedades sociales

La bulimia es un trastorno alimentario y psicológico caracterizado por la adopción de conductas en las cuales el individuo se aleja de las formas de alimentación saludables consumiendo comida en exceso en periodos de tiempo muy cortos (atracones), seguido de un periodo de arrepentimiento, el cual puede llevar al sujeto a eliminar el alimento a través de vómitos o laxantes.

La anorexia nerviosa es, junto con la bulimia, uno de los principales desordenes alimenticios. Lo que distingue a la anorexia nerviosa es el rechazo de la comida por parte del enfermo y el miedo obsesivo a engordar, que puede conducirle a un estado de inanición.

Podemos agregar a estas definiciones la obsesión social actual por la delgadez extrema, manifestada por la televisión, las revistas, los diseñadores de moda, los productores de personal en los medios y las publicidades, donde encontramos a mujeres jóvenes mostrando piernas irreales en minifalda.

A esto nos referimos con la afirmación de la existencia de enfermedades sociales. Asociar la extrema delgadez con la ilusión de una vida perfecta, en un mundo donde “nunca se está lo suficientemente flaca”, no es casualidad ni sólo un trastorno psicológico personal.

Hay todo un entorno que opera en favor del ser Barbie girl, que margina a quienes tienen otros cuerpos y otros estándares de vida. Es necesario estar cerca de los adolescentes para advertirles de los males sociales y prevenir que este tipo de enfermedades lxs acechen.

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¡No tengo ropa!

Yo, persona empírica, mujer, argentina, de 27 años, me dirijo hacia algunos locales de indumentaria en busca de un short de jean. Sí, un clásico short de jean.

«No debería llevarme más de cuarenta minutos», pienso. Estoy sólo a un par de cuadras de casa.

Entro al primer local, uno de esos con carteles llamativos que rezan «Descuentos, sólo por hoy» o «Ahora 12», aunque de esos ya queden muy pocos… Efectivamente, una fila numerosa de hermosos pantaloncillos cortos esperan por mí. Miro los talles y ¡elijo!

¿Elijo? En realidad comienzo una selección de los que podrían atravesar las curvaturas de mis piernas, para continuar por la travesía del mapamundi sin quedar encallado y desertar, para finalizar su tramo en las caderas que no mienten y abrochar así el botón del triunfo.

Sí, dije culo. Mapamundi, posaderas, nalgas, culo o como más te guste.

Yo, sujeto subjetivo, mujer, argentina, de 27 años, de 1,70 m de altura y 66 kg de peso no quepo en el talle más grande que tiene el comercio. Conmigo no iba la oferta ni la no oferta del mes. No importaba el precio ni la marca: ningún short atravesaba este culo.

Sigo caminando. Entro al próximo local, y al siguiente, y al siguiente del siguiente… En todos me pasa lo mismo. Extraño, ¿no? ¿Estoy mal, estoy gordita? Para los cánones de belleza ideal de la actualidad, seguro que sí. Para ser una persona sana y activa que come sin culpas, seguro que no. Para los conceptos que milito y en los que creo profundamente, la respuesta es un no rotundo.

Los percheros exhiben en su mayoría los talles XS, S, o M. El talle S bien podría ser para el cuerpo de una niña o adolescente. En algunos negocios las cosas eran algo distintas, como el caso de una firma muy conocida en Buenos Aires, cuyo talle S representaba el tamaño de un M o L en otros lugares. La noticia es que no había nada más allá de un S. Ya no importaba el modelo, ni el color, ni (mucho menos) el tipo de tela.

«¿Qué talle sos vos?», le pregunto a la vendedora.

«Yo soy M. Ese te va a entrar», me responde.

Fornidas piernas traía la muy mentirosa. Pero no es su culpa, ni es mi culpa. No me adaptaré a talles, modas ni modelos. Los talles deben adaptarse a mí.

Belleza es salud, bienestar, y sobre todo amor propio. Amor, y más amor.

“Mi casa es tu casa feminista”

Mi casa es tu casa feminista se trata de un grupo de Facebook cuya finalidad es el intercambio de hospedajes sin dinero de por medio, de forma segura y confiable, pensado por y para feministas de todo el mundo.

Cada nuevo miembro puede ofrecer su casa, solicitar hospedaje o intercambiarlos. A su vez, puede recomendar diversos lugares a visitar, rutas, tips, listados de cuestiones indispensables para un viaje y agregar contactos. A menos de dos semanas de su nacimiento, Mi casa es tu casa feminista ya sumó a casi 800 mujeres de distintos países.

Entrevista a Vanesa Cabrera, organizadora del grupo Mi casa es tu casa feminista

  • ¿Cómo se gestó el grupo de intercambio de hospedajes? ¿Cómo fue el proceso?

Mi casa es tu casa feminista es una idea que surgió a partir de un grupo creado por una compañera con el fin de generar compraventa feminista en Trelew y alrededores. Además, yo estoy en otros grupos de Facebook para mochileros, camioneros y viajeros argentinos, donde se consiguen contactos para viajar gratis, a “dedo virtual”, y que es para personas de todo el mundo.

Cuando Luciana creó este grupo de compraventa feminista, una de nuestras compañeras, Alejandra, propuso el alojamiento autogestivo organizado.

A partir de esta idea se me ocurrió armarlo pero exclusivamente para mujeres feministas, porque cuando me presenté en el grupo y puse una foto del lugar donde vivo [Rawson], empecé a recibir mensajes privados de hombres que, más allá de la intención de hospedarse, querían conocer mujeres: me mandaban solicitudes de amistad hombres que me preguntaban si era soltera, si estaba casada, si tenía hijos.

Eso genera malestar, ya que la idea del grupo es otra. Genera cierta inseguridad: no podés irte confiada a algún lugar, no sabés con qué tipo de personas te vas a encontrar. Como no me sentía cómoda, se me ocurrió que sería muy productivo armar el grupo enfocado a mujeres feministas y personas del colectivo LGBTIQ.

Ante la propuesta de Alejandra, les comenté esta idea. A las chicas les gustó y así empezamos el 22 de diciembre. No tengo muchas contactas feministas en mi muro, así que habré agregado a 35 personas como mucho. A partir de ese momento, se empezaron a sumar muchísimas mujeres: todavía sigo agregando y me parece genial.

El grupo está configurado para que permanezca oculto a los varones, o sea que si tenés un Facebook donde tu sexo es «hombre», no te va a aparecer el grupo en la búsqueda. Esto es más sencillo para mí a la hora de admitir personas.

Me es indistinta la agrupación política a la que pertenezcan o su ideología. Yo no limito a nadie, pero está bueno que se hagan las aclaraciones que cada una considere de antemano en su publicación.

  • ¿No hay fines comerciales?

La idea es que ofrezcamos hospedajes sin dinero de por medio, que sea un círculo de unión feminista donde nos cuidemos las unas a las otras. Es para quienes nos gusta viajar pero nos resulta complicado por la situación económica actual.

Ha pasado que el grupo sirva para compañeras que de pronto han perdido el último transporte a su ciudad y necesitan dormir en algún lado; he hospedado compañeras y también me han hospedado a mí.

  • ¿Podrías contarme sobre experiencias donde te hayan hospedado, o bien al revés, sobre personas que hayas recibido, y cómo te sentiste?

Ha pasado en los Encuentros de Mujeres. Para el último, que fue en Chaco, yo no tenía planificado viajar, pero a último momento me surgió la oportunidad de ir con unas compañeras de Comodoro que no tenía idea de quiénes eran, ni de qué agrupación venían. Me ofrecieron un lugar a mitad de precio así que 4 días antes de partir dije que sí, y me lleve una experiencia maravillosa. Sin conocerlas me sentí como en casa.

Ahora que el Encuentro Nacional de Mujeres se va a hacer en Chubut, estamos organizándonos para autogestionar todo este enorme movimiento y hospedar mujeres acá en Trelew y cercanías.

Ya estamos movilizándonos con el tema, porque aunque no nos conozcamos entre nosotras, sabemos que entre feministas hay algo enorme que nos une que es la sororidad, y eso nos da la confianza de saber que vamos a estar bien entre nosotras.

El hecho de que sea un círculo feminista va más allá de saber que no va a haber un entorno machista. Tiene que ver con saber con qué clase de personas nos vamos a encontrar.

Más allá de los hábitos y caracteres de cada persona, sabemos que la sororidad hará que nos encontremos en buena compañía, sabemos que del otro lado vamos a encontrar una compañera, alguien que nos va a brindar su amor, su apoyo, su contención. No nos va a poner en peligro sino todo lo contrario, nos va a proteger.

Esa es la idea del grupo, saber que vamos a ir a parar a un lugar donde nos vamos a sentir protegidas, comprendidas, refugiadas. Además, queremos seguir agrandando este círculo. Tengo la esperanza de que Mi casa es tu casa feminista nos va a unir a nivel internacional porque ya se están sumando compañeras de Costa Rica, México, Perú.

  • Por último, ¿qué es para vos el feminismo y en qué sentido te cambió la forma de observar y percibir el mundo?

El feminismo para mí no es sólo una ideología, es una forma de vida. Hace 2 o 3 años  tomé conciencia de lo que significa y a partir del conocimiento uno empieza a entender el mundo en el que vive y empieza a despertar. El feminismo es un despertar.

Yo crecí en un ambiente machista y también tenía actitudes y pensamientos machistas. Cuando me vi a mí misma, empece a querer mejorarme, a notar que si bien todo está naturalizado, no está bien. Estamos acostumbrados a la aceptación, a querer vernos como los demás para creer que vamos por el buen camino.

Cuando estás con compañeras feministas, te encontrás en otro mundo totalmente distinto, en el que te sentís cómoda porque nadie te juzga, nadie te mira mal, nadie te considera enemiga sino aliada, y eso es grandioso. El giro de 180° que podemos dar desde nuestra actitud es cambiar la agresividad por el amor y la invitación, porque el feminismo es eso: unirnos, amarnos, protegernos, querernos.

Las reglas del grupo son básicas y muy claras:

-RESPETO ENTRE NOSOTRES.

-CONSIDERACIÓN HACIA LA PERSONA QUE NOS ALOJA O NOS PIDE ALOJAMIENTO. NO JUGUEMOS CON LOS TIEMPOS DEL OTRE, NO NOS COMPROMETAMOS CON ALGO QUE NO NOS SERÁ POSIBLE LLEVAR A CABO.

-SEAMOS AGRADECIDES SIEMPRE, HIGIÉNIQUES Y ORDENADES EN CASA AJENA (consejos de mi abuela).

-VALE HACER RECOMENDACIONES SOBRE HOSPEDANTES Y HOSPEDADES.

-NO SE ADMITEN HOMBRES CIS EN EL GRUPO.

EL GRUPO ES PARA QUE NOS SINTAMOS SEGURES Y NOS CUIDEMOS ENTRE NOSOTRES.

SEAMOS CLARES A LA HORA DE OFRECER O SOLICITAR. SI HAY HOMBRES O VAMOS A LLEVAR COMPAÑERO DEBE SER AVISADO O CONSULTADO ENTRE NOSOTRES.

ÁMENSE. ESTAMOS TODES, LES UNES PARA LES OTRES.

No seas gorda vs. No seas flaca: cuando los demás te dicen cómo tenes que ser

Los cánones de belleza no han sido estáticos: se transforman con el paso del tiempo y varían según época y cultura. La década del 60 llegó cargada de cambios. Además del rock and roll y los vestidos a lunares, se formaba toda una estética según la cual ver un cuerpo más “rellenito” era sinónimo de “buena salud”.

Había una vez… una fórmula mágica que podía quitarte el aspecto de “flacuchx débil”, para transformarte en una persona vigorosa, fuerte, sana, llena de vida y de energía. Se llamaba Plus Forma, y se vendía en farmacias. El ideal de belleza en el cuerpo de las mujeres estaba marcado por sus curvas y formas redondeadas, mucho más cercano a los cuerpos renacentistas de los siglos XV y XVI que a los actuales.

Basta recordar comentarios de nuestros padres, abuelos o conocidos para asociar esta temática: si lx niñx está gorditx, es porque goza de buena salud.

Para graficar esta idea de cuerpo vigoroso y curvas que no pedían permiso, imaginemos por un momento a Isabel “la Coca” Sarli, la actriz argentina de referencia más indicada para realizar comparación con los casos de actrices y modelos actuales.

Hacia los años 90, algo cambió. Nuevas figuras se introdujeron en el marco cultural. Valeria Mazza marcó tendencia en el modelaje mostrando un cuerpo muy distinto y delgado: un nuevo cánon había llegado para quedarse.

De las modas impuestas por la cultura actual, encontramos una nueva epidemia, que son los trastornos alimenticios como la bulimia o anorexia, acompañados de una delgadez extrema. Este tipo de cuerpos es promovido como ideal de belleza, lo necesario para “estar en forma”: este es el mensaje que llega a millones de adolescentes a diario por medio de series, novelas, redes sociales y publicidades, de forma mucho más veloz de lo que pueden hacerlo las demoliciones de estereotipos.

Hacia el nuevo milenio, pudimos observar que ya no alcanzaba con ser delgadx para cumplir con la bajada de línea normativa, sino que en el caso de las mujeres se sumó una irrupción de siliconas y bótox que llegaron para sexualizar aún más la imagen femenina.

La publicidad es un reflejo de lo que sucede en la sociedad, y no al revés. Es por esto que actualmente vemos que, ante la concientización feminista en cuanto a los roles estereotipados de género, una conocida marca de quitamanchas “comprendió” en 2017 que no somos sólo las mujeres quienes usamos el lavarropas, por mencionar sólo un ejemplo de los pequeños avances actuales.

En todos los tiempos hubo una línea que mantener, estilos que nada tienen de naturales pero que la sociedad requiere. Ejemplo sencillo: hoy, en la cultura argentina, el maquillaje está destinado a las mujeres; en la cultura egipcia, 4000 años A. C., los productos cosméticos no distinguían sexo ni género, además de tener otras connotaciones sociales.

Lo mismo sucede con la depilación. “Hay que sufrir cochura por hermosura”, dice el refrán sobre la quemazón que siente el cuerpo al ser depilado, pero como todo mandato cultural, ha calado hondo.

Los cánones de belleza, al igual que otros fenómenos culturales, son construcciones espacio-temporales, ya que nada sucede de forma aislada. Por eso es que cada reflexión debe estar situada y ser analizada en función de su contexto determinado.

La emulsión Plus Forma no es sólo un producto que fue publicitado con fines comerciales en lo económico; fue una venta de producto, pero también de valores. Es la venta de una estética particular que logra imponerse como valor universal, para así poder entrar en el “orden ideal de la existencia”.

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