El consumo de cannabis y la necesidad de desromantizar el embarazo

Durante las últimas semanas, la periodista y abogada Julia Mengolini manifestó haber consumido cannabis durante su embarazo para poder paliar grandes dolores y malestares que no cesaban con las terapias tradicionales. A raíz de estos dichos, los medios de comunicación y las redes sociales no tardaron en responder, estallaron les haters y opinólogues sin fundamento y, por supuesto, también la mafia de la maternidad.

¿El consumo de marihuana daña al feto? ¿Hace mal? ¿En qué sentido lo daña? ¿De verdad sabemos que lo daña o eso es lo que creemos o nos dijeron? Desde Escritura Feminista, nos propusimos ahondar en este tema desde una perspectiva científica y moral para poder dilucidar cuáles son los posibles beneficios o riesgos que puede tener el consumo de cannabis durante el período de embarazo y lactancia. Para esto, realizamos una revisión de las últimas publicaciones científicas que tratan la cuestión, analizando minuciosamente cómo y cuántas son estas investigaciones, en qué poblaciones se realizaron y cuáles fueron los resultados encontrados.

Para poder abrir nuestra mente y comprender este tema de la manera más empática posible debemos, como primera medida, desromantizar el embarazo, el parto, la lactancia y todas las cuestiones que giran en torno a este estado. Ni a todas las personas gestantes nos gusta estar embarazadas, ni a todes nos hace sentir plenes y felices, ni a todes nos agrada la mutación de nuestros cuerpos y vidas para poder albergar, alimentar y hacer existir a alguien más. Antes que embarazades somos personas: ni envases ni receptáculos vacíos que deben ser llenados de opiniones y mandatos. De modo que, por poner el cuerpo, la mente y el corazón durante ese período -y los que siguen-, nos toca elegir qué es lo mejor para nosotres y para la persona que está creciendo dentro nuestro.

En cuanto al cannabis y sus derivados, poco se sabe de sus usos y efectos beneficiosos o adversos durante el embarazo y quien asegure saber mucho sobre esta cuestión simplemente está mintiendo. Si bien ya se sabe que la potencialidad de la planta es enorme y que, durante los últimos años, el tabú sobre esta ha ido menguando, podemos decir que aun hoy en día se investiga poco, se sabe menos y se prohíbe mucho. 

¿Qué dice la ciencia al respecto?

La incertidumbre que se genera alrededor de las investigaciones se debe más que nada a las diferencias en la planificación y la puesta a punto de los estudios, a las poblaciones estudiadas, los contextos en los cuales se encuentran las personas involucradas, el conflicto de intereses detrás de la industria farmacéutica, la escasa responsabilidad de los gobiernos, la capacitación insuficiente en cuestiones de políticas públicas vinculadas a drogas y la interpretación descontextualizada de los resultados obtenidos.

Además, la cuota de prohibición y censura que gira entorno a este principio activo contribuye a la dificultad de análisis. Es por esto que, a la hora de evaluar la seguridad y la toxicidad del cannabis, se deben comprender a fondo los factores involucrados y evitar caer en el reduccionismo del tema. Pero ¿qué dice la ciencia sobre el consumo de cannabis durante el embarazo? A continuación, detallamos algunas investigaciones relevantes que nos ayudarán a analizar con perspectiva científica:

  1. Según un estudio realizado en el año 2014 en Nueva Zelanda, no se ha registrado ningún caso de muerte por sobredosis por el consumo de cannabis. Pese a esto, es importante analizar los posibles daños a la salud cuando la cantidad y la frecuencia del consumo aumentan. En este sentido, la mayoría de los daños que se han observado ocurrieron en individuos que consumieron grandes cantidades de cannabis durante todos o casi todos los días de embarazo.
  2. Según una investigación realizada en Reino Unido en 2015, cuando se consume cannabis en paralelo con el tabaco, este se vincula a la adicción a la nicotina. En este punto es importante resaltar que muchas de las investigaciones que se realizaron en personas gestantes que consumieron cannabis durante su embarazo mientras tenían otro tipo de adicciones (por ejemplo, a la nicotina).
  3. Según otra investigación realizada en Canadá en el año 2020, se observó una asociación entre el consumo de cannabis durante el embarazo y la incidencia del espectro autista en la descendencia. Se detectó una incidencia de cuatro niñes autistas por cada 1000 al año entre les que estuvieron expuestes al cannabis en comparación con dos niñes cada 1000 al año entre les que no estuvieron expuestes. En cuanto a este punto, es necesario resaltar que los trastornos del espectro autista no tienen una única causa conocida y que, considerando la complejidad del trastorno y el hecho de que los síntomas y los niveles varían, probablemente existan muchas causas. Algunas de estas pueden ser genéticas o influidas por el medio ambiente.
  4. En un informe realizado en Francia en el año 2014, se observó que las mujeres más jóvenes son las que más frecuentemente consumieron cannabis durante el embarazo. Además, se encontró una asociación entre consumo de cannabis y mujeres que viven solas con bajo nivel de educación e ingresos y que, a su vez, consumen otro tipo de sustancias (por lo general, alcohol y tabaco). En estos casos se observó que estas asociaciones se vinculan con partos prematuros.

Menos prohibicionismo, más empatía

Aunque las publicaciones científicas sobre el consumo de cannabis durante el embarazo han ido en aumento, aún existen sesgos metodológicos que imposibilitan sacar conjeturas determinantes para tomar una postura al respecto. Las limitaciones en los ensayos suelen ser enormes. Como primera observación, todas estas investigaciones son realizadas en países «centrales», por lo que en nuestra región podría o no ocurrir lo mismo pero no tenemos cómo saberlo. Además, los grupos de estudio suelen ser pequeños y enfocados en mujeres cis, circunscriptos a determinado nivel socioeconómico y realizados en personas que también presentan otro tipo de consumos (como tabaco y alcohol). 

Sabiendo esto es difícil y limitado identificar a ciencia cierta los efectos del cannabis en el feto cuando se consume durante el embarazo. En muchas oportunidades, el prohibicionismo que gira en torno a esta cuestión, el miedo a las consecuencias legales, la vergüenza y la culpa hacen que estas personas no revelen sus consumos.

Es por esta razón que la libertad y la empatía para con quienes deciden tratar sus embarazos de esta manera, así como también la desromantización de un estado tan único, personal e inopinable como es el embarazo, sumados a una política de drogas autóctona y regional que genere información certera y de calidad basada en evidencia científica, podrán dilucidar los efectos a largo plazo del cannabis.  


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#Entrevista a Silvia Kochen: Cannabis medicinal y «bodoques de cemento»

Silvia Kochen es investigadora principal del CONICET y directora del Laboratorio de Neurociencia Clínica – Epilepsia y Cognición del Instituto De Robertis Biología Celular y Neurociencia (IBCN). Además es directora de la sección de epilepsia en el Hospital Ramos Mejia, profesora adjunta de la cátedra de Neurología en la facultad de Medicina e investigadora principal del Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires.

Es también una de las fundadoras de la Red Argentina de Género, Ciencia y Tecnología (RAGCYT), donde se dedica a comunicar los aportes de la neurociencia al conocimiento sobre cerebro y mujer, que permiten discutir los estereotipos binarios de género que están en la base de la mirada dominante respecto de lo femenino.

En esta entrevista para Escritura Feminista, conversamos sobre la nueva regulación sobre Cannabis medicinal en nuestro país, el tratamiento de la epilepsia refractaria y el rol de la mujer en la ciencia argentina. 

Es necesario aclarar que la epilepsia refractaria hace referencia al estado en donde las crisis epilépticas son frecuentes y limitan al paciente de vivir plenamente acorde a sus deseos y su capacidad mental y física. A su vez, coincide con el tipo de epilepsia en donde el tratamiento anticonvulsivante no funciona y se limita el desarrollo normal de la persona.


Escritura Feminista: Según muchas publicaciones e investigaciones a nivel mundial, sabemos que una de las posibilidades para el tratamiento de la epilepsia refractaria es el Cannabis medicinal, ¿por qué no es efectiva la medicina tradicional?

Silvia Kochen: A pesar de contar con más de veinte drogas para el tratamiento de la epilepsia, existe un 30% de les pacientes que no responden a la medicación tradicional que se utiliza y aún no se sabe por qué. En este grupo de pacientes que no responden, se pueden identificar algunos factores de riesgo, pero aún se desconoce el motivo. Frente a esta dificultad, se empezaron a buscar tratamientos alternativos y en este amplio espectro, apareció el Cannabis como una posibilidad. La experiencia inició desde los propios pacientes, familiares y desde la comunidad en general. Ellos detectaron que había pacientes con esta dificultad en quienes sí era efectivo el Cannabis, especialmente del CBD.

E.F.: Muchas veces la farmacología tradicional suele ser agresiva y afectar a varios sistemas de nuestro organismo, en cambio, el Cannabis tiene fama de ser más amigable con el cuerpo. Aquelles pacientes que son tratados con farmacología convencional, ¿podrían ser tratados con Cannabis medicinal?

S.K.: Todas las drogas tienen efectos adversos y esta no es la excepción. Esta es una pregunta abierta porque ni yo ni nadie en el mundo tiene experiencia en población de pacientes que responden al tratamiento convencional. De igual manera, nosotres sabemos que muchas veces les pacientes lo prueban por la suya. Hay reportes anecdóticos y aislados de pacientes que anduvieron muy bien con el tratamiento con Cannabis medicinal y otres que no anduvieron tan bien, pero no hay una evidencia científica comprobada.

E.F.: ¿Sería viable el tratamiento exclusivo con cannabis medicinal para la epilepsia?

S.K.: Más que seguro, en algún momento tendremos este estudio porque siempre que sale una nueva molécula al mercado, lo primero que se hace es probarlo en aquellos que no responden al tratamiento convencional (es decir, los refractarios). Cuando esa molécula finalmente resulta efectiva es cuando se autoriza el uso de monoterapias mediante los organismos reguladores (en nuestro país ANMAT -Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica- o en Estados Unidos la FDA). Esto quiere decir que se empieza a usar como primera opción de tratamiento. Con el Cannabis va a suceder el mismo camino y luego se verá.

E.F.: ¿Qué componente se usa para el tratamiento de la epilepsia?

S.K.: El epidiolex es la primera molécula aprobada por la FDA para uso en epilepsia refractaria. La empresa que lo fabrica además es quien lo cultiva. En cuanto a su composición química tiene un porcentaje mayoritario de CBD [cannabidiol] con menos de un 1% de THC. El hecho de que se cultive y se utilice la planta con esta genética en particular significa que hay otros componentes (algunos trabajos dicen que hasta los terpenos, que son aquellos que les da el olor característico) que tienen efectos terapéuticos.

Además contamos con la evidencia de que cuando se quiso utilizar únicamente el CBD, no tuvo resultado y esto nos dice que lo que hace al tratamiento efectivo es la combinación de todos estos compuestos químicos de la planta y no solo uno aislado en particular. La producción artesanal con genéticas que tengan un predominio de CBD, demuestran muy buenos resultados.

E.F.: ¿Qué avances hay con respecto a los controles de calidad del aceite de cannabis? ¿Es probable la aprobación por ANMAT?

S.K.: Soy parte del consejo consultivo del Ministerio de Salud de la Nación representando al CONICET y se ha visto muy buena predisposición por parte de las autoridades en todo lo que hemos planteado. Dentro de este contexto, fueron tomadas todas las propuestas que les acercamos desde el consejo. Sabemos que ANMAT está trabajando en ver cómo se amplían las categorías para que el Cannabis no quede en la categoría de medicamento sino en una categoría más amplia. Por ejemplo, en Estados Unidos, es un suplemento dietario (esto quiere decir que se lo regula y controla como un suplemento dietario y no como un medicamento). Además, hoy en día, las Naciones Unidas ha sacado un comunicado en donde dice que el CBD no es un producto ilegal. 

«Estamos todes muy contentes porque a partir de esto van a ir aumentando las investigaciones, que no solo se van a limitar a la epilepsia sino también a otros trastornos y patologías. Esto también va a permitir hacer investigaciones en semillas autóctonas, que en nuestro país hay un gran desarrollo».

E.F.: Hace unos días, esta nota comentaba sobre la producción legal de aceite de Cannabis en Jujuy. ¿Existen otras zonas nacionales de cultivo? ¿Qué potenciales tiene nuestro país para este fin?

S.K.: Jujuy es el más conocido pero hay cultivo de Cannabis medicinal a lo largo y ancho de nuestro país. El caso de Jujuy aparece con más prensa ya que se constituyeron como empresa pero hay experiencias en todos lados y yo creo que Argentina tiene todas las condiciones geográficas y especialmente de recursos humanos para ser exitoso. No solo podrá autoabastecerse sino también producir exportaciones. 

E.F.: ¿Se están realizando investigaciones en pacientes?

S.K.: Nosotres estamos haciendo un seguimiento de pacientes que están utilizando Cannabis como opción terapéutica y, en base a esto, se hace una evaluación de cómo es su frecuencia de crisis, sus respuestas, si tienen o no efectos adversos, cómo es la conducta de cada une de les pacientes.

Por otro lado, está en vista empezar con otro ensayo observacional (además del que ya hicimos) en pacientes adultos con epilepsia refractaria que utilizan Cannabis medicinal como tratamiento. Este es un proyecto que está aprobado por el Comité de Ética y estamos viendo los detalles para que se pueda lanzar pronto.

E.F.: ¿Qué resultados están OBteniendo con estas observaciones e investigaciones?

S.K.: Los resultados que hemos estado observando se encuentran publicados y son más o menos parecidos a los que se vienen publicando en otras partes del mundo. Alrededor de la mitad o un poquito más de la mitad de los pacientes que utilizaron Cannabis medicinal tuvieron muy buena respuesta y resultado.

«Esto quiere decir que, gracias a esta droga, bajaron la frecuencia de crisis y que mejoraron algunos aspectos de la conducta como por ejemplo el sueño, el apetito, el conectarse con el medio; es decir, que mejoraron su calidad de vida».

E.F.: Hoy en día, con la nueva modificación de la reglamentación, tanto el Estado como las obras sociales y prepagas deberán hacerse cargo de este tratamiento. ¿Considerás que de alguna manera se termina el tabú y la clandestinidad con este tipo de medicina?.

S.K.: La reglamentación que existía era muy mala, hecha por el gobierno anterior y diseñada específicamente para que no se pueda implementar nada. Esta nueva reglamentación apunta a que a las personas a las cuales se les indique Cannabis medicinal como opción tengan los máximos estándares y controles de calidad. Cuando el Estado no está presente, se da lugar al mercado ilegal. Dentro de este mercado ilegal podemos encontrar personas que trabajan muy bien y que saben muy bien lo que hacen, haciendo productos con alta calidad, pero también hay otras personas que son delincuentes y estafan a les necesitades. Esto se resuelve con controles de calidad, con estándares, con buenas prácticas de cultivo y manufactura. Un poco a esto apuntó la nueva reglamentación. Falta mucho, nosotres colaboramos desde la red de CONICET en la nueva ley que armamos y que va presentar, en enero o en febrero, la diputada por la provincia de Entre Ríos, Carolina Gaillard.

E.F.: Nuestra revista tiene una sección de grandes mujeres y sin lugar a dudas vos sos una de ellas. Como toda mujer de la ciencia, podemos llegar a pensar que tu camino en el ámbito científico y de la salud ha sido difícil. ¿Qué podrías decirnos de tu paso por la ciencia? ¿Sentiste alguna vez el «techo de cristal»?

S.K.: Como una de las fundadoras de la Red, este es un tema que tengo bastante caminado. Millones de veces me enfrenté a situaciones que más que techos de cristal eran bodoques de cemento imposibles de perforar sin morir en el intento. Pero acá estoy, no morí y una puede tener más o menos conciencia pero el patriarcado siempre se siente, tanto en el área de la ciencia y la tecnología como en otras áreas. 

En nuestro caso (la ciencia), no se ve reflejado en el salario y a igual posición académica igual salario, pero lo que sí esta clarísimo es que para que una mujer tenga la misma posición académica que un varón, tiene que mostrar más currículum y ser mejor. Siempre demostrar un poquito más. Nosotras pasamos por pruebas que a los varones jamás se les cuestionan o se les pregunta. 

Nosotras como RAGCyT sabemos que estamos mejor y que esa tijera, en donde las mujeres somos mayoría en los puestos más bajos y vamos desapareciendo en los puestos de mayor jerarquía, está menos presente pero sigue estando, independientemente de la edad y del área temática. Todavía hay un largo camino a recorrer. 

El hecho de que la presidenta de CONICET sea hoy en día Ana Franchi, quien es también fundadora de la Red, es una señal de que vamos en buen camino. Pero de ninguna manera hay que aflojar. Hay que estar siempre alerta y lo que siempre le digo a las mujeres más jóvenes cuando les puedo dar un consejo es que elijan todo y que no se dejen convencer de que si quieren ser madres no pueden ser científicas o no pueden ser amantes o no pueden ser amigas: elijan todo. Porque así como los hombres eligen todo, nosotras también podemos hacerlo. 


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Cannabis medicinal: investigación, regulación y ampliación de derechos

Durante las últimas semanas, los avances con respecto a la regulación del cannabis medicinal en Argentina han sido a pasos agigantados. El pasado 11 de noviembre, a través del Boletín Oficial, el gobierno publicó la nueva reglamentación en la ley de cannabis de uso medicinal.  

Dentro de las modificaciones a la ley N° 27.350 se encuentran la de «impulsar la investigación con el fin de generar evidencia científica de calidad que permita a las y los pacientes acceder a la planta de Cannabis y sus derivados en forma segura» y la de «implementar medidas para proveer en forma gratuita por parte del Estado derivados de la planta de Cannabis para aquellas y aquellos pacientes que cuenten con indicación médica con cobertura pública exclusiva. En caso contrario, la cobertura deberá ser brindada por Obras Sociales y Agentes del Seguro de Salud del Sistema Nacional».

A nivel global, el pasado jueves la Comisión de Estupefacientes de la ONU reconoció oficialmente las propiedades medicinales del cannabis y decidió suavizar la fiscalización internacional para incentivar su utilidad medicinal y las investigaciones científicas. De esta manera, el organismo internacional, quitó al cannabis de la lista IV correspondiente a «drogas peligrosas» (que había sido creada en la Convención sobre drogas en el año 1961) y lo colocó en la lista I por tener carácter adictivo, en donde se encuentran los estupefacientes con bajo control internacional.

Si bien aún falta mucho por tratar y trabajar, estos avances son clave para la investigación en el tratado de diversas patologías. La evidencia científica tiene suficiente peso en trastornos neurológicos como la epilepsia refractaria y muchos trastornos neurodegenerativos como el párkinson, el alzhéimer, la esclerosis múltiple, entre otros. Pero aun lo que conocemos sobre sus múltiples utilidades y beneficios es escaso por lo que esta regulación es fundamental para fomentar el conocimiento y expandir las utilidades que tiene —y podría llegar a tener— esta droga (y ahora es cuando dejamos de estigmatizar la palabra «droga», porque el ibuprofeno que te tomás cuando se te desmorona el útero o se te parte la cabeza también lo es).

Los principios activos

Se conoce como «cannabis» a un grupo de plantas emparentadas entre sí que han sido utilizadas históricamente por el ser humano con fines medicinales, recreacionales, como parte de ceremonias religiosas y para la obtención de productos comestibles y de manufactura. La especie se conoce por su nombre científico como Cannabis sativa y dentro de esta especie existen múltiples subespecies. Una de las subespecies más conocidas y difundidas a nivel mundial es Cannabis sativa sativa, la cual tiene dos variedades muy distintas entre sí:

  1. Cáñamo: el cual se ha utilizado para la elaboración de papel, ropa, calzado, comida, plástico, combustible, filtros, productos de cuidado personal, entre otros. Uno de los usos más extendido es como aceite medicinal. Tiene altas cantidades de CBD (cannabidiol) y bajas cantidades de THC por lo que no existe el efecto psicoactivo.
  2. Marihuana: la cual tiene cantidades suficientes de THC (o delta-9-tetrahydrocannabinol) por lo que es capaz de producir un efecto psicoactivo.
El Cannabis es el origen. Dentro de esta podemos encontrar: cañamo y marihuana. Fuente: Fundación Canna.

Además, existen otras dos subespecies que también son empleadas como cannabis medicinal: Cannabis sativa índica y Cannabis sativa ruderalis.

Esta planta tiene una combinación de más de 400 compuestos químicos. Esto nos hace pensar en una enorme complejidad de estructuras y en la posibilidad de que muchos de estos químicos interactúan entre sí (compuesto químico – compuesto químico) y con el organismo en el cual sea aplicado (compuesto químico – ser humano), produciendo distintos efectos (que algunos serán deseables y otros no tanto).

Dentro de este gran grupo de compuestos químicos, existe un subgrupo que se conoce como «cannabinoides» (más de 100 distintos), entre los cuales se encuentra el THC que es el más conocido por sus efectos psicoactivos. Además, existen otros cannabinoides que no son psicoactivos pero que se destacan por sus propiedades medicinales; por ejemplo, el CBD (cannabidiol). El CBD es el componente que principalmente se busca obtener cuando se realiza una terapia con cannabis medicinal.

Un poco de fisiología humana: ¿Cómo funcionan estos cannabinoides en un organismo humano?

El cuerpo humano es un sistema complejo que fue adaptándose a lo largo de la evolución a los múltiples entornos y condiciones en las cuales le ha tocado sobrevivir. El nivel de dificultad que presenta es tan enorme que, aún hoy en día, muchas de sus funciones son desconocidas. Dentro de esta enorme vastedad de sistemas interconectados que funcionan a la «perfección», tenemos un sistema de neuronas que se llama endocannabinoide.

Para comprender cómo funciona este sistema, imaginemos una llave y su correspondiente cerradura. Los receptores cannabinoides serían la cerradura y los endocannabinoides las llaves perfectas que abren esas cerraduras. De esta manera, y tras la unión de estos dos, se produce una activación del sistema que ejecuta distintos procesos fisiológicos dentro del cuerpo. Algo que es importante aclarar es que este sistema es propio del organismo humano. Esto significa que no es un sistema que se creó dentro de nuestro cuerpo para administrar cannabinoides exógenos, sino que dentro de nuestro organismo tenemos estos endocannabinoides que funcionan naturalmente para regular nuestra maquinaria fisiológica.

Este conjunto de neuronas o sistema endocannabinoide se encuentra desplegado por regiones del cerebro que son responsables de regular el movimiento, la memoria a corto plazo, la toma de decisiones, el hambre, el estado de ánimo y el sueño. Los efectos de los endocannabinoides o de los cannabinoides exógenos (ya sean aceites, resinas, porros, brownies o lo que se te ocurra)  son semejantes. Por esta razón, cuando se administra cannabis medicinal, varios de estos efectos pueden ser explicados. 

¿cuáles son los beneficios que podría tener el cannabis medicinal?

Debido al prohibicionismo, la estigmatización, la criminalización de les consumidores y la falta de políticas públicas, muchos de los efectos del cannabis medicinal son un territorio desconocido y poco se sabe, tanto de sus efectos deseados como de los adversos (porque sí, toda sustancia química administrada exógenamente, por más que provenga de una planta, tiene un efecto adverso asociado). Pero algunos beneficios ya son conocidos, han sido estudiados y avalados por gran parte de la comunidad médica y científica con buenos resultados en aquelles pacientes que han sido tratades mediante este principio.

Algunos de estos son:

  • Reducción de la espasticidad y el dolor de pacientes con esclerosis múltiple. Para estos casos se utiliza el nabiximol, un spray bucal que tiene la misma cantidad de THC que de CBD.
  • Aliviar el dolor crónico mediante el uso de cannabinoides. En este caso, la marihuana fumada es la forma más eficaz.
  • Tratamiento de náuseas y vómitos en pacientes sometidos a quimioterápicos. 
  • Aumento de apetito que favorece la ganancia de peso y mejora el estado de ánimo que colabora en una mejor calidad de vida en pacientes con HIV. 
  • Mejora los trastornos del sueño.
  • Cannabis para el tratamiento de adicción a drogas.

Por más investigación, cuestionamiento y debate para ampliación de derechos

La evidencia científica disponible nos desafía a movernos hacia una política de drogas independiente de los argumentos históricos, sociales, políticos, morales, religiosos y mediáticos. De esta manera, los avances científicos orientarán a la investigación de los principios activos del Cannabis que favorecerán el tratamiento de múltiples enfermedades.

La clandestinidad y la estigmatización no pueden ser la herramienta del presente, así como tampoco el debate vacío sin sustento científico decolorado por opiniones basadas en éticas arcaicas. Por todas estas razones, una sustancia química no puede ni debe ser censurada, sino estudiada e investigada con responsabilidad. De lo contrario, podríamos quedarnos con la duda de posibles múltiples beneficios que conlleven al mejoramiento de la calidad de vida de las personas. 

Así que en este tema (como en todos los demás que venimos tratando en esta sección) necesitamos una ciencia libre de conflicto de interés, científiques independientes comprometides, un sistema sanitario transdisciplinario que no estigmatice las terapias y un Estado presente en pos del bienestar de las personas. 


Material de consulta:

  • Un libro sobre drogas. (El gato y la caja. Editorial ABRE cultura).
  • Canna conection.