La deconstrucción del deporte empieza con dESIsión

Nadie con un poco de criterio y capacidad de análisis puede negar que el mundo del deporte es uno de los espacios histórica y exclusivamente masculinos más reticentes a abrirle paso a la deconstrucción. La polémica que envuelve (una vez más) al rugby por los nefastos tuits de jugadores de Los Pumas dan cuenta de la impunidad que otorga el vestuario en la construcción de la identidad masculina hegemónica y la conformación de un sentido común cooptado por el individualismo.

Pero esto no sucede solo en un equipo profesional de determinada disciplina deportiva: es un fenómeno que enmaraña a todo el entorno deportivo en su conjunto, comenzando por el más institucionalizado y por el que deben transitar todos los seres humanos de las sociedades modernas, incluso antes de aprender a leer y escribir: las clases de educación física

Siendo esta una de las instancias escolares (y, podría decir, de la vida) con un rol crucial en la construcción de nuestra identidad como personas y con una incidencia particular en la reproducción (o no) de las lógicas patriarcales que nos atraviesan como sociedad, es fundamental comenzar a desandar ciertas cuestiones en torno a esta asignatura para luego expandir el debate a toda la actividad deportiva en su conjunto.

Primero lo primero: transversalizar la ESI

Como mujer trans que compartió «camuflada» por 12 años las 2 horas semanales que establece la currícula escolar de educación física únicamente con varones, puedo dar cuenta de lo mucho que nos falta a los feminismos y movimientos de la diversidad sexual poder interpelar estos espacios, habitados casi de forma exclusiva por hombres cis heterosexuales.

En primera instancia, no deja de resultar curioso como esta asignatura es la encargada por antonomasia de replicar a rajatabla los estandartes de la masculinidad y la feminidad hegemónica en el ámbito escolar. En pleno siglo XXI, año 2020, se hace verdaderamente difícil hallar una respuesta lógica que nos permita entender por qué esta materia -la única en todo el sistema educativo- continúa dictándose en forma diferenciada según nuestra anatomía genital. Resulta perverso, no solo por la escisión de les estudiantes en grupos según los parámetros arcaicos y binarios de varón-mujer, sino por el hecho de que el mismo plan de estudios se estructura según portes un falo o una vulva entre las piernas.

Si bien existen colegios donde la educación física se dicta sin distinción de género y, por lo tanto, las actividades a realizar son igual para todes, la realidad de las mayorías estudiantiles tiende a la división. Si esto puede ser un fastidio para algunas personas cis, representa un verdadero infierno para las personas trans, travestis y no binaries. Especialmente quienes no han tenido el «valor» de mencionar con antelación su identidad y tener así una mínima chance de ir a clases con otro grupo, dependiendo de la buena voluntad que disponga la institución pese a haber una ley en la que ampararse.

Hablando de roles de género

Por otro lado, en una clase de educación física de varones (que es lo que conozco), casi con exclusividad el deporte predilecto a realizar es el fútbol. También suele ser del agrado del docente el handball y el vóley. Con mucha suerte se practican otros deportes, como el básquet, dependiendo de la fisonomía del lugar, las condiciones climáticas, los recursos disponibles y la predisposición del profesor a escapar un poco de lo convencional.

Claro que nada de ello le huye demasiado a la norma. Reducir la actividad física a un puñado de 3 o 4 disciplinas es cuanto menos dudoso. Más aun cuando se trata de disciplinas tan arraigadas al arquetipo de lo masculino como lo es el fútbol y que no son practicadas en el caso de las mujeres (y otras personas con vulva). Al menos no con la misma regularidad. Jamás me ha tocado observar a los grupos de chicas jugar un torneo de fútbol ni a los de chicos hacer gimnasia rítmica.

Pero, independientemente de que el deporte que se escoja para la clase nos resulte ameno o no, hay una cuestión más profunda. No solo es el juego un problema en sí, sino todo lo que ello conlleva. ¿Cuántas personas han sido víctimas de bullying en su paso por la escolaridad por parte de sus compañeres por no destacarse en la actividad física y, muchas veces, con la complicidad del docente? ¿Podemos desentender ese bullying del contexto en el que se abarca el juego? Por otra parte: ¿qué estamos haciendo como estudiantes, como docentes e incluso como xadres para erradicarlo?

El deporte como formador de la masculinidad

Sin lugar a dudas, nadie nace odiando ni discriminando ni hostigando a otres. Un sujeto como Pablo Matera, cuestionado capitán de Los Pumas, no se forja por sí solo. En cualquier entorno deportivo, sea en la escuela, en un club o en una plaza, todo tipo de comentarios o actitudes racistas, misóginas, homofóbicas, clasistas, xenófobas están a la orden del día. Está claro que el contexto moldea y retroalimenta. Pero, ¿por qué se da ese contexto? ¿Qué clase de personas estamos formando a través del deporte? ¿Se promueve la empatía, la solidaridad, el respeto, el compañerismo, el trabajo en equipo, la unidad, aportar nuestras características particulares en favor de un bien colectivo? ¿O predominan el individualismo, la competitividad extrema, la codicia, la altanería, la segregación y la denigración hacia quienes son diferentes?

Es interesante cómo confluyen de forma tan peligrosamente desapercibida los valores mismos del patriarcado y del neoliberalismo en el deporte. En efecto, todas estas características son propias de lo que debe ser un varón y un ciudadano «de bien». Pero, en el caso de la educación física, por ser una etapa institucionalizada por la que todes pasamos sin elegirla, le cabe una cuota de responsabilidad particular.

Pues, tal vez sin quererlo, es un lugar génesis en la vida del varón cisgénero heterosexual donde se pone en disputa su propia masculinidad y su lugar en la escala social, las cuales deben reafirmarse en cada clase mediante el juego. Se propicia una suerte de Darwinismo social en donde el más habilidoso, el más chistoso, el más musculoso, el más atractivo, el más soberbio, el más abusivo, el más violento, en definitiva, es el más macho entre los machos, es el más «apto», encontrándose impune frente a quienes no cumplan con esos requisitos. Será, además, el ejemplo a seguir, el ganador, el «sueño americano» del débil, quien, en su afán aspiracional por ser parte de ello, se impondrá a su vez frente a los más débiles.  

Un abordaje con perspectiva de género

Demás está decir que somos lo que conocemos y, por lo tanto, los valores y la forma de vincularse que se aprenden en estos espacios, ya desde el jardín de infantes, se naturalizan y son luego replicados en la vida cotidiana. ¿Cómo sorprendernos entonces ante la violencia machista que sufrimos día a día las mujeres y personas LGBTTIQNB+ si estamos educando y siendo educades bajo las mismas lógicas patriarcales que pretendemos erradicar? ¿Cómo podemos hablar de consentimiento a la vez que permitimos los «chistes», la mirada desubicadamente lasciva y la cosificación por parte de los varones cis hacia sus compañeras? ¿Cómo podemos hablar de inclusión siendo el mismo docente quien hace «chistes» transfóbicos/transodiantes? ¿Cómo podemos hablar de solidaridad y conciencia social cuando se promueve la competitividad y el egoísmo desde el momento mismo en que se pisa una pelota?

Ha llegado el momento de que nos hagamos estas preguntas. De una vez y para siempre, es imperioso reformular las relaciones humanas que se generan a través del deporte. En este sentido, las instituciones educativas no pueden ni deben desentenderse. El abordaje que realicen transversalmente en torno a la ESI será decisivo en la formación de ciudadanes capaces de habitar el mundo manteniendo vínculos saludables basados en el respeto, la inclusión y la solidaridad, lejos de la imagen que hoy rodea a un jugador de rugby promedio.

Claro está que no se trata de cargar las tintas únicamente sobre una materia escolar ni con la escuela en sí cuando hay todo un sistema detrás que conduce a ello. Más aun siendo que un problema tan estructural como este no se resuelve de la noche a la mañana. Pero la deuda histórica en materia de género que pesa sobre el deporte, comenzando por la educación física, necesita ser saldada sin más dilaciones. La responsabilidad que le compete a cada una de las instituciones es inmensa. Pero eso no quita que sea tarea de todes: docentes, estudiantes, directives, jugadores, entrenadores, clubes, equipos, espectadores. Porque no hacer nada y permitir que se sigan replicando estos ambientes destructivos también es una decisión política.



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ESI: la información es un derecho

En el marco de la Semana de la Prevención del Embarazo No Planificado en la Adolescencia —que rige desde el 21 hasta el 29 de septiembre en nuestro país— UNICEF, la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer, el Fondo de Población de las Naciones Unidas y más de diez organizaciones no gubernamentales presentaron una nueva edición de la campaña #PuedoDecidir dirigida a menores de entre 13 a 18 años de edad.

#PuedoDecidir es una campaña que, mediante actividades virtuales, busca empoderar a les jóvenes a disfrutar de su sexualidad de forma cuidada (una vez que termine el distanciamiento social preventivo y obligatorio) así como informar el uso correcto de métodos anticonceptivos y la manera de acceder a ellos para evitar embarazos no intencionales e infecciones de transmisión sexual.

Según UNICEF, en Argentina se producen 10 partos de adolescentes por hora y, si bien en los últimos años hubo un descenso en los embarazos de chicas de 15 a 19 años, la cifra entre la población de 10 a 14 continúa estable. Además, advierte que el 70% de los embarazos en adolescentes no son intencionales: ocurrieron durante una relación sexual sin protección anticonceptiva o por imposición.

La ley de educación sexual integral (ESI) y los tratados internacionales a los que adhirió Argentina (como la Declaración Universal y la Convención Interamericana de los Derechos Humanos, la Conferencia de Población y Desarrollo de El Cairo y la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidades) recomiendan difundir información sobre salud sexual y anticoncepción e incorporar contenidos sobre sexualidad y reproducción en todos los niveles educativos.

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Según el Plan Nacional de Prevención del Embarazo no Intencional en la Adolescencia 2017-2019 (Plan ENIA), en Argentina 1 de cada 4 mujeres que tuvieron su primere hije en la adolescencia tendrán une segunde antes de los 19 años. El Ministerio de Salud de la Nación alerta que en el 80% de las maternidades públicas del país, el 29% de las adolescentes fue madre por segunda o tercera vez antes de los 20 años. 

Puedo decidir

La campaña #PuedoDecidir está coordinada por la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer en conjunto con UNICEF, la Red Nacional de Jóvenes y Adolescentes para la Salud Sexual y Reproductiva, UNFPA, Amnistía Internacional Argentina, FUSA Asociación Civil, el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género, Fundación Huésped, Fundación Kaleidos, Las Otras Voces, Intercambios, Xango, Centro de Estudios de Estado y Sociedad y Doncel.

Además de prevenir embarazos no deseados, busca concientizar sobre las enfermedades de transmisión sexual. Las ITS son infecciones que pueden transmitirse de una persona a otra en relaciones sexuales sin uso de preservativo para pene/vagina o campo de látex. Las más comunes son VIH, sífilis, hepatitis B y C, gonorrea, clamidia, herpes genital y virus del papiloma humano. Estas enfermedades no siempre presentan síntomas.

Imagen: UNICEF

Según el Registro Informático Perinatal del Ministerio de Salud de la Nación, 7 de cada 10 embarazos en adolescentes no son intencionales. En jóvenes de 15 a 19 años, los embarazos no planificados representan 6 de cada 10 mientras que en la franja de edad de 10 a 14 años el número aumenta a 8 de cada 10. Esto equivale a 238 niñes que nacen de adolescentes de entre 15 y 19 años de edad por día.

que la información circule

La campaña fomenta el uso de diferentes métodos anticonceptivos que se detallan a continuación. Todos son gratuitos para adolescentes en los centros de salud, hospitales públicos, obras sociales y prepagas del país. Además, creó un mapa que informa dónde conseguir anticonceptivos gratuitos sin la necesidad de presentar DNI o la compañía de une adulte.

  • PASTILLAS ANTICONCEPTIVAS: tienen hormonas que evitan la ovulación; se toma una por día siempre en el mismo horario y si se usan correctamente son muy efectivas.
  • INYECTABLES: tienen hormonas que evitan la ovulación y hay dos variedades según el tipo de hormonas; unos son de aplicación mensual y otros cada tres meses.
  • PRESERVATIVO PARA VAGINA: uno de los únicos métodos que previenen tanto embarazos como infecciones de transmisión sexual. Actualmente no está disponible en la Argentina.
  • DIU: es un pequeño dispositivo que se ubica dentro del útero e impide que los espermatozoides se junten en el óvulo. Hay de dos tipos, de cobre y hormonales.
  • IMPLANTES SUBDÉRMICOS: se ubica debajo de la piel y liberan hormonas que impiden la ovulación, son pequeños y flexibles. Lo colocan profesionales de la salud y su duración es de 3 años.
  • PRESERVATIVO PARA PENE: uno de los únicos métodos que previenen tanto embarazos como infecciones de transmisión sexual. Es importante utilizarlo durante toda la relación sexual.

Otro posible método de anticoncepción es la pastilla de emergencia, conocida como la «pastilla del día después». En el sitio web de la campaña se explica cuándo se debe utilizar este método: si tuviste una relación sexual sin protección, si el preservativo se corrió, rompió o salió, si te olvidaste de tomar las pastillas anticonceptivas diarias, si te aplicaste fuera de tiempo la anticoncepción inyectable y si sufriste una violación.

Según los tratados internacionales y las leyes que rigen en nuestro país, les adolescentes tienes derechos. Entre ellos se destacan el de vivir y expresar libremente su orientación sexual e identidad de género, elegir con quién o con quiénes desean estar y decidir si quieren o no tener hijes. De igual manera, les menores tienen derecho a la interrupción legal del embarazo (ILE) en los casos permitidos por la ley, a recibir información y elegir junto a su médique qué método anticonceptivo usar.

Un derecho fundamental es el de recibir información de manera clara, accesible y sin discriminación ni demoras. Eso se complementa con la ley 26.150 que obliga a las escuelas a brindar educación sexual integral pero que, de todos modos, en muchos lugares del país sigue siendo inexistente.

Los embarazos no deseados ni planificados afectan a les jóvenes de todo el mundo y se incrementan aun en situaciones de distanciamiento social como el que impone la COVID-19. Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas, por cada 6 meses que se mantenga el aislamiento social, preventivo y obligatorio, se proyectan 7 millones más de embarazos no planeados en el mundo. Todo embarazo no intencionado es una vulneración de los derechos reproductivos de les adolescentes.

Si todavía tenés con dudas, comunicate con:

0800 222 3444 LÍNEA DE SALUD SEXUAL Y PROCREACIÓN RESPONSABLE.
Información sobre métodos anticonceptivos y dónde conseguirlos de forma gratuita.

0800 333 3444 LÍNEA VIH / SIDA.
Formas de transmisión del VIH, cómo prevenirlo y dónde realizarse el análisis.


Fuentes:


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Educación sexual para todes: @consultorioesi

Hace poco más de dos meses surgió Consultorio ESI, un proyecto creado por tres profesionales que, ante la demanda de información de la juventud, decidieron iniciar una cuenta de Instagram donde difundir contenidos de educación sexual. Con un crecimiento rápido, ya superaron los 8000 seguidores.


Escritura Feminista: ¿Cómo y cuándo surge el proyecto? ¿Quiénes lo integran? ¿A qué se dedican?

Consultorio ESI: El proyecto surge fundamentalmente a partir de una demanda por parte de nuestrxs alumnxs, exalumnxs y colegas. Nos pedían debatir, tener mayor información y profundizar sobre temas de actualidad relativos a la ESI. Entendemos que esta demanda cobra fuerza en el marco de la interpelación que supuso para el conjunto de la sociedad la masificación del movimiento feminista luego de la primera movilización Ni Una Menos, con el particular impacto que tuvo entre lxs jóvenes. Si bien como idea surge hace aproximadamente un año, el proyecto terminó concretándose hace unos dos meses.

Somos tres profesionales de la educación con distintos recorridos formativos y laborales, especializadas en ESI, Género y Movimientos feministas.


E. F.:
¿Cómo obtienen la información que difunden?

C. ESI: La información que difundimos la obtenemos principalmente de bibliografía especializada, como por ejemplo los textos de Graciela Morgade, Mónica Tarducci, Marcela Lagarde, entre otras. A esto se suma nuestra trayectoria académica y disciplinar, dado que en los últimos años hemos transitado distintas instancias formativas en relación a la ESI. Nos manejamos dentro de un marco teórico conformado por las principales autoras del feminismo como Simone de Beauvoir, Kate Millet, Judith Butler, Paul Preciado, Silvia de Federici y otros como Michel Foucault. No obstante, como el proyecto está destinado en buena medida a lxs adolescentes, realizamos un esfuerzo por lograr la mayor transposición didáctica posible para poder llegar a un público más amplio.

«Los principales obstáculos para la implementación de la ESI tienen que ver con el miedo y el desconocimiento, producto de los tabúes que circulan en torno a la sexualidad».

E. F.: ¿Podría la ESI ayudar a disminuir la discriminación vinculada a género o sexualidades disidentes? ¿Desde qué abordaje?

C. ESI: Creemos que la implementación de la ESI es fundamental para poder construir modelos mentales en clave de diversidad. La información es el mejor recurso para disminuir la discriminación y empezar a cuestionar las lógicas binarias y hetero(cis)nórmicas. En este sentido, los tópicos de la ESI se sostienen en una propuesta interpeladora que pone en jaque las naturalizaciones que largamente nos han encorsetado.

La ESI nos invita a deslegitimar patrones de interpretación de la realidad arraigados en discursos y prácticas tradicionales, sostenidos y perpetuados por diferentes actores sociales a lo largo de la historia. Resulta fundamental y fundante, en este punto, la posibilidad de que docentes y directivxs puedan sentirse interpeladxs por estos saberes, ya que es a partir de los procesos de aprendizaje desde donde empieza la deconstrucción de estos paradigmas atomizantes y, por tanto, la construcción colectiva de un modelo mental amplio, flexible e inclusivo.

Hablar de sexualidad en redes sociales

E. F.: ¿Qué objetivos tienen con el proyecto?

C. ESI: En principio, podemos plantear que aquello que nos interpela profundamente es la necesidad de generar las condiciones para el efectivo cumplimiento de derechos de niñxs y adolescentes. Ahora bien, sabemos que la implementación de la política nacional se ha visto, cuanto menos, cercenada por diversos motivos que, como decíamos antes, van desde el mero desconocimiento hasta la dimisión deliberada de su cumplimiento en virtud de la discrepancia con los intereses, valores y sistemas de creencias de lxs actores de las comunidades educativas.

De allí, decidimos construir este espacio para difundir saberes y prácticas en torno a la ESI porque entendemos que se trata de un medio masivo, con posibilidad de llegar a adolescentes, docentes y otras personas interesadxs en la temática. Además, posibilita el despliegue de intercambios, de hacer consultas, de compartir conocimientos y experiencias, de tejer redes para hilar colectivamente otros escenarios más libres e igualitarios.

A partir de las demandas que hemos recibido, estamos en proceso de construcción de recursos didácticos para llevar a las aulas y la preparación de encuentros, charlas y talleres para avanzar en la construcción de la ESI. De todos modos, entendemos que el proyecto que nos convoca es necesariamente colectivo y, como tal, se irá hilvanando en el encuentro con otrxs.

E. F.: ¿Qué tipo de respuesta reciben de la gente que sigue su cuenta? ¿Reciben consultas con frecuencia? ¿Cuáles son los temas que más le interesan a su comunidad?

C. ESI: Hasta el momento hemos recibido una respuesta muy positiva. Las personas agradecen la información y solicitan acompañamiento sobre cómo abordar e implementar los lineamientos de la ESI. Muchxs docentes reclaman material, estrategias y agradecen la visibilización de estos temas de manera concreta y sin tabúes. Al mismo tiempo, nos solicitan espacios formativos sobre estos temas. Lxs jóvenes también se muestran muy abiertxs, receptivxs e interesadxs; solemos recibir muchas consultas, focalizadas en lo referente a métodos anticonceptivos y salud sexual -no reproductiva- en general.

¿Se cumple la ley 26.150 en escuelas?

E. F.: ¿Por qué creen que la ESI no se implementa de forma adecuada en algunas escuelas?

C. ESI: Creemos que los principales obstáculos para la implementación de la ESI tienen que ver con el miedo y el desconocimiento (producto de los tabúes que circulan en torno a la sexualidad), tanto por parte de docentes y escuelas, como de las familias. Si bien es cierto que en los últimos años pudieron observarse avances en esta dirección, estos tuvieron más que ver con la lucha de lxs jóvenes -sobre todo las chicas- para que se incorpore la ESI en las escuelas. En este sentido, es importante señalar la falta de espacios sistemáticos y obligatorios de formación de lxs docentes, librado de este modo a la iniciativa personal y voluntaria de cada profesional.

Otro factor fundamental en este sentido es el crecimiento de algunos grupos reaccionarios surgidos en virtud del significativo crecimiento del movimiento feminista. Estos grupos vienen impulsando acciones de amedrentamiento radicalizadas hacia las escuelas y lxs docentes que intentan instalar en sus agendas pedagógicas la ESI, como denunciar o irrumpir en aulas, provocando cierta reticencia a abordar la temática.

Por último, también queremos mencionar la falta de una acción centralizada por parte del Estado Nacional que pueda ponerse por encima y superar estos obstáculos, sobre todo si tenemos en cuenta que muchas veces la implementación de la ESI queda sujeta al cariz ideológico de quienes gobiernan cada provincia o cada municipio.

 

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E. F.: ¿Consideran que la Ley 26.150 (Educación Sexual Integral) requiere alguna modificación en la actualidad? ¿Cuál/es?

C. ESI: Creemos que la ley 26.150 constituye un primer paso en el camino en tanto establece la integralidad de la educación sexual como derecho de todxs lxs niñxs y adolescentes y, en este sentido, supone una ruptura respecto de discursos tradicionales con gran pregnancia en materia de educación sexual como el biomédico o el jurídico, entre otros. No obstante, existen ciertas cuestiones que se plantean en la ley que creemos necesario revisar, así como también, otras que se fueron delineando a posteriori de su sanción y que resulta menester incluir.

Por ejemplo, consideramos necesario eliminar el artículo 5 que, de alguna manera, admite la adaptación de la ESI en función del ideario institucional lo que, a las claras, redunda en un espacio de discrecionalidad que atenta contra la obligatoriedad y universalidad de la ley.

Por último, consideramos relevante la necesidad de ampliar y jerarquizar la dimensión del placer en el abordaje de la ESI pues, aunque históricamente relegado y silenciado -especialmente en las instituciones educativas- es inherente a la sexualidad.

¿Dónde está mi ESI? Por les pibes, para les pibes

Les alumnes de la escuela secundaria N° 14 Carlos Vergara, de la ciudad de La Plata, se encontraron con una necesidad latente y preocupante que veían en la mayoría de las escuelas del país: la falta de implementación de la ley de educación sexual integral, aprobada en 2006.

No existen números oficiales sobre la información que reciben les alumnes pero una encuesta publicada el año pasado por la Fundación Huésped indicó que apenas la mitad de les docentes entrevistades había recibido algún tipo de capacitación por parte del Estado, mientras que el 57% busca información por sus propios medios.  

En el marco del programa Jóvenes y Memoria de la Comisión Provincial por la Memoria de la Provincia de Buenos Aires, les alumnes decidieron hacer lo que el Estado no, para visibilizar cómo se les vulnera su derecho y el de tantes estudiantes.

Con la coordinación de la profesora de Literatura Andrea Beratz pensaron, diseñaron y escribieron el libro «¿Dónde está mi ESI?», una suerte de manual educativo que trata temas como identidad de género, matrimonio igualitario, legalización del aborto, violencia de género, trata de personas y más, con herramientas tales como guías de preguntas o recomendaciones de libros y películas para abordarlos en clase.

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Después de la presentación del proyecto en Chapadmalal, donde se realizó el encuentro de todas las escuelas participantes del programa, y gracias a la nota de Mariana Carbajal en Página 12 (quien, además, escribió el prólogo del libro), se produjo un difusión tan masiva a nivel nacional que ningune de elles esperaba.

«Lo que demostró la repercusión es que [el libro] no era necesario solamente para les adolescentes sino que era urgente para les docentes. Nuestra primera idea era que el libro le sirviera a les pibes; si le sirve a los docentes, bienvenido sea»,  cuenta Andrea.

El libro está en formato digital, porque no obtuvieron financiación para imprimir muchos ejemplares. De todas formas, llegó en cuestión de días a escuelas de toda la geografía argentina para cuestionar y romper el abordaje de la educación sexual integral.  

«Me escribió una profesora de Tilcara para decirme que ya estaban trabajando el libro. Eso era algo impensado para nosotros, sabiendo lo necesario que es en las provincias del norte», dice Andrea sin ocultar la sorpresa que le genera la anécdota.

«Vos tenés una ley de identidad de género pero nadie te explica cómo abordar los cambios de género en la escuela, donde se tiene que respetar el nombre que le pibe eligió sin necesidad de haberse cambiado el documento», explica Andrea. Ella se encontró, también, aprendiendo y deconstruyendo ideas, creencias y formas tanto de su vida privada como de su rol como docente.  

El libro demuestra por sí solo el compromiso de les estudiantes ante el dedo acusador del aparato social e institucional que constantemente se encarga de resaltar la «incapacidad» de lograr un producto intelectual por su condición de jóvenes (ligada a la vaguedad y a la falta de sabiduría).

A esto, Andrea responde: «El compromiso de les pibes fue gigante desde la elección del tema hasta el proceso de trabajo. La producción del libro implicó juntarnos más horas en la escuela, los fines de semana y los feriados, con todo lo que eso implica para une adolescente. ¿Qué adolescente se queda cinco horas más en la escuela?».

«La escuela transforma y se transforma, y la tenemos que transformar dándole lugar a les pibes en función de sus necesidades. Hay que escuchar sus intereses e involucrarse con ello».

Eso fue lo que les pibes hicieron: tomaron el toro por las astas para demostrar que el cambio de paradigma viene de la mano de elles, que escriben libros, marchan en las calles y revolucionan la escuela.

Pueden encontrar el libro aquí.

Aborto: desde dónde formar a futuros profesionales de la salud

“El Aborto como problema de salud” es el nombre de la cátedra libre que se incorporó a la Facultad de Ciencias Médicas de la UBA. Se trata de la primera respuesta académica sobre interrupción legal del embarazo en esta facultad. Presentamos el testimonio de algunxs protagonistas.

Estudiantes y profesionales de la salud, junto con integrantes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, fueron lxs responsables de organizar esta propuesta, desarrollada en cuatro encuentros entre fines de octubre y principios de noviembre.

En ellos, distintxs profesionales hablaron sobre marco legal, contexto regional, tecnologías médicas, herramientas, accesibilidad y experiencias de los equipos de salud.

La cátedra, en palabras de sus protagonistas, surge como respuesta a una necesidad de lxs estudiantes de tratar la problemática en el proceso de aprendizaje, motivadxs también por experiencias cercanas: en 2015, se llevó a cabo la primera cátedra libre de la Campaña en la Facultad de Ciencias Sociales (UBA) y en 2016 en la de Psicología; además, este año se incorporó una materia sobre el aborto como problema de salud en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Rosario.

Uno de los aspectos que destacaron de esta experiencia fue la visibilización de una problemática que desde el modelo de salud patriarcal no se trabaja en la facultad, a través de un paradigma de géneros y derechos, el respeto a la autonomía de las personas y la concepción de la sexualidad de forma integral, responsable y libre de violencias.

En este sentido, lxs futurxs profesionales adquieren herramientas para poder realizar un primer abordaje en un futuro.

Para saber más sobre la organización, las sorpresas que se llevaron, las dificultades con las que se encontraron y sus expectativas previas y posteriores a los encuentros, Escritura Feminista se contactó con las Redes de Estudiantes y de Profesionales de la Salud por el Derecho a Decidir.

Escritura Feminista: ¿Cómo fue la organización de esta cátedra?

Red de Estudiantes: Fue más sencillo de lo que se piensa. La realidad es que nos encontramos día a día en la lucha, ya nos conocemos todxs las caras, y lo único que faltaba era poner día y hora para juntarnos y empezar a organizarnos.

A partir del primer encuentro nos dimos cuenta de que motivación no faltaba. Cada estudiante de la red es una pieza importante por sí solx, y juntxs somos el motor de esta lucha feminista.

E.F.: ¿Cuál fue el rol de los estudiantes en esta instancia?

R. E.: Lxs estudiantes somos lxs que estamos todas las semanas en la facultad: sabemos qué profesorxs son más receptivxs, quiénes no; sabemos cuáles son los conocimientos que nos brinda la facultad, los intereses del estudiantado, lo que lxs convoca; sabemos de qué manera intervenir, en qué espacios, y cómo lograr visibilidad.

Todas esas herramientas fueron más que necesarias para darle inicio a la cátedra. Nuestro rol es no sólo de espectadores pasivos, sino que también empezamos a llevar la discusión poco a poco a nuestrxs compañerxs a través de la Red, nos encargamos de la difusión y de aportar al enfoque estudiantil de la cátedra, a través de nuestras experiencias académicas sobre el aborto, desinformantes en su mayoría.

 

«A partir del primer encuentro nos dimos cuenta que motivación no faltaba. Cada estudiante de la red es una pieza importante por si solx, y juntxs somos el motor de esta lucha feminista», Red de Estudiantes de la Salud por el Derecho a Decidir.

 

E.F.: A lxs profesionales, ¿qué es lo que más les sorprendió en el primer acercamiento a estudiantes de esta facultad?

Red de Profesionales: Lo que más nos sorprendió fue la necesidad de hablar. Hubo muchísimas personas, más de 120 inscriptas, para ser la primera experiencia con tan poco tiempo de difusión.

La participación de muchas y muchos estudiantes de distintos años, quieres referían haber transitado distintas materias donde se trabaja el tema con información errónea, desactualizada y sin profundizar.

Hasta la constancia de la concurrencia, que se mantuvo numerosa los cuatro encuentros, demuestra el interés sobre la temática y el vacío académico en el plan de estudios que tiene la universidad.

E.F.: ¿A quiénes va destinada la cátedra?

R. E.: No es sólo para estudiantes de Medicina, y eso no es un dato menor. Vinieron estudiantes de Bioquímica, Enfermería, Obstetricia, Psicología, Trabajo Social y muchas personas más de ámbitos diversos.

Un dato que rompe con todos los esquemas es que no entramos en las aulas que nos asignan, lo que demuestra que ya no hay más tiempo que esperar, que es aquí y ahora. Somos muchxs más de lxs que creíamos, y estamos llenxs de ganas de dar debates serios y de adquirir esas herramientas que nos niegan desde lo académico para poder acompañar a las personas gestantes en el cuidado de su salud sexual.

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Fuente: Red de Estudiantes de la Salud por el Derecho a Decidir CABA

E. F.: ¿Qué objetivos buscan cumplir?

R. E.: El público es amplio pero nos parece igual de importante trabajar la problemática desde cada aspecto. En las carreras de Ciencias Médicas apuntamos a formar nada más ni nada menos que futurxs profesionales con perspectiva de género, que van a saber cómo abordar situaciones de aborto el día de mañana.

Eso no significa que nuestra intención sea que un estudiante de segundo año salga de la cátedra y empiece a garantizar abortos. La diferencia es que en unos años, cuando tenga su título, no va a replicar la violencia contra esas personas que solicitan interrupciones legales de embarazos, no va a estigmatizarlas, no va a tener miedo de perder su matrícula, ni de ser judicializadxs.

Lxs profesionales que hayan transcurrido formaciones como la nuestra van a ser profesionales que garanticen derechos y cuiden la vida.

Por otro lado, también sabemos que estamos molestando, que estamos irrumpiendo con la cotidianeidad de la Facultad de Ciencias Médicas, criticando su postura y convirtiéndonos en protagonistas de nuestra propia formación. Estamos rompiendo el status quo, estamos deconstruyendo el modelo patriarcal y hegemónico de la universidad.

R. P.: Poder hablar de aborto en la facultad de Ciencias Médicas, desde una mirada integral. No morir ni sufrir consecuencias en la salud por un aborto inseguro es un derecho humano básico.

Otro de los objetivos es cuestionar la formación del pregrado del modelo médico hegemónico, biologicista y patriarcal. También, poder sentar precedente para impulsar un proyecto que logre la incorporación de la cátedra como una materia dentro de los programas de las distintas carreras.

EF: ¿Por qué se asigna como cátedra libre y no obligatoria?

R. P.: Sigue siendo, a pesar de los avances, un tema muy controversial en la sociedad, y la facultad no escapa a las contradicciones culturales. En las distintas carreras de la facultad de Ciencias Médicas no está incluida la salud desde una perspectiva de derechos ni géneros.

 

«Estamos rompiendo el status quo, estamos deconstruyendo el modelo patriarcal y hegemónico de la universidad», Red de Estudiantes de la Salud por el Derecho a Decidir.

 

E.F.: ¿Qué elementos operaron (y siguen operando) para que se pueda generar este cambio de paradigma en lo académico?

R. P.: Lo más importante es encontrarnos en el andar, desde los distintos espacios de intervención. Esta cátedra es consecuencia de pensar en conjunto, entre la Red de Estudiantes por el Derecho a Decidir, la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, y la Red de Profesionales por el Derecho a Decidir.

Las redes nos ponen en el mapa a quienes somos o seremos efectores dentro del sistema de salud, de los derechos sexuales, reproductivos y no reproductivos de las personas desde la perspectiva de derechos y géneros; quienes ponemos el tema en la agenda social y cultural, para visibilizar la necesidad urgente de una ley que regule las interrupciones del embarazo como un derecho, dentro del sistema de salud, para ampliar y garantizar el acceso.

EF: ¿Tuvieron dificultades en el camino?

R. E.: Conseguir el aula fue bastante difícil. Presentamos cartas por todos lados y las respuestas nunca eran positivas. A partir de que nos dieron el sí, empezaron todas las buenas noticias. Ahora tuvimos que cambiar de espacio pero logramos llenarlo igual que la primera vez, es decir, ya las dificultades no nos hacen temblar, estamos más firmes que nunca.

R. P.: Dificultades en cuanto en el espacio físico, ya que la universidad no brinda muchos espacios para propuestas que desarrollen temáticas que no están incluidas en las currículas de las carreras, a pesar de ser contenidos y saberes que corresponden a dichas profesiones.

Dificultades político-académicas, ya que la necesidad de una cátedra libre demuestra la perspectiva restrictiva y conservadora que tiene la lógica de la facultad y del sistema de salud frente las muertes y las consecuencias que pueden generar los abortos inseguros en los cuerpos de las mujeres y personas con capacidad de gestar, y en la salud pública.

 

«Con una cátedra donde se trabaja la temática no alcanza, es un tema transversal en la salud. La universidad debería hacerse eco e incluirla dentro de los programas de estudios», Red de Profesionales de la Salud por el Derecho a Decidir.

 

EF: ¿Qué creen que falta aún?

R. P.: Falta que cambien las currículas de materias como Medicina legal, Ginecología, Bioética, Obstetricia, Salud pública y más, las cuales brindan información intencionalmente errónea y desactualizada, que restringe los derechos de las mujeres y las personas con capacidad de gestar, fomentando la violencia institucional hacia quienes quieren decidir sobre sus propios cuerpos.

Con una cátedra donde se trabaja la temática no alcanza, es un tema transversal en la salud, y por lo tanto la universidad debería hacerse eco e incluirla dentro de los programas de estudios, ya que repercute en el desarrollo laboral y cotidiano de las y los profesionales de las ciencias de la salud en todas las disciplinas.

Además, falta que se sumen más estudiantes y docentes para darle fuerza a otras formas de pensar y hacer salud.

R. E.: Un tema fundamental que salió en el último encuentro fue la ley de Educación Sexual Integral, que entendemos que sin su implementación real, nada de lo que estamos haciendo tiene total sentido.

Nosotrxs llevamos el slogan de la Campaña como bandera, por eso estamos haciendo carne de ‘educación sexual para decidir’. Pero si empezamos recién en el nivel universitario y siendo sólo una Cátedra Libre, pocxs van a ser quienes realmente puedan decidir sobre sus propios cuerpos.

Necesitamos de la ESI y necesitamos que todos los planes de estudio de todas las carreras tengan perspectiva de género, y por supuesto, para todo ello necesitamos presupuesto educativo, porque si nos vacían la universidad, nada de esto se puede realizar.

 

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Red de Estudiantes de la Salud por el Derecho a Decidir CABA