A 42 días de los incendios en el sur argentino: la reconstrucción

Desde El Bolsón, Río Negro


Pasaron 6 semanas desde que se desató la tormenta de fuego que se cobró la vida de tres personas y que arrasó en pocas horas con más de 500 viviendas en la zona chubutense de la Comarca Andina. La catástrofe fue iniciada a partir de focos ígneos que ardieron en simultáneo en distintos puntos de las localidades de Lago Puelo y El Hoyo y no pudieron ser controlados. El fuego avanzó con rapidez debido a los vientos del norte, a las altas temperaturas, a los pinares que rodeaban las viviendas y a la cantidad de residuo forestal combustible que había disponible en la zona.

Les vecines de la región afectada se reubicaron y reconstruyen sobre las cenizas de los terrenos quemados. La solidaridad de amigues, familiares, personas autoconvocadas, organizaciones sociales y trabajadores municipales acompañan en el territorio. Los anuncios que el Estado Nacional realizó para la región llegan de manera paulatina y con burocracias ininteligibles en medio de una emergencia, mientras que en los testimonios de les vecines afectades prima una sensación de Estado ausente: principalmente por la demora en que se reestablezcan los servicios y porque aún no se asiste en la construcción de manera directa ni se emplazan los módulos habitacionales de emergencia prometidos.

Según los relevamientos parciales llevados adelante por la municipalidad de Lago Puelo, hasta el momento se identificaron 511 sitios afectados, en los cuales hay 392 viviendas que presentaron pérdidas totales y 102 que presentaron pérdidas parciales. En total se vieron afectadas 1055 personas, entre las que se encuentran 112 adultes mayores, 27 personas con discapacidad y al menos 16 mujeres solas con niñes.

Renacer de las cenizas

Escritura Feminista habló con vecines de las zonas afectadas, con personal de prevención del Servicio Nacional de Manejo del Fuego y con funcionaries locales para comprender el estado de situación: los reclamos de les afectades, los tiempos para que se reestablezcan los servicios, las posibilidades de reconstruir en los terrenos con el suelo erosionado, cómo llega la ayuda del Estado Nacional.

«La reconstrucción de mi casa fue todo construcción en seco, con placas OCB, con tirantearía, placas para el entrepiso, techo y paredes revestidas con durlock, con fibra de cemento por fuera, con aislante de lana de vidrio, ventanas y puertas que nos donaron y todos los materiales los compramos con plata que nos donaron», explicó Juan, vecino de la Parcela 26, quien también nos relató cómo sobrevivió al fuego dentro de una pileta.

«El terreno está bien, está igual que antes. Más allá de lo quemado la tierra sigue igual de firme. Nos ayudaron con la construcción amigos y familiares pero fue todo por nuestra cuenta. Por parte del gobierno todavía no recibimos nada para construir, pero si algo llega es bienvenido», añadió el joven de 32 años.

Eve, su compañera, relató que «al principio fuimos a vivir a lo de unos amigos que nos prestaron la casa y ahora estamos en una cabaña que nos alquila la Municipalidad. Por suerte al menos nos ayudan en esto, sino tendríamos que poner más de cien mil pesos en estos meses sólo de alquiler y encima lo que ponemos para la reconstrucción».

«A mí no se me quemó la casa, pero se me quemó un galpón con herramientas, me dijeron que lo que compre lo facture para después presentarlo en la municipalidad, pero aún está muy desorganizado y no tenemos la plata en este momento, así que se acercaron a explicarme que puedo acceder a créditos», contó Roxana, vecina de Radal cuya casa «se salvó de milagro» mientras toda la vegetación que la rodeaba fue alcanzada por el fuego.

Por su parte, al ser consultado por los trabajos que llevan adelante desde la municipalidad, el secretario de Planificación Estratégica de Lago Puelo, Federico Vercelli, explicó que «se está asistiendo en puntos estratégicos con baños químicos a quienes trabajan en el territorio y con 100 servicios de volquetes semanales para los escombros y materiales que se necesiten arrojar. También realizamos la carga de tanques australianos para quienes lo soliciten y llevamos ripio y levantamos escombros. Tenemos tres cuadrillas que trabajan para reestablecer el sistema hídrico y con apoyo del gobierno nacional pudimos contratar 60 personas para que realicen la tala y la poda bajo los tendidos eléctricos. De esta manera asistimos a los trabajadores de la Dirección General de Servicios Públicos Provinciales para reestablecer la energía».

Respecto de los módulos habitacionales que se anunciaron desde el Estado Nacional, otro funcionario local explicó a Escritura Feminista que se contrató a un especialista que realiza el estudio del suelo antes de construirlos para evitar futuras catástrofes como inundaciones en las zonas donde estos se coloquen y que el primero se emplazará hoy, martes 20 de abril. Asimismo, manifestó que también existen líneas de créditos para la construcción y para productores que perdieron sus herramientas de trabajo. Además, aseguró que se trabaja a diario de manera interinstitucional en la región afectada: un referente barrial, un referente de una organización no gubernamental -como clubes, scouts, etc.- y un referente municipal se reúnen todos los días para responder a las demandas inmediatas en el territorio.

La catástrofe previa a la catástrofe

Un trabajador (cuya identidad pidió fuera preservada) del área de prevención del Servicio Provincial de Manejo del Fuego de Chubut asegura que «todo esto se podría haber evitado si los mantenimientos se realizaban como es debido y con tiempo, si las viviendas no se encontraran tan cerca de bosques, si no tuviéramos hectáreas y hectáreas de pino Oregón, si los residuos forestales se produjeran y se recogieran cuando es debido. Pero los recursos siempre llegan cuando es demasiado tarde».

Si bien se evalúa la intencionalidad del inicio de los focos ígneos y hay una investigación en curso, existen otros factores que aportaron a que se desencadenase esta catástrofe y que forman parte de una problemática estructural de la región.

Por un lado, parte de las zonas afectadas por los incendios no contaban con una urbanización planificada: no contaban con servicios ni eran propiedades delimitadas ni regularizadas, producto de un crecimiento exponencial y acelerado de la población en la región que no se condice con la capacidad de los servicios disponibles. Además, todas las viviendas se encontraban rodeadas de vegetación y en su mayoría se trataba de zonas de difícil acceso.

Por otro lado, las altas temperaturas sin precedentes en la Comarca Andina, las sequías, la cantidad de material combustible como residuos forestales, la abundancia de pinares -filas y filas de pinos Oregón de fácil y alta combustión- y la precariedad de los tendidos eléctricos producto del abandono provincial de la Dirección General de Servicios Públicos (DGSP) son factores que generaron las condiciones adecuadas para que los incendios se descontrolaran en pocas horas y provocaran la tragedia dantesca que ya conocemos.

¿Cómo se puede colaborar?

Pasaron tan sólo 7 días desde que se lograron extinguir los últimos focos de los incendios que comenzaron el 9 de marzo en la zona chubutense de la Comarca Andina. Ahora uno de los trabajos fundamentales que quedan por delante es el de reconstruir las casas perdidas y una ciudad cuyos servicios no estaban pensados para la cantidad de personas que habitan la localidad.

Desde la cuenta de Instagram @abrazoalacomarca, se publican las historias detrás de las personas que sufrieron pérdidas totales o parciales de sus viviendas y chacras. La colaboración se hace de manera directa y por depósito bancario a cada familia. También se comparten los teléfonos y las necesidades específicas de quienes se vieron afectades por la catástrofe.

Otra forma de colaborar es ayudar a que la peor catástrofe socioambiental que se vivió en esta zona cordillerana de la Patagonia no sea olvidada: compartir esta información, mantenerse en contacto con quienes viven en la zona, seguir cuentas e informantes que hablen sobre el estado de la situación – @defensadelbosque -. La resiliencia de quienes trabajan en sus terrenos es también gracias a la esperanza sostenida en la solidaridad de amigues, vecines, familiares, personas autoconvocadas y organizaciones sociales. El acompañamiento estatal deberá ser un pilar fundamental, si está a la altura de las circunstancias, para poder pensar y proyectar la reconstrucción organizada de las zonas y localidades afectadas.

«Gracias por tanta solidaridad».

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¡Alerta! Fuego (también) en Misiones

Si creíamos que había sido suficiente con las 11 provincias incendiadas en este año, ahora hay que sumarle Misiones, uno de los lugares en donde más difíciles es pensar que el fuego empezó solo. Este año fue uno de los más secos y calurosos, por lo tanto, la sequía está presente en varias locaciones de nuestro país, pero eso no nos hace creer que el fuego no sea intencional.

Áreas que fueron focos de incendio en la provincia de Misiones.


Esta provincia del norte de Argentina tiene más de 50 focos de incendio y lleva más de 500 hectáreas quemadas. Se informó que comenzó en la Reserva de la biósfera Yaboty, un área natural que está protegida y en la que hay otras áreas naturales también protegidas como el Parque Nacionales Esmeralda, Moconá y la Reserva Natural Guaraní, entre otras. Son alrededor de 253 000 hectáreas, donde se alberga el 15% de lo que se conoce como Selva Misionera.

Pero, como siempre, sin cuidado y sin leyes que penalicen a las personas que crean estos incendios, el fuego se extendió y empezó a llegar a diferentes partes de Misiones. La provincia es una de las cuales más difícilmente podrían sufrir un incendio por su alto nivel de humedad, pero no ayudó la poca frecuencia de lluvias que tuvimos este año. Esto no quita que el fuego no haya sido creado por alguna persona.

La Selva Misionera es uno de los lugares más amenazados a nivel mundial. Por las grandes deforestaciones sufridas, el suelo se transformó en tierra para el cultivo de té y yerba mate y para ganadería. Debido a estos destrozos, se generan grandes inundaciones que no pueden ser absorbidas por un suelo donde falta vegetación. Parece que se repite la historia, ¿no? Actualmente, esta selva ocupa el 35% del territorio de Misiones, cuando a mediados del siglo XIX cubría la totalidad de la provincia. Recordemos que estas biodiversidades son la cuna de un montón de especies de flora y fauna, entre ellas, las que están en peligro de extinción.

Aunque Misiones cuenta con tres leyes que protegen y controlan las áreas naturales como la ley de áreas naturales Nº 2932/94, la ley de bosques Nº 854 y la ley de bosques protegidos Nº 3426, parecen no terminar de hacerse valer e impedir de alguna forma, aunque sea a través de penalización monetaria, que las personas provoquen estos fuegos. Además de todas esas leyes, se sancionó una ley provincial XVI- Nº 105 donde categorizan al bosque nativo para su conservación y protección. Este mismo año, se emitió la resolución Nº 293 que prohíbe toda quema en la provincia, salvo que haya autorización.

Se estima que en Misiones quedan un millón de hectáreas de bosque nativo. Pero que estas grandes porciones de tierras están en manos de empresas como Papel Misionero (Arcor), Arauco Argentina. Pero supuestamente estas compañías no pueden deforestar ni un árbol sin la autorización del Ministerio de Ecología, a cargo por Mario Vialey.

Ambientalistas y organizaciones están trabajando en un proyecto de ley que podría funcionar con el fin del fuego en la provincia. Su crítica está en la resolución Nº 293 por no ser eficiente, ya que al fin de la cuenta, terminan permitiendo la existencia de la posibilidad del uso del fuego. Reclaman la falta de un sistema de bombeo y mangueras en las zonas de parques nacionales y arroyos, como una ayuda a este problema. De igual forma, exigen a los intendentes a que se responsabilicen y se eduquen en el plan del manejo del fuego.

¿Quiénes viven en estos lugares?

Son varias las comunidades que viven en estas hectáreas, entre ellos, en la Reserva de la biósfera Yaboty vive la comunidad Mbya Guaraní y en Santa Ana, uno de los municipios de Misiones, los Ka’a Kupe, entre otras comunidades. Elles permanecen a solo unos pocos kilómetros del fuego, pero las municipalidades no muestran compasión ni un poco de ayuda.

Pocos días atrás de los 50 focos de fuego, la comunidad Ka’a Kupe sufrió ataques de talas de árboles nativos en su territorio. En los meses de septiembre y octubre, en la Reserva Biósfera de Yabotí habían maquinas desmontando, hasta en las áreas que le pertenecen a la comunidad Mbya. Estas personas sufren y atentan contra sus derechos constantemente.

A principios de 2020, la ONG Greenpeace se mostró a favor de la denuncia de los Ka´a Kupe en la denuncia a la empresa CARBA S.A que habían estado autorizados por el Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables en deforestar la zona de Campo Grande, Misiones. Las comunidades acusan al gobierno del ausentismo frente al fuego que perjudicó la fauna y flora.

«Por ahora no tenemos ninguna respuesta del gobierno provincial y el fuego, el incendio sigue avanzando, sigue viniendo hacia la comunidad. Estamos preocupadísimos. Es muy triste para nosotros porque no solamente nos afecta a nosotros sino a los animales, las plantas y eso nos duele mucho».

Cacique Sabino Benítez.
Une de les habitantes de la comunidad al lado de un árbol legendario talado.


Por su parte, el gobierno nacional publicó en el mes de octubre el objetivo de aumentar la producción de cereales y oleaginosas modificadas genéticamente, buscando llegar para antes del 2030 a cosechar 200 millones de toneladas. Lo que llevaría a que se deforeste muchísimo más y se creen monocultivos de alimentos (no naturales ni saludables) en zonas que nada tienen que ver. Esto hace priorizar el dinero en los bolsillos de unos pocos y aumentar las problemáticas en el ambiente y en la salud de les habitantes.

El daño ambiental es irreversible. Hay personas que sigue aportando su granito de arena, como les vecines y les bomberes voluntaries que en todas las provincias les vimos más presentes que el mismo Estado. Sin embargo, quienes producen estos ecocidios no les importa lo que pensemos o hagamos nosotres, por lo tanto, no es momento de quedarnos callades o en el lamento, es hora de actuar.


Fuentes:


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El plan del manejo del fuego que hace aguas

Los focos de incendios pasaron, llovió, volvió un poco de humedad a la provincia de Córdoba y les habitantes serranos ya pueden estar en pazHasta que el ciclo vuelva a empezar: el incendio enorme que se extiende por todas las sierras, el miedo en las redes, las donaciones de la capital a los pueblos incendiados, el reclamo por el sueldo de los bomberos, la desesperación, el pedido por la lluvia, la lluvia y la calma. 

¿Dónde hacemos el corte? ¿Cuándo se acaba este ciclo? ¿Hace cuánto venimos soportando la destrucción de nuestro bosque nativo, nuestra salud y economía? ¿Quiénes son les responsables de estos actos tan aberrantes? ¿Qué podemos hacer nosotres?

HACE CUÁNTO PASAN

Unas de las explicaciones que se les dan a los masivos incendios de Córdoba son las condiciones climáticas de la provincia. Se habla de que este año fue el más seco en cuanto a precipitaciones de los últimos 65 años. 

Es una realidad empírica el hecho de que las zonas áridas de la provincia son las que se incendian. Sin embargo, estos incendios no sucederían si la mano del hombre no hubiera intervenido nunca pues «la práctica de quema de campos con fines ganaderos es históricamente la práctica de uso del fuego más antigua en Córdoba, que data desde “la Conquista” hasta fines siglo XIX.  (Se hace) uso del fuego para “limpiar” los campos, favoreciendo un incremento del proceso de erosión y especies pirófilas como la palma» (Kopta, 2005). 

UN PLAN DUDOSO

Las magnitudes de los incendios son de antaño; por ejemplo, en 1988 se quemaron unas 300 000 hectáreas. Podemos afirmar que para ese año la preocupación por los incendios era nula pues no existían políticas relacionadas con el control y la prevención del fuego. Recién en 1999 se crea la ley 8571 titulada ley para el manejo del fuego.

Esta buscaba prevenir y luchar contra los incendios. Esta ley reconoce el carácter intencional de los incendios. En su artículo 4, dicta:

«Queda prohibido el uso del fuego en el ámbito rural y/o forestal, salvo en aquellos casos en que se cuente con autorización emanada de la Autoridad de Aplicación, según artículo 3, inciso d, y en las condiciones que se establecen en la presente Ley y su reglamentación. El uso del fuego en violación a esta norma dará lugar a las sanciones previstas en el Art. 19». 

Más tarde, en 2003, se sanciona la ley provincial 9147 que modifica la antes mencionada, agregando la creación de un «Fondo del fuego»: un impuesto que se empieza a cobrar desde 2004 hasta 2017 a través de las facturas de la luz (EPEC), el cual permitió la creación de un importante presupuesto para los bomberos voluntarios y todos los recursos necesarios para el combate del fuego. 

Sin embargo, es importante señalar que el uso del fuego para el desmonte está contemplado por la ley con la condición de que, previo a la quema del campo, la Agencia de Córdoba Ambiente pueda evaluar las condiciones y consecuencias que el incendio pudiera provocar. Esto está dictaminado por la ley de bosques nativos (ley provincial 9219). 

Por otro lado, la ley 26.815 en su artículo 22 titulado «Recomposición y reparación» establece que: «El responsable del daño ambiental que produzca un incendio tendrá la obligación de recomponer y adoptar las medidas de reparación que, en cada caso, resulten necesarias para la recuperación de las áreas incendiadas en los términos de los artículos 27 y 28 de la ley 25.675, ley general del ambiente».

Entonces, ¿quiénes son les responsables? ¿Se hicieron cargo de sus daños al ambiente? Hay muy poca información en cuanto a estas preguntas. Lo que sí sabemos es que el fuego es el método más barato y fácil para deforestar. Es por eso que en aquellos campos que se quemaron en décadas anteriores ahora hay mares de soja, números inconmensurables de cabezas de ganado y vaya a saber cuántas edificaciones.

¿ES CULTURAL?

La intervención cultural del plan de manejo del fuego fue una constante durante años en la provincia de Córdoba. Incluso hubo publicidades y una miniserie que tuvo como protagonista a «Bombi», un zorro bombero que buscaba concientizar a les niñes en las escuelas. Se insiste desde el gobierno en una educación basada en el cuidado del ambiente, promoviendo el 18 de agosto como Día para la Concientización sobre los Incendios Forestales. Se comunican las consecuencias de los incendios y cómo prevenirlos, a dónde acudir en caso de ver un incendio, se pone énfasis en no hacer fogones en el campo y en no tirar basura riesgosa (como vidrios o colillas de cigarrillo). 

Se sabe que el ser humano es el principal culpable de los incendios. Se insiste en la accidentalidad pero este año, en el que no se puede ir a las sierras por turismo, no cabe posibilidad alguna de que un asado mal apagado incendiara todas las sierras. Entonces, ¿qué pasó este 2020?

LO QUE FUE DE ESTE AÑO

El primer registro de los incendios de este año es del 9 de agosto. Desde ese día hasta el 20 de octubre se estima que el fuego arrasó con 300 000 hectáreas. Tantas como en 1988. 

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El fuego arrasó en localidades de Valle de Punilla, Sierras Chicas, Isichilín, Colón, Río Cuarto, Cruz del Eje, San Javier y Río Seco. Las zonas de siempre. Pero hay una que llama mucho la atención por su locación: las cercanías de la ruta Córdoba-Carlos Paz. 

En todo este contexto, poco se sabía del gobernador Schiaretti, quien recién el 22 de septiembre compartió un hilo de Twitter pidiendo la colaboración a les habitantes de los pueblos afectados. 

Mientras tanto, la sociedad se movilizaba por cuenta propia: marchas, donaciones, denuncias en las redes, recolección de firmas y hasta una denuncia al gobernador por parte de la Fundación para la Defensa del Ambiente. 

Responsables

Poco registro histórico hay sobre las zonas afectadas por los incendios, los culpables, las estadísticas o el trabajo de recuperación de los suelos. Este año fue el más devastador después de 2009 y es necesario que las formas en que se previenen los incendios tengan un foco real. ¿Son les niñes quienes incendian? ¿Este año fue algún irresponsable que no apagó sus brasas?

Este año el culpable es otro, muchos otros que lucran a costa del bosque nativo. ¿Hasta cuándo vamos a permitir la impunidad de los verdaderos culpables que se amparan bajo los huecos de la ley? ¿Cuándo tendremos un gobierno que se interese realmente en dar solución a esta problemática y que no haga aguas con su discurso?


Fuentes:

  • Kopta, F. (2005), Manejo rural sin fuego, Córdoba, Argentina.
  • Argentina Gob: x, x

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Lucro que arde: la urgencia de una Argentina en llamas

Desde hace seis meses el país se prende fuego. El Servicio Nacional de Manejo del Fuego confirmó que son siete las provincias afectadas y, en total, hay 21 focos activos de incendio. Lo lamentable es que esto no sucede solamente en Argentina: el fuego avanza por toda América Latina.

Se sabe que la pandemia no produjo una disminución en los bolsillos de las personas que manejan el negocio de la deforestación, la ganadería y el sector inmobiliario. El foco de los incendios se registra en áreas libres de monocultivos y cría de ganados. ¿Es una casualidad o una suerte?

Se registraron 90 mil hectáreas del delta del Paraná arrasadas. También están afectadas 700 mil hectáreas en Corrientes, 40 mil en Formosa, otras 40 mil en Córdoba y otros cientos de miles en Salta, Chaco, Corrientes y Buenos Aires. Pero estos datos van a quedar desactualizados en tan solo horas.  

En el caso de Córdoba, hay lugares donde el fuego fue controlado pero en San Marcos Sierra les habitantes se coordinaron para hacer guardias durante la noche para el control de las cenizas, para que estas no vuelvan a activarse. Mientras, les bomberes siguen controlando los lugares donde el fuego no cesa. La desventaja es que el viento no coopera pero la comunidad está trabajando en conjunto para ayudar a les ciudadanes cuyas casas fueron destruidas —que, afortunadamente, no fueron tantas—.

Lo curioso es que el gobierno de Córdoba y otros sectores privados tienen intenciones monetarias en las zonas incendiadas. Por ejemplo, en las tierras de Villa Allende, hay intereses inmobiliarios para la construcción de nuevos countries. En Ischillin, es inmenso el crecimiento del desarrollo sojero. En el barrio del Pan de Azúcar «Cosquín» hay un proyecto de creación de una futura autovía. En tan solo dos meses, se perdieron 42 mil hectáreas de monte y el gobierno no está accionando de la forma adecuada. Hoy, esta provincia conserva solamente el 3,5% de los bosques originales por el avance de la deforestación.

«Los pájaros huyen del humo, tienen miedo igual que nosotros, los humanos. Las personas afectadas han sido evacuadas todas a tiempo, seguramente sus casas se podrán reconstruir y todo lo que se pueda comprar con dinero, será repuesto, como dicen los gobernantes. Lo que no se puede reconstruir es la vida de la flora y la fauna del lugar. Décadas le llevará a la Madre Tierra hacer nacer de nuevo el monte y el bosque nativo».

Silvia Ceccone, habitante de San Marcos Sierra.

En total, son 175 mil las hectáreas que fueron quemadas en la última semana, lo que equivale a 8 veces la Capital Federal. En tan solo 10 años, el país perdió 2.7 millones de hectáreas de bosques nativos a causa de la deforestación.

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El ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, Juan Cabandié, se mostró muy involucrado en este tema. Mantuvo una reunión por videollamada con el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, donde dialogaron sobre la ley de bosques Nº 26.331, ya reglamentada en el año 2009. En este encuentro compartieron la necesidad de modificar una ley que nunca implementaron.

Un informe de Greenpeace confirma que Chaco es la provincia con más desmontes en toda la Argentina. En solo 4 años perdió 130.000 hectáreas. Cabe recalcar que Jorge Capitanich presentó en enero de este año un plan para el aumento de la ganadería, lo que se traduce en más áreas deforestadas.

La ley de bosques establece en su artículo 3 una regulación en la expansión de la frontera agropecuaria y de cualquier otro cambio de uso del suelo. Y según la ley Nº 26.815 de manejo de fuego, promulgada en el año 2013, está prohibido el cambio del uso del suelo cuando se ha incendiado un bosque nativo. Pero ¿será otra vez que las manos de los grandes empresarios modifican estas regulaciones a su favor, ya que el poder judicial no controla su correcto cumplimiento?

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En agosto de 2019, un estudio del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) estimó que en el Amazonas se perjudicaron 2.5 millones de hectáreas por el fuego solamente en ese mes. Este año, en la Amazonia de Brasil se superó en un 45% el promedio en comparación con los últimos 10 años. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y el vicepresidente, Hamilton Mourao, restaron importancia a esta pronta urgencia, sabiendo que actualmente se registran más de 24 633 focos de incendio.

Imágenes capturadas desde la plataforma de la Nasa el día 26 de agosto de 2020.

Un informe de WWF y Boston Consulting Group (BCG) reveló que los seres humanos son los principales responsables del 75% de los incendios forestales. La NASA, a través de imágenes satelitales, tiene un registro de las áreas afectadas por incendio a tiempo casi real, con una diferencia de 3 horas.

Para acabar con todo este ecocidio es necesario que el Estado sancione la ley de humedales y también una moratoria que prohíba las actividades en los humedales hasta que la ley entre en vigencia. Al Poder Ejecutivo, exigir que empiece a hacer trabajar las leyes ya implementadas en materia ambiental y a la Justicia, que se haga cargo de las personas vinculadas con estos incendios.  

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Es importante recalcar el trabajo de les ciudadanes y ambientalistas por la inmensa difusión de información y los reclamos. También, el trabajo de les bomberes y voluntaries que se comprometieron para extinguir el fuego. Les ambientalistas presentaron un pedido ante el Relator Especial sobre los Derechos Humanos y el Medio Ambiente de las Naciones Unidas por la preocupación que generan los incendios que afectan a Argentina.

Nosotres, como sociedad, necesitamos actuar y tener una participación activa en estos asuntos. Porque el futuro y el cambio climático llegó hace años. Los pueblos indígenas, la biodiversidad, las plantas y los animales están en riesgo. Exijamos el respeto y la atención que las personas nativas están reclamando, consumamos menos productos que hagan daño a la naturaleza y sigamos presentes en la necesidad de un cambio que atraviese a esta sociedad en la materia socioambiental.

Si querés aportar con una donación, podés contactarte con estas cuentas: Veterinarios contra el fuego, Multisectorial Humedales, Santuario Equidad, IPAD, Sala Derecho Animal Córdoba y Grupo Fauna UCC.


Fuentes:

Imágenes de portada y del artículo: Tatiana Fernández Santos


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