El 1° de diciembre de cada año se conmemora el Día Internacional de la Acción contra el Sida, con el objetivo de aumentar la conciencia pública en la prevención y el tratamiento de la enfermedad y, además, mostrar solidaridad hacia quienes conviven con el virus. ¿Cuál es la situación mundial? ¿Cuáles son las necesidades en nuestro país? ¿Qué mitos sobreviven?
Hacia 1981, los medios de comunicación comenzaron a llamar “peste rosa” –debido a las manchas de color rosáceo que dejaba en la piel– a la enfermedad que sería bautizada oficialmente en 1982 como Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida.
En principio fue atribuida de forma exclusiva a la comunidad homosexual; luego, se descubrió que también la padecían los inmigrantes haitianos en Estados Unidos, los usuarios de drogas inyectables y los receptores de transfusiones sanguíneas.
En 1984, dos científicos franceses pudieron aislar el virus para desarrollar un anticuerpo. En la actualidad existen tratamientos antirretrovirales que, aunque no curan la enfermedad, evitan que el virus se multiplique y destruya las defensas del cuerpo. El tratamientos es crónico, y si se mantiene en el tiempo permite a las personas con VIH llevar una vida normal.
El mundo: los números nos hablan de personas
Según datos de Naciones Unidas:
- Unos 36,7 millones de personas vivían con el VIH en 2016 en todo el mundo.
- Alrededor de 19,5 millones de personas tenían acceso a la terapia antirretrovírica en 2016.
- Aproximádamente, 1,8 millones de personas contrajeron la infección por el VIH en 2016.
- Cerca de un 1 millón de personas fallecieron a causa de enfermedades relacionadas con el SIDA en 2016.
- Unos 76,1 millones de personas contrajeron la infección por el VIH desde el comienzo de la epidemia.
- Alrededor de 35 millones de personas fallecieron a causa de enfermedades relacionadas con el SIDA desde el comienzo de la epidemia.
El reciente informe de ONUSIDA trae buenas noticias: el número de personas en tratamiento ascendió, en junio de 2017, a 20,9 millones. Sin embargo, también deja claro que “los Estados tienen obligaciones básicas en materia de Derechos Humanos para respetar, proteger y cumplir el derecho a la salud”. Por eso este año la campaña de concientización se llama “Mi salud, mi derecho”.
Argentina: la ley de SIDA
Hace dos años, un colectivo de organizaciones que trabajan temáticas relacionadas al VIH consensuó con el Ministerio de Salud un anteproyecto para actualizar la ley 23 728, que fue creada en 1990 con un fuerte criterio biomédico y que resulta obsoleta para las problemáticas actuales.
La reforma propone incluir a las hepatitis virales y a las infecciones de transmisión sexual (ITS), y declara de interés nacional su prevención y tratamiento. Además, establece la participación activa de las personas con VIH como socios indispensables en la respuesta a las epidemias y provee instrumentos para garantizar el acceso universal a medicamentos e insumos. Asimismo, busca prohibir la discriminación en el acceso al empleo y garantizar el respeto a los Derechos Humanos de todas las personas con VIH.
El proyecto ya obtuvo dictamen en la comisión de Salud de la Cámara de Diputados de la Nación y debe aprobarse en las comisiones de Legislación General y Presupuesto y Hacienda. De no suceder antes de fin de año, el proyecto caerá y deberá empezar su recorrido desde cero.
Derribando mitos y prejuicios
Resulta fundamental aclarar que no todos los pacientes infectados con el virus VIH tienen SIDA. La persona infectada por el VIH es denominada «seropositiva» o «VIH positivo» (VIH+) y a los no infectados se les llama «seronegativos» o «VIH negativo» (VIH–).
Fundación Huésped explica las diferentes vías de transmisión:
- Sexual: por relaciones sexuales vaginales, anales u orales, entre personas del mismo o diferente sexo, sin protección. El 90% de las transmisiones de VIH se realizan por esta vía;
- Sanguínea: por contacto con sangre al compartir jeringas para el uso de drogas o cualquier otro elemento cortante o punzante;
- Perinatal o vertical: de madre a hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia. Es la principal vía de transmisión del VIH en niños. Con tratamiento y atención médica, el riesgo de transmisión del virus al bebé es casi nulo.
Practicar deportes, besar, abrazar, dar la mano, jugar, trabajar, estudiar, compartir duchas o piscinas, e intercambiar ropa con personas con VIH no generan transmisión alguna. Compartir el mate tampoco. La discriminación no es una opción.
El VIH no tiene síntomas y la única manera de saber si alguien contrajo el VIH es a través de un test. El análisis es voluntario, confidencial y no requiere de orden médica. Se puede realizar en todos los hospitales públicos y los centros de salud, y es gratuito. Sacate las dudas. Podés hacerte el test en todos estos lugares.
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