Una aplicación que trae una solución para el traslado de mujeres y personas LGBTIQ+ pero que todavía encuentra resistencias en la Ciudad de Buenos Aires.
Existe una aplicación llamada She Taxi donde las conductoras son mujeres. En una realidad en la que matan a una mujer cada día y medio, elegir ser trasladadas y trasladades por mujeres puede generar una sensación de seguridad.
She Taxi nació a fines de 2016 en Rosario y llegó a capital en mayo de este año. También está en Córdoba, Santa Fe, Catamarca y San Juan. Hoy, son unas 800 conductoras. La aplicación nació gracias a una chofer que se hartó del acoso machista a conductoras y pasajeras y que planea llegar a nivel internacional, aunque sabe que se enfrenta a un sistema patriarcal porque el mundo del taxi es muy machista todavía.
La experiencia que vivió la creadora de la aplicación que fue la que colmó el vaso: un día, una chica tomó su taxi y le dijo al borde de las lágrimas «Gracias, me salvaste». La pasajera le contó que usaba radio taxi y que siempre le mandaban el mismo chofer, quien le decía cosas como «Qué lindo perfume usas». Había comenzado a tener miedo y a sentirse incómoda. En consecuencia, cuando la fue a buscar la chofer Eva María Juncos, la pasajera se sintió aliviada.
¿Cómo llegó a operar She Taxi en CABA?
Conquistaron la zona porteña gracias a que el Tribunal Superior de Justicia porteño falló a su favor en un amparo por la inconstitucionalidad de un artículo de la Ley de Tránsito y Seguridad Vial que le otorgaba el monopolio del servicio a una aplicación oficial. Si el auto no estaba en la aplicación BAtaxi no podía recibir viajes.
En el marco de la discusión para operar en la Ciudad de Buenos Aires, lo que planteaba Juncos era que se estaba limitando a una industria que en realidad es lícita, porque ellas estaban registradas en el INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial), y además es un servicio gratuito. Estaban todas las condiciones dadas para recibir viajes pero no lo lograban.
Después de rechazos judiciales en primera y segunda instancia a su reclamo, finalmente el Tribunal Superior les dio la razón y no tardaron en tomar cartas sobre el asunto.
Y si de avanzar se trata, esta emprendedora no baja los brazos. Hace unos días, presentó un proyecto de ordenanza propio en el Concejo Municipal de Rosario para exigir licencias extraordinarias para lograr la paridad de género en este servicio.
En conversación con Escritura Feminista, Eva afirmó que lo que están reclamando es que solo tienen un 5% de representación al volante en el servicio de taxis y remises de la ciudad. Busca revertir la situación de discriminación histórica en relación al cupo y la paridad en el sector. En ese sentido, plantea que la sociedad está «desprovista de la cantidad de mujeres necesarias conduciendo el servicio de taxis».
En cuanto a los números, según detalla el proyecto presentado, en lo que va de 2021 en Rosario se registraron 613.775 solicitudes en la aplicación, de las cuales 148.213 «no tuvieron respuesta por falta de conductoras profesionales». Este valor representa casi un cuarto de las solicitudes.
En CABA, los números son desalentadores. Según Eva, hay 64 conductoras registradas y unas 500 solicitudes diarias que, por la poca cantidad de mujeres al volante, la mayoría queda sin respuesta. A nivel anual en CABA, de 2109 solicitudes, 2032 quedaron sin respuesta. Hoy se encuentran activas 43 conductoras pero entre septiembre y lo que va de octubre solo 5 abrieron la aplicación.
«Las conductoras tienen que derribar sus propios miedos y darle paso al avance tecnológico que viene de la mano de la gratuidad y más trabajo».
Eva María Juncos
Lo que sucede es que faltan mujeres que se registren. El limitante, según Eva, es que si el sindicato de peones de taxis no les dicen que se registren, no se van a registrar. En Santa Fe, por ejemplo, a una colega en una entrevista de trabajo para conducir un taxi le pidieron como requisito para tomarla que se comprometiera a no usar She Taxi.
Plantean que existe una situación de discriminación y que «la ausencia del Estado posterga a la mujer en los espacios de trabajo vinculados a la conducción de vehículos». Por eso es que apelan «al compromiso con los tratados contemplados en la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer» y reclaman que el Estado accione para que haya más conductoras mujeres.
La solución que se plantea en el proyecto presentado en Rosario es:
- Que se otorgue la «titularidad de una nueva licencia de taxi a toda conductora profesional en relación de dependencia habilitada por el municipio»;
- Que el único requisito sea tener carnet profesional habilitado;
- Que no se obligue al pago de radio taxi, porque «la posibilidad de trabajo está asegurada en la plataforma digital She Taxi y en las demás plataformas que brindan el mismo servicio»;
- Que no se las obligue a pagar del canon: para acceder a una licencia, las trabajadoras tienen que tener capital para adquirir un auto de unos 2 millones de pesos y esto es un factor excluyente. Si a eso se le suma el pago de un canon, solo se suma exclusión para las conductoras que, en su mayoría, son único sostén de familia;
- Que «a través del Banco Municipal se establezca una línea de crédito accesible para la conductora que no disponga del capital para la compra del vehículo».
En resumen, el pedido es por ayuda para comprar el vehículo para prestar el servicio, que no se les cobre el canon y que se les otorgue la licencia de taxi con el único requisito de tener el carnet profesional habilitado. Requisitos lógicos y aparentemente suficientes para poder manejar un taxi y brindarnos el servicio que tantas personas necesitamos.
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