¿Por qué todo el mundo habla de Heartstopper?

Heartstopper (2016) es una novela gráfica creada por la autora británica Alice Oseman. La historia que nos propone cuenta el surgimiento de un romance entre Charlie y Nick, dos jóvenes compañeros de escuela que entablan un vínculo amoroso.

El relato surgió a partir del primer texto de Oseman, Solitaire. En él, se desarrolla la historia de la hermana de Charlie, Tory Spring. La relación de los protagonistas de Heartstopper aparece mencionada como algo secundario, lo que inspiró a la autora a desarrollarlos como protagonistas en sus propios libros.

Descripción de imagen: dos páginas del cómic. La página 1 está dividida en 6 cuadros, uno debajo del otro: un par de manos se posan sobre el teclado de una computadora; las manos se aprietan en puños; primer plano de perfil de Nick, un adolescente de piel blanca y cabello rubio. Nick aprieta los labios con expresión nerviosa; una mano comienza a escribir en el teclado; aparece una pantalla de búsqueda en línea y en la barra de búsqueda se lee «¿soy gay?» en inglés; un dedo aprieta la tecla Enter. La página 2 se divide en dos secciones. Arriba: un cuadro muestra a Nick en primer plano con expresión nerviosa, ligeramente sonrojado. Alrededor, aparecen 5 fragmentos de la pantalla de búsqueda donde se leen palabras y frases sueltas en inglés como «Test gay», «¿Qué tan gay eres?», «divertidísimo», «¿Soy gay?», «curiosidad» y «Por fin, una respuesta». La palabra «gay» se repite en todos los fragmentos. Abajo: un dedo aprieta rápidamente la tecla Retroceder. Nick, sentado en un puf con la computadora apoyada en el regazo, comienza a teclear con frenesí.
Ilustración del libro.

Al momento, la tira cuenta con cuatro volúmenes publicados. En cada uno de ellos, la autora profundiza no solamente en la relación entre los protagonistas sino también en la complejidad de sus personajes: se habla de diversidad LGTBIQ, experiencias de bullying, bifobia y trastornos de salud mental y de la alimentación.

A pesar de tocar temáticas tan sensibles y recurrentes en la actualidad (en la Argentina, entre el 12% y el 15% de les adolescentes padecen de anorexia o bulimia nerviosa, siendo el 90% de las afectadas mujeres y el 10% varones), Oseman logra darle un tono adecuado y responsable a su mensaje.

En una entrevista con un medio británico, ella reconoció que fue una decisión enunciativa apostar un relato LGTBIQ que no caiga en los típicos clichés o el tono del drama y la tragedia. Por el contrario, el enfoque habla de orgullo, diversidad y empatía.

Descripción de imagen: un cuadro del cómic. Aparecen 4 fotografías de Nick y Charlie impresas en una hoja. En la primera, se abrazan fuerte, sonriendo con los ojos cerrados, mejilla contra mejilla. En la segunda, Nick sostiene el rostro de Charlie mientras lo besa en la mejilla con los ojos cerrados. Charlie abre los ojos, sonrojado. En la tercera, Charlie sostiene el rostro de Nick mientras lo besa en los labios, ambos sonrojados. En la cuarta, Nick mira a cámara, sonrojado con una sonrisa, mientras Charlie sonríe con el rostro medio escondido tras la mejilla de Nick. Alrededor de la hoja impresa, flotan flores dibujadas en estilo sencillo, casi como garabatos.

En la versión del cómic disponible en la web, que se puede leer en inglés de forma libre y gratuita acá, se incluyen advertencias de contenido en las escenas que pueden ser fuertes para ciertos públicos. Sin embargo, la edición en español que se comercializa en librerías argentinas decidió omitir estos avisos.

Las ilustraciones, que se inspiran en el anime, hacen que el relato sea adictivo y que una, como lectora, considere hasta tatuarse a algún personaje. Los colores pasteles de las portadas también nos hablan del tono de la historia que vamos a leer. Sin dudas, un gran acierto para acompañar un relato repleto de ternura.

Hasta Netflix y más allá

El éxito de la obra llevó a la escritora a firmar un contrato con Netflix para hacer una serie con la historia de Nick y Charlie. Los papeles protagónicos serán interpretados por Joe Locke y Kit Connor, respectivamente. Se espera que el estreno de esta tira, producida por See-Saw Films, tenga lugar en otoño de 2022.

Descripción de imagen: diez jóvenes posan sonrientes, mirando a cámara, al aire libre. Algunes están sentades sobre un muro pequeño, algunes están de pie detrás del muro y algunes están sentades en el suelo frente al muro. Son personas negras, blancas y asiáticas, de distintas corporalidades y géneros. Varies sostienen en las manos y muestran a cámara el guion de la serie Heartstopper.
Imagen del elenco.

El resto del elenco estará compuesto por William Gao como Tao Xu, Yasmin Finney como Elle Argent, Corinna Brown como Tara Jones, Kizzy Edgell como Darcy Olsson, Sebastian Croft como Ben Hope, Cormac Hyde-Corrin como Harry Greene, Jenny Walser como Tori Spring, entre otres actores.

El quinto volumen, que se publicará el próximo 13 de mayo, será el último de la saga. ¿Qué tiene de nuevo una historia sobre un romance juvenil LGTBIQ, en una época en la que se siente que ya todo fue contado? Lucila, una joven lectora del cómic de 12 años, resumió su experiencia de lectura de la siguiente manera:

«Conocí Heartstopper porque una amiga me lo recomendó. Al principio dudaba sobre leerlo, porque no sabía de qué se trataba, pero al final me encantó ( ´◡` ). Lo que más me gusta de la historia es la relación de Charlie y Nick, ya que son muy unidos, siempre se apoyan y se quieren mucho. Me parece muy tierno y hermoso <3».

Mientras las expectativas del romance, en tanto género literario, suelen estar puestas en las tensiones sexuales, las idas y vueltas o el tercero en disputa, Heartstopper narra al amor como un vínculo -antes que nada- de amistad genuina y comunicación. Quizás las historias de amores trágicos, apasionados y violentos ya pasaron de moda: tenemos suficiente con la realidad, ¿para qué lo vamos a seguir consumiendo en la ficción?


#Reseña: Todos somos normales

Cuando era adolescente, la literatura funcionaba como una forma de escapar a la realidad que no toleraba: peleas con mamá, necesidad de aprobación en mi entorno social, enamoramientos y exigencias escolares. Así fue como encontré representación en Katniss Everdeen, la protagonista de la saga Los juegos del hambre, que se debate entre el amor de Peeta y Gale; y en Bella Swan, la chica que cautivó los ojos de Edward Cullen en Crepúsculo. Todas, ficciones… heterosexuales.

Si bien hay excepciones, como la serie televisiva Glee que incluye romances gays y lésbicos (aunque, bueno, la pareja protagónica –Rachel y Finn– es heterosexual) o el caso de la película Las ventajas de ser invisible, donde Patrick tiene una relación a escondidas con el deportista más popular de la escuela, lo cierto es que una buena parte de la ficción juvenil continúa reproduciendo estereotipos románticos desde una perspectiva heterosexual. En este sentido, la novela argentina Todos somos normales (2018) rompe con esta lógica.

¿De qué se trata?

La novela fue escrita por Florencia Méndez, comunicadora por la Universidad Nacional de La Plata, y Bel Riddle, abogada y bookstagramer. Ambas pertenecen a la comunidad de Bloggers, Booktubers y Bookstagrammers (BBB) de Argentina. A partir de este vínculo online que comparten con otros lectores, consiguieron publicar esta historia que tiene como protagonista a una joven lesbiana y asexual.

La narración presenta una atmósfera típica de secundaria: la historia comienza con la necesidad de resolver un trabajo grupal para una materia, con compañeros que parecen entorpecer la tarea más que ayudar a resolverla. Sin embargo, la escena cotidiana dará un giro de 360 grados cuando un intento de violación tiene lugar en la casa donde se encuentran reunidos.

«Hace ya bastante que Guada está de novia con Mica, su mejor amiga desde siempre, su confidente. De a poco y a su lado descubrió la etiqueta que define su sexualidad y las lógicas de una pareja. Por ser asexual creía que jamás tendría una relación romántica, pero el tiempo le demostró lo contrario.
Un viernes, Guada y Mica deciden postergar su salida en pareja para juntarse con algunos compañeros y hacer, de una vez por todas, el trabajo práctico final de Escritura Creativa. Sin embargo, el devenir de la jornada toma un curso siniestro: Guada sufre un intento de violación, un miembro del grupo resulta asesinado y sobre Guada recae la decisión final que podría cambiar la vida de varias personas para siempre, incluso la de ella».

Sinopsis de Todos somos normales

La representación plural que necesitamos

Un estudio reciente sobre telenovelas y representación LGTBIQ+ afirma que, en los últimos tiempos, los televisores argentinos recibieron un sinfín de enlatados turcos en los canales de aire: Las mil y una noches, ¿Qué culpa tiene Fatmagul? y Esposa Joven son tan solo algunos de los ejemplos. En ellas, la representación de la diversidad es nula, lo que indica que la cultura de ese país está muy cerrada aún respecto a estos temas. Sin embargo, cabe destacar que en Argentina resultaron tener un elevado éxito en rating.

Quizás te interese leer: «CicloOrgulloLGBTIA+: espectro ace», por Rocio Sileo

Todos somos normales narra la asexualidad en primera persona, tomando como base para la construcción del personaje principal, Guada, las vivencias de una de sus autoras, quien también es asexual. En este sentido, nos encontramos con pasajes muy nítidos que describen la orientación sexual de un modo muy claro y sin estigmas.

«Ahora, con más conocimientos sobre las relaciones, las películas y las orientaciones románticas y sexuales, me causa un poco de gracia: las reacciones que siempre tuve a ese tipo de ficción romántica, siempre sintiéndola tan alejada, siempre pensando que era demasiado irreal, nunca entendiendo a la gente que creía en esa clase de amor… Todo se debía a que yo no lo experimentaba, ni deseaba hacerlo».

Cita del libro

Guada cuenta en carne propia cómo fue su salida del clóset, pero sin que ello signifique el conflicto principal de la trama, lo cual es un punto a favor. Asimismo, la historia también muestra el costado complicado de la diversidad: tener que soportar las burlas o el menosprecio de quienes no están habituados a convivir en la diferencia.

¿Vale la pena leerlo? Spoiler: sí

Por un lado, el hecho de que sea una novela juvenil (recomendada desde 14 años en adelante), le brinda mucha facilidad y fluidez a la lectura. No es una historia pesada y eso se agradece en tiempos de pandemia, home office y clases virtuales. Personalmente, al principio me generó cierta distancia que los personajes hablasen en español neutro cuando, en mi imaginario, me había hecho la idea de una escena argentina. Sin embargo, eso no impidió empatizar con la trama.

Quizás te interese leer: «Entrevista a AgruPAs: visibilizar la diversidad», por Camila Cortez

La narración del abuso está muy bien lograda porque genera rechazo e incomodidad al leerla. Esta ficción aborda el tema desde una mirada feminista sin llegar a sostener un punto de vista demasiado fanático o fundamentalista y eso siempre se agradece para crear un verosímil ameno y realista.

El punto más jugoso del libro es el desarrollo de una protagonista asexual, que está en pareja con una chica, sin hacer de eso una rareza llamativa. No son pocas las veces en que nos encontramos frente a ficciones que hacen que la función del personaje gay sea… salir del armario. Ya es hora de naturalizar que la orientación sexual es sólo una dimensión más dentro de la vida de cada persona.

Como recomendación final: el Anexo, al final del libro, narra una historia aparte pero que le da un cierre hermoso a toda la obra. Si tenés la oportunidad de leerlo, no lo dejes pasar.


¿Te gustó la nota?

Invitame un café en cafecito.app

«Las Malas» de Camila Sosa Villada

«Nuestro cuerpo es nuestra patria». La escritora y actriz cordobesa Camila Sosa Villada (38) utilizó su tercer libro, «Las Malas», para narrar una autobiografía novelada donde se visibiliza una denuncia histórica: la marginalidad y el abandono social-estatal hacia las travestis que se refugian en la prostitución como única salida laboral posible. Así, estuvieron, están y estarán (hasta que el sistema cambie) expuestas a múltiples violencias, (sobre)viviendo en condiciones de insalubridad con poco acceso a centros de salud.

La historia transcurre en Córdoba, cuando una muy joven Camila, oriunda de Mina Clavero, se muda a la Capital para estudiar Comunicación Social en la Universidad. En medio, todo se desconfigura y ella encuentra su verdadera pasión, la actuación, aunque no sin antes pasar por la parada obligatoria de la prostitución. La decisión de ir a la gran ciudad para abrir sus alas de mariposa negra le permitieron huir del pueblo donde sufrió la más cruel de las violencias por parte de su progenitor, que pretendía decretar -a golpes y cintazos- su orientación sexual e identidad de género.

El núcleo central de la novela se desarrolla con el aquelarre de travestis del Parque Sarmiento, quienes adoptaron y hermanaron a Camila después de descubrirla espiándolas. Una noche de esas que te congelan hasta la respiración, ella estaba sola sentada en un banco, observando a lo lejos, dividida entre la timidez y el miedo. Ahí pudo —por fin— encontrar un lugar de pertenencia y, a su vez, supo entender el significado de la palabra amistad. 

El libro está separado en capítulos donde se profundiza sobre la vida, el día a día, los problemas, los (des)amores, las indiferencias y las dolencias de cada integrante de esta orfandad. Durante la lectura se produce un viaje de tiempo-espacio constante que mantiene al lector expectante.

«Mi primer acto oficial de travestismo fue escribir, antes de salir a la calle vestida de mujer».

Te introduce en la intimidad y aventura de un niño que da sus primeros pasos para travestirse, aunque incomoda la forma en que padece los estereotipos reforzados de la sociedad, anhelando el reconocimiento de su propia identidad: ya no quería ser Cristian Omar. Ese niño, devenido en una Camila asumida en su cuerpo menudo con una voz «absolutamente femenina», sufrió de forma directa la discriminación y violencia sistemática: tuvo que ponerle precio a su cuerpo y su sexo.

Leer «Las Malas» puede resultar avasallante pero es fundamental. Se dejan entrever críticas sobre distintas relaciones que para parte de la población son contradictorias y fastidiosas: travestis y maternidad, travestis y el seno de un hogar, travestis y mercado laboral no sexual, travestis y el amor romántico de pareja. 

Este libro cumple un rol importante para repensar los vínculos porque pone en tela de juicio la moralidad y la comodidad de una sociedad retrógrada, patriarcal pero, sobre todo, transodiante. En poco más de 200 páginas, se libera la etiqueta nata de prostituta para objetivizar a una travesti y se la humaniza: con sus afectos, deseos, amores, sueños, proyectos, incertidumbres, miserias, tristezas, pérdidas, miedos, valentías y alegrías. «Ser travesti es una fiesta», asegura Camila.