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Estamos invitades a tomar el té
«Teteras» es un corto-documental dirigido por Nacho de Paoli y Dora Schoj. Explora el fenómeno social de las teteras en la época de la última dictadura militar en nuestro país.
«Estamos invitados a tomar el té:
la tetera es de porcelana pero no se ve,
yo no se por qué».
Es poco probable que nuestra querida María Elena Walsh haya estado hablando de las teteras de las que vamos a hablar ahora pero, conociéndola, no sería tan loco.
Hablamos con Nacho de Paoli para que nos cuente un poco más sobre qué son las teteras y como nació este corto-documental.
«El término “Teteras” o “Tearoom” (en inglés), dicho de un modo sencillo, hace referencia al sexo en baños públicos. La tetera es ese baño publico privilegiado para el sexo, el erotismo, el goce y el anonimato. Esto quiere decir que no todo baño es tetera sino que es la práctica la que determina su condición como tal».
En la era de los millenials, no es sorpresa que la gran mayoría de los descubrimientos se hagan a través de las búsquedas de Google, y esta no es la excepción.
«Navegando en la web me encontré con un blog llamado “Nosotros y los baños” que me llamó fuertemente la atención y decidí investigar. En este blog, personas de modo anónimo publicaban relatos de situaciones reales acontecidas en baños públicos de la Capital Federal».
Esto llevó al descubrimiento y la lectura del libro «Fiestas, baños y exilios» de los escritores Alejandro Modarelli y Flavio Raspisard, que fue otra pata importante a la hora de entrelazar relatos.
El corto-documental consta de dos partes. Una de ellas está integrada por dos de las entrevistas que realizaron durante el proceso de investigación.
«Como la idea surge en gran parte de a través de la lectura de su libro, nos parecía clave entrevistar a Alejandro Modarelli. Fue y es una pieza esencial en el proyecto, ya que es una persona rica tanto en contenido teórico como en experiencia personal. La entrevista con Pablo Castro Videla fue toda una sorpresa, ya que en el proceso de realización, después de haber entrevistado a unas cuantas personas nos dimos cuenta que nos faltaba algo, y que ese algo tenía que ver con la experiencia personal, con lo carnal, con una mirada menos analítica del universo de las teteras; Pablo llega al proyecto a través del blog “Nosotros y los baños”».
En el proceso de investigación, también entrevistaron a Pietro Salemme, dueño de la Biblioteca LGTBI «Oscar Hermes Villordo», y Marcelo Ferreyra, un trabajador en derechos humanos sexuales y reproductivos.
Además, se utilizaron imágenes de archivo de hechos reales acontecidos en Mansfield, Ohio. En 1962, la policía del lugar se escondió y filmó durante un mes todo lo acontecido en un baño público, utilizando las imágenes de esta película para arrestar y procesar según la ley de sodomía de Ohio a más de 60 hombres.
No se sabe una fecha o acontecimiento fundacional de las teteras en nuestro país. Sin embargo, para el corto decidieron centrarse en las teteras que funcionaban en Buenos Aires durante la última dictadura militar de nuestro país.
«Bajo ese contexto social caracterizado por la represión, la persecución sistemática hacia la comunidad LGBT y la clandestinidad, las teteras fueron más que un simple lugar de encuentro. Se convirtieron en espacios de sociabilización y fueron una suerte de grito hacia el sistema opresor de la época, diferente o lo que sucede en la actualidad».
A la fecha, el documental ha sido presentado en 15 festivales de países como Suecia, España, Colombia y Paraguay, así como varios festivales nacionales.
«Los festivales han sido, sin duda, lo más lindo que nos ha dado nuestro documental, ya que es ahí en donde se establece la comunicación directa entre creador y espectador, donde se genera un diálogo entre las partes y se puede debatir sobre la obra. Es una experiencia realmente gratificante».
Este proyecto, que nació como un trabajo para la asignatura Diseño Audiovisual II de la carrera de Diseño de Imagen y Sonido de la Universidad de Buenos Aires, aún esta a la espera de cierres en nuevos festivales donde poder proyectarse.
El equipo de Flamenco, realizadores de este corto-documental, esta compuesto por: Nacho De Paoli y Dora Schoj (dirección), Malena Cadiboni (producción), Martín Encina y Sofía Gabelli (dirección de fotografía y cámara), Andrés Ruiz Quintero (dirección de arte), Arthur Delerue (diseño de sonido), Julo Figuerero (edición), Hernán Pérez Moscardini y Leandro Bazán De Marco (música original).
María Elena Walsh: memoria desde el país del no-me-acuerdo
El 10 de enero se cumplieron siete años desde la muerte de la gran María Elena Walsh. Escritora, poetisa, cantautora, dramaturga y música argentina, Walsh supo marcar a más de una generación desde la infancia hasta la adultez con sus magníficas obras.
Nacida en febrero de 1930 en la localidad bonaerense de Ramos Mejía, María Elena Walsh es una de las referentes culturales más importantes que han emergido de nuestro país en el siglo XX. Desde hace décadas, su voz se infiltra en las casas para narrarles a los niños las locuras que ocurren en el Reino del Revés y la historia de una vaca que quería estudiar en la Quebrada de Humahuaca.
La proeza de Walsh le permitió dirigirse a un público muy amplio, desde Manuelita hasta Fantasmas en el parque, su última publicación en 2008. Sus libros para adultos resultan tan provocativos como atrapantes, gracias a la mezcla de un análisis profundo de la realidad porteña con un talento incomparable para manejar la palabra.
María Elena Walsh fue una ferviente feminista que ya en la década de 1970 exigía la liberación de la mujer del yugo patriarcal. En 1973, de cara al fin de la dictadura de Agustín Lanusse, Walsh publicó la Carta a una compatriota que, sin ir más lejos, comienza con un contundente deseo sororo: «Querría empezar esta carta llamándote hermana, sea cual fuere tu edad y tu condición social».
En los párrafos siguientes, Walsh describe sin pelos en la lengua el contexto machista y paternalista en que vivía, desde la falta de espacio y autoridad femeninos en la política hasta la denegación del derecho al aborto legal y la eterna maternidad obligada a permanecer en el hogar.
«¿Hay que educar, preparar a las mujeres o dejarlas ser dueñas de sus vidas, restituyéndoles las energías que les saquean, embruteciéndolas? ¿Deben prepararse o lo han estado siempre sin que las dejaran ejercer? «¡Las mujeres no están preparadas!» «¡La intuición, virtud esencialmente femenina!» ¿Y nadie dijo que hay que capar a los cretinos, para que no se sigan reproduciendo y produciendo conceptos como éstos?».
En 2008, a partir de la publicación de Fantasmas en el parque (libro en el cual habla abiertamente de “su gran amor”, Sara Facio, exponiendo así su orientación sexual sin tapujos), Walsh deja su opinión sobre las deudas pendientes del feminismo en nuestro país, en especial desde lo social.
Walsh vivió para ver consumada la ley de matrimonio igualitario, no más. Si bien se han dado pasos agigantados en lo jurídico, la crítica (de ya casi una década) sigue resonando en la actualidad como parte de las problemáticas que enfrentamos como sociedad.
«Es un gran tabú que todavía existe. El amor entre hombres está más liberado, porque ellos son piolas y liberan todo en su favor, pero a las mujeres nos cuesta más, y cuando nos sancionan nos dan con todo. Con la desaparición pública, por ejemplo. […] Una cosa es el pánico homosexual y esa forma terrible de discriminación que es la censura, y otra muy distinta el silencio y la reserva asumidos voluntariamente.
En este sentido, creo que las mujeres seguimos siendo poco perdonadas. Si no decime cuántos no verían con malos ojos que una mujer se niegue a la maternidad y diga: “Me revienta ser madre y tener hijos”. Y ahí es donde se nota que en nuestro país no ha habido feminismo. O que si lo ha habido, ha sido una versión tímida, blandengue, autoencerrada por miedo, por pudor, por lo que sea.
En países donde existió y existe el feminismo, se habla de estos temas con mucha más franqueza. Y en la Argentina, mal que nos pese, aún estamos lejos de arriar la bandera del machismo», (entrevista a Página 12).
Su obra distingue dos categorías claras. Entre sus historias dedicadas a los más pequeños se destacan los Cuentopos de Gulubú (1966), los Versos para cebollitas (1966), el Twist del Mono Liso (1998) y la Reina Batata (1999), y la música que nace de Canciones de Tutú Marambá (1960) y Como la cigarra (1972).
Para continuar su lectura más allá de la infancia, son destacables obras como Otoño imperdonable (1947) y Desventuras en el país-jardín-de-infantes (tanto el libro, 1993, como el artículo periodístico publicado en 1979 como parte de la resistencia cultural contra la dictadura).
María Elena Walsh pidió ser recordada como alguien que quería dar alegría a los demás, aunque no le saliera siempre. Sin dudas, esa alegría se contagió con éxito a los miles de niños que crecimos con su imaginación.
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