Un crimen sin piedad y a sangre fría

Artículo colaboración escrito por Mar Cortés


Se cumplen 62 años del asesinato múltiple de la familia Clutter que inspiró a Truman Capote a cambiar la literatura y el periodismo: «A sangre fría».

A fines de la década de 1950, en un pueblo rural seguro y tranquilo de Kansas, donde se conocían todes al punto de dejar las puertas sin seguro, ocurrió el asesinato de la familia Clutter. El trágico evento, contado con gran detallismo por Capote, dejó una comunidad abatida ante la ejecución de cuatro miembros de la familia: Herbert, granjero y líder ejemplar de Holcomb; Bonnie, madre y esposa con serios problemas psicológicos; Kenyon, el benjamín de tan solo 15 años; y Nancy, estudiante modelo de 16 años y la más joven de las hijas mujeres.

Perry Smith y Richard «Dick» Hickock.

Durante la madrugada del 15 de noviembre de 1959, los autores del crimen, Perry Smith y Richard «Dick» Hickock, exconvictos que habían obtenido la libertad bajo palabra hacía poco tiempo, decidieron asaltar la propiedad. El objetivo de los asesinos: 10 mil dólares, los cuales, se suponía, se encontraban resguardados en una caja fuerte.

Sin embargo, la familia no contaba con tal cosa ya que se manejaban con cheques, dato menor que el informante de Smith y Hickock, Floy Wells, excompañero de celda de Dick, se había pasado por alto. El desenlace fue un asesinato a sangre fría por tan solo 50 dólares, unos prismáticos pertenecientes al Sr. Clutter y una radio portátil del joven Kenyon.

Los criminales, ni lentos ni perezosos, escaparon de la escena sin dejar ningún indicio de quiénes habían llevado a cabo los terribles hechos en la propiedad Clutter. Juntos, entre robos y estafas de cheques sin fondos, llegaron a México, donde no encontraron la vida deseada. Volvieron a Kansas, luego de pasar por distintos lugares de la costa este de EE. UU., donde cometieron unos cuantos crímenes más para luego encaminarse a Las Vegas, Nevada. Allí, finalmente, fueron interceptados por la policía y llevado de regreso al estado de Kansas para su posterior juicio y condena por sus crímenes. Ambos acusados intentaron de todo, hasta alegar demencia, pero, finalmente, los sentenciaron a la condena máxima del estado: muerte en la horca.

En esa época, Capote era un reconocido autor por obras como «Otras voces, otros ámbitos» y «Música para camaleones». Pero el caso de los Clutter, el cual captó su atención en un pequeño apartado del periódico, fue lo que lo llevó a cambiar el oficio del escritor y periodista, abriendo la posibilidad de que ambos colisionasen y pudieran servirse de las distintas particularidades que tenían para ofrecer.

Capote, con su carismática y filosa personalidad, se metió de lleno en el caso: se relacionó con Eveanna y Beverly (las hijas mayores sobrevivientes), les vecines, les compañeres del colegio, los investigadores encargados del caso y hasta con los mismísimos criminales, Dick y Perry. Sin embargo, y pese a la fama de la obra y el exhaustivo labor de Capote, fue y es vista con desprecio por la comunidad de Holcomb por considerarla un producto realizado con fines comerciales y marketing, mas no para contar los hechos y concientizar acerca de lo ocurrido a las víctimas.

Con una riquísima prosa y una narrativa atrapante, «A sangre fría» cambió los paradigmas de ámbitos de la cultura contemporánea y, hasta hoy en día, es considerada una de las novelas de no ficción más importantes del siglo XX. Con varias adaptaciones cinematográficas, unitarios especiales y hasta documentales en torno al hecho, Capote logró que su obra no pueda ser olvidada y hasta sea considerada atemporal. Sin embargo, no hay que olvidar el asunto en cuestión, que a veces ha sido eclipsado por la misma obra en cuestión: el asesinato a sangre fría de una familia por tan solo 50 dólares.


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