Otras formas de quererse son posibles. Ningún amor es ilegal. Muchas veces se pierde de vista la importancia de educar en la igualdad, educar para cuestionar la magia del amor romántico, SIMPLEMENTE EDUCAR EN LA DIVERSIDAD. Nadie asegura que sea una tarea sencilla pero, si se logra, los corazones explotan de felicidad.
Ningún mundo mágico te asegura la felicidad. Creala vos misma. No es justo imponer ideologías que hagan creer que el amor es la salvación y la solución, y que no es el amor entre nosotras sino el amor hacia un hombre. Así se configuran vidas en torno a la necesidad de sentirse amadas.
No importa la edad, no importa el género. Lo único que importa es tener las herramientas para perderle el miedo al amor, para saber expresar nuestras emociones y desprendernos el machismo que la sociedad inculca y divulga día a día.
Educar en la igualdad y la diversidad no solo aplica a términos amorosos. Es igualdad en todo sentido, igualdad de derechos y goce de libertades, igualdad en su sentido más pleno. Es imposible dejar de destacar la importancia que reside en la igualdad de oportunidades en todos los ámbitos de la vida para la mujer, que todavía se ve desgarrada.
Miles de mujeres trabajan en pésimas condiciones laborales o por salarios muy bajos. Es importante continuar la construcción y la lucha por más derechos de los que se obtuvieron y persisten en este último tiempo, sin perder de vista cuestiones que respalden las condiciones laborales de la mujer y, a su vez, permitan que sean remuneradas de igual forma que los hombres.
Siglo XXI; grandes cambios tecnológicos, sociales, políticos y económicos, y aún seguimos debatiendo y luchando para que las mujeres obtengan un salario igual al de un hombre por realizar funciones de un mismo cargo. Más allá de los empleadores, que siempre buscarán obtener su máximo beneficio, debe haber un Estado que regule las medidas y no permita esta situación.
Nada es fácil. Mucho menos educar, con la gran responsabilidad que implica. No es fácil ayudar a construir un futuro, ayudar a educar en la igualdad. Pero tampoco se es feliz sin ayudar, porque ayudar completa. Hace bien. El que no pelea no pierde, pero tampoco gana. No cruces los brazos, ni mires para un costado. Salí, defendé tus ideales, que nadie te frene.
Eduquemos. Sí, TODOS. Con amor y diversidad, con amor e igualdad, con amor. Sin prejuicios, sin ataduras, sin menospreciar ni maltratar a nadie; valorando al otro, acompañando, ayudando. Eduquemos con amor y diversidad, eduquemos pensando en el otro y en un futuro mejor.