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Etiqueta: poesia
Con mis piernas hago
¿Con mis piernas, qué hago?
Con mis piernas camino, rápido o lento,
Corro, salto, esquivo, desfilo.
Las luzco, uso jeans, calzas y faldas,
A veces con tacos y otras sin depilar.
Prefiero no usar medias.
Me desplazo
De un lugar a otro,
De un pensamiento a otro.
Con mis piernas juego, ejercito, trepo.
Sean flacas o gordas
Si buscás, seguro encontrás raspones y moretones,
Estrías y celulitis.
Ando segura.
Me mantengo firme en lo que creo
Y huyo de las verdades absolutas.
Mis piernas las estiro;
Voy de puntas o como puedo.
Piso, pateo,
Me abro paso.
Bailo sin necesidad de ser profesional.
Giro y giro,
Cambio el rumbo.
Resbalo.
Voy en equilibrio
Y también lo pierdo.
Caigo y me levanto.
Recorro.
Me arrodillo.
Subo,
Bajo,
Entro,
Salgo,
Paso.
Cruzo de vereda.
Viajo.
Me acerco y me alejo
De vos, de ella o de él.
Mis piernas las abro.
Las enredo durante el sexo,
Dejo que se llenen de besos.
Me divierto
Y si quiero las cierro.
Las visto y desvisto.
Ni tu mandato ni tu opinión las hacen trastabillar;
De tantos golpes, aprendieron a esquivar.
No van a convencerlas de que hacen daño.
Hacen oído sordo a tus reclamos,
A tu súplica por que controle lo que hago,
Y se burlan de que te generen desagrado.
Te repito que son mías.
Siguen su camino, no el tuyo.
Y que con mis piernas hago y deshago.
Un nuevo cuento
Tu boca pierde dulzura
En los espesos de aquella marca,
Hecha a mano pesada
Con mente oscura.
Ahí sigues
Junto a todas tus hermanas,
Metida en el laberinto,
Buscando por los rincones
El alma que tenías antaño.
Un alma que han sesgado
¡Mas no matado!
Tu útero llora cada día,
Tus hijos también.
Con ese sabor, vives en las mañanas
Y mueres por la noche.
Con los ojos entumecidos
Por la desgracia
Vas tomando fuerzas
Y te acobijan brazos suaves.
¡Ya llega! ¡Ya llega tu hora!
Junta las lágrimas,
Que en cada golpe y en cada palabra lastimosa
Su mundo se hace más pequeño
Y pronto llegará su fin.
Mujer o niña
Lo mismo da…
Ha salido el sol,
Y trepas como una enredadera
Cubierta de flores en primavera.
Abre tus manos,
Que el viento
Ya se lleva aquel tormento.
Desde hoy empiezas a escribir un nuevo cuento.
Cinco #GrandesMujeres que lucharon con poesía
El 21 de marzo se celebró el Día Mundial de la Poesía, fecha que busca resaltar la creatividad, la innovación y la diversidad lingüística a través de la expresión poética. Es un día para fomentar su enseñanza y apoyar a pequeños artistas.
En la literatura, como en la mayoría de los campos artísticos, existe una gran diferencia en cuanto a cantidad de obras publicadas por hombres y mujeres. No porque haya habido pocas o malas escritoras, sino porque no tienen el mismo «prestigio», o incluso porque se vieron obligadas a firmar bajo un pseudónimo para ocultar su género y generar más ventas.
Lo cierto es que, a lo largo de la historia, la literatura fue una de las primeras vías de expresión para las mujeres. Mientras el hombre salía a conquistar el mundo, la mujer escribía sobre el suyo.
Como el objetivo del Día Mundial de la Poesía es difundir e inspirar a que la gente se introduzca en este género literario, desde Escritura Feminista presentaremos cinco mujeres poetisas, quienes lograron abrirse paso entre un mundo de hombres con sus voces fuertes, desafiantes y poderosas.
#1 Alfonsina Storni (Sala Capriasca, Suiza, 1892 – Mar del Plata, Argentina, 1938)
Considerada una de las mejores escritoras del país, Alfonsina Storni, fue una poetisa posmodernista, escritora y periodista. Algunas de sus obras son «El dulce daño», “Alma desnuda”, “Frente al mar”, «Ocre», «Poemas de Amor» y «El amo del mundo». Colaboró en varias revistas, como «Nosotros», y en diarios de Buenos Aires, como «Crítica» y «La Nación», bajo el pseudónimo de Tao-Lao.
Storni defendió el derecho de la mujer al voto y criticó a través de sus artículos de prensa los estereotipos de género. Vivió en permanente conflicto con su sexo y las limitaciones sociales que sufría. La poesía de Storni es amorosa, feminista y de vanguardia, en busca de una reivindicación de la libertad femenina. En 1920 ganó el Primer Premio Municipal de Poesía y el Segundo Premio Nacional de Literatura por su obra “Languidez”.
Se suicidó tras luchar contra la depresión y el cáncer de mama.
TU ME QUIERES BLANCA
Tú me quieres alba,
Me quieres de espumas,
Me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerradaNi un rayo de luna
Filtrado me haya.
Ni una margarita
Se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
Tú me quieres blanca,
Tú me quieres alba. […]Tú que el esqueleto
Conservas intacto
No sé todavía
Por cuáles milagros,
Me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
Me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡Me pretendes alba!Huye hacia los bosques,
Vete a la montaña;
Límpiate la boca;
Vive en las cabañas;
Toca con las manos
La tierra mojada;
Alimenta el cuerpo
Con raíz amarga;
Bebe de las rocas;
Duerme sobre escarcha;
Renueva tejidos
Con salitre y agua;
Habla con los pájaros
Y lévate al alba.
Y cuando las carnes
Te sean tornadas,
Y cuando hayas puesto
En ellas el alma
Que por las alcobas
Se quedó enredada,
Entonces, buen hombre,
Preténdeme blanca,
Preténdeme nívea,
Preténdeme casta.
#2 Gioconda Belli (Managua, Nicaragua, 1948)
Esta poetisa y escritora nicaragüense no puede desligar su activismo y la lucha feminista de su arte.
Durante la dictadura del general Somoza debió abandonar el país para no ser encarcelada. Más tarde, se unió al Frente Sandinista de Liberación Nacional, al igual que otros tantos intelectuales de la época. Esto la llevó a participar de una larga serie de actividades clandestinas, que comprendían desde la entrega de correspondencia hasta el transporte de armas.
Su producción literaria incluye poesías, novelas e incluso un cuento infantil. Recibió el premio de poesía Mariano Fiallos Gil por su obra «Sobre la grama”. Algunos de sus poemas son “Ocho de marzo”, “Y Dios me hizo mujer” y “Huellas”.
NUEVA TESIS FEMINSTA
¿Cómo decirte
hombre
que no te necesito?
No puedo cantar a la liberación femenina
si no te canto
y te invito a descubrir liberaciones conmigo.
No me gusta la gente que se engaña
diciendo que el amor no es necesario
-‘témeles, yo le tiemblo’
Hay tanto nuevo que aprender,
hermosos cavernícolas que rescatar,
nuevas maneras de amar que aun no hemos inventado.
A nombre propio declaro
que me gusta saberme mujer
frente a un hombre que se sabe hombre,
que sé de ciencia cierta
que el amor
es mejor que las multi-vitaminas,
que la pareja humana
es el principio inevitable de la vida,
que por eso no quiero jamás liberarme del hombre;
lo amo
con todas sus debilidades
y me gusta compartir con su terquedad
todo este ancho mundo
donde ambos nos somos imprescindibles.
No quiero que me acusen de mujer tradicional
pero pueden acusarme
tantas como cuantas veces quieran
de mujer.
#3 Rosario Castellanos Figueroa (Ciudad de México, México 1925 – Tel Aviv, Israel, 1974)
Fue una escritora y diplomática mexicana. Estudió Filosofía en su país y en España, y también se dedicó a la enseñanza. A lo largo de su vida, escribió poemarios, novelas, ensayos, textos periodísticos y obras de teatro donde el eje de su obra fue la defensa de los derechos de la mujer y la desigualdad entre aborígenes y los hombres blancos. Luchó contra la discriminación sexual y la segregación social y racial.
Murió a los 49 años en un accidente doméstico. Su legado incluye los poemarios “Apuntes para una declaración de fe” y “Poesía no eres tú”.
AUTORRETRATO
Yo soy una señora: tratamiento
arduo de conseguir, en mi caso, y más útil
para alternar con los demás que un título
extendido a mi nombre en cualquier academia.Así, pues, luzco mi trofeo y repito:
yo soy una señora. Gorda o flaca
según las posiciones de los astros,
los ciclos glandulares
y otros fenómenos que no comprendo.Rubia, si elijo una peluca rubia.
O morena, según la alternativa.
(En realidad, mi pelo encanece, encanece.)Soy más o menos fea. Eso depende mucho
de la mano que aplica el maquillaje. […]Prefiero estar aquí, como ahora, leyendo
y, si apago la luz, pensando un rato
en musarañas y otros menesteres.Sufro más bien por hábito, por herencia, por no
diferenciarme más de mis congéneres
que por causas concretas.Sería feliz si yo supiera cómo.
Es decir, si me hubieran enseñado los gestos,
los parlamentos, las decoraciones.En cambio me enseñaron a llorar. Pero el llanto
es en mí un mecanismo descompuesto
y no lloro en la cámara mortuoria
ni en la ocasión sublime ni frente a la catástrofe.Lloro cuando se quema el arroz o cuando pierdo
el último recibo del impuesto predial.
#4 Alejandra Pizarnik (Buenos Aires, Argentina, 1936 – 1972)
Su inconformidad con el lenguaje para explicar y definir lo que ella sentía hizo que su obra fuese tan intensa y peculiar. Para Pizarnik, el lenguaje no llegaba a expresar el mundo y el mundo no llegaba a expresar nuestros deseos más profundos.
La muerte, el sexo, su infancia y sus conflictos con la feminidad son temas recurrentes en su obra, en consecuencia de una vida rodeada de tragedias, como la muerte de sus familiares por el fascismo y el estalinismo. Su poesía fue transgresora e innovadora, utilizó diferentes metáforas e imágenes.
Le diagnosticaron trastorno de límite de la personalidad y padeció trastornos de sueño, euforia e insomnio. En 1972 decidió suicidarse. Escribir en sus diarios fue su escape y su forma de luchar contra aquello que no comprendía.
«Soy mujer. Y un entrañable calor me abriga cuando el mundo me golpea. Es el calor de las otras mujeres, de aquellas que hicieron de la vida este rincón sensible, luchador, de piel suave y tierno corazón guerrero».
#5 Elvira Sastre (Segovia, España, 1992)
Con solo 26 años, esta poetiza escribió seis libros y tradujo otros siete. Elvira comenzó a escribir sus poemas en su blog y en sus redes sociales, lo que permitió que llegasen a América y que consiguiese cierta popularidad antes de publicar su primer poemario.
“La poesía parecía ese género intocable al que solo podían acceder los tocados por la varita de la mejor inspiración; ahora todas las puertas están abiertas y nadie tiene la llave”, explicó la joven en una entrevista, en referencia a la difusión de sus obras gracias a internet.
Para ella, la poesía es indispensable para generar empatía entre las mujeres y transformar la realidad. Algunos de sus temas recurrentes son el amor, el desamor, el sexo y la valentía. Su poemario «Baluarte» es uno de los libros más vendidos de poesía en España.
Entre tantos libros escritos por hombres sobre cómo debería entenderse el mundo, estas poetisas presentan uno distinto. Uno bello, potente (aunque silenciado por muchos años) y rebelde: el mundo femenino.
#Relatos No soy macho, soy varón
«No soy macho, soy varón».
¡Cómo te lo digo!
Piropeás a una mina por la calle,
te mostrás encarador para los pibes.
Sos machito pero no sos varón.
¡Cómo te lo digo!
Que tu madre, tu hermana y tu mujer
son mujeres sin ser tuyas.
¡Cómo te lo digo!
«Nadie entiende a las minas».
¿Alguna vez le preguntaste qué sentía?
¡Cómo te lo digo!
Que una caricia, una lágrima y un perdón
no te hacen puto, te hacen varón.
¡Cómo te lo digo!
Que te lo tengo que decir:
se va a pudrir tu corazón.
¡Cómo te lo digo!
Que te lo tengo que decir:
muerte al macho,
para que renazca el varón.
#PoesíaVenenosa: El insoportable dolor de ser mujer
Me duele.
Me duele, mamá,
me duele.
Siento en el pecho,
en las piernas,
en el útero,
en la existencia,
el insoportable dolor de ser
-y de ser mujer–
en este mundo.
Me matan, mamá,
me matan.
Me asesinan,
me insultan,
me ultrajan,
cada vez que salgo a la calle,
cada vez que entro a la casa,
cuando voy al laburo,
a la universidad,
a la nada.
Ser mujer se convirtió
en un factor de riesgo
y mientras yo me desangro
hay quienes lloran por miedo
a perder sus privilegios.
Mamá, no quiero ser una cifra.
Quiero contar esta vida
aunque no la haya pedido.
Porque yo no lo elegí,
simplemente vine a este mundo.
Tampoco sé si vos lo elegiste,
o si hoy no te llamo por tu nombre
solo porque el aborto es clandestino.
Tal vez lo que querías era no morirte,
como yo, mamá,
y como tantas otras,
compañeras,
amigas,
hermanas,
sororas
que no conocimos
ni conoceremos nunca,
porque el miedo a la mujer sin miedo
se las tragó todas, completitas.
No quedó ninguna, mami.
Cada día hay una menos que respira,
una menos que dibuja,
una menos que canta,
que baila, que brilla.
Y cuando yo me entero
también se entera el universo,
porque nos enteramos todas
y el dolor no pasa desapercibido.
Porque se hace grito
que se siente, que se escucha,
suena fuerte, se hace acción,
se hace lucha.
Ilustración: Gabriela Di Pilla
Marisa Wagner, poeta y loca
Una de las virtudes de las poesías de Wagner es la capacidad de describir con humor aquellos paisajes y figuras donde solo parecería existir el horror, el espanto y el abuso.
Nadie como Marisa Wagner ha sabido describir la vida en el loquero. Nadie como ella ha logrado producir tanta belleza de tantos abusos. Marisa Wagner ha sido creadora de realidades.
Es probable que quien se haya encontrado con esta nota, ya haya interrumpido su lectura para googlear «Marisa Wagner – Hospital psiquiátrico». Pasarán décadas hasta que la cultura pueda valorar la obra de Marisa Wagner más allá de lo que le tocó vivir en una colonia psiquiátrica.
Pero si vos no leés de esa forma, te cuento que las colonias psiquiátricas colonizan la mente, el discurso y la conducta de sus víctimas. Por eso se ganan el nombre, porque colonizan la locura. Todo loquero es un aparato de captura, represión y tortura.
Marisa Wagner es la autora del libro «Los montes de la loca», gracias al cual recorrió Argentina recitando sus poemas, dando clases de psicología social y vendiendo ejemplares de su libro. Lo escribió privada de su libertad y anestesiada con neurolépticos.
Los buenos escritores suelen ser buenos lectores. Marisa reconocía la influencia de algunas lecturas en su vida.
«Leía compulsivamente: el diario, Corín Tellado, un poco de El Capital de Marx, Dostoievski. Después, durante un tiempo me hice rosista, y leía historia argentina, pero como la poesía es puta vuelve siempre, y me encontré con tipos rarísimos.
Leía en forma desordenada, a Ginsberg y simultáneamente a Baudelaire hasta que un día me encontré con César Vallejo y dije: “¡Epa! Padre, usted sí que es un poeta, ¡no me joda!», y leí toda su obra. Era otra dimensión de la palabra».
En cuanto a escribir poesía en específico, Wagner también tenía una posicionamiento tomado.
«La poesía del establishment se dedica a hablar de atardeceres, otoños, amores desahuciados, mares, astrologías; esa poesía se puede hacer en un escritorio, se puede corregir y volver a corregir».
Muchos ya se han ocupado de escribir sobre los años que Wagner estuvo detenida en los loqueros colonia montes de oca y el moyano. En minúsculas. Para restarles importancia.
Hoy nuestro homenaje es recordarla por la belleza de su obra. Por eso, te invitamos a que la veas hacer poesía:
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