Louise Bryant fue una periodista y escritora estadounidense. Líder feminista, partidaria del amor libre y del sufragio universal femenino. Amante de la vida, el arte y la revolución.
Se graduó en la Universidad de Oregón cuando no era muy común que una mujer obtuviera títulos universitarios y su afán por ser escritora la había llevado a ser editora de algunas revistas del ámbito estudiantil.
Se consideraba una mujer libre, muy por encima de lo que se permitía en aquella época, y colaboraba con el comité literario de la Asociación para la Igualdad del Sufragio.
Poco después de terminar sus estudios, consiguió trabajo como reportera de eventos sociales en un semanario de Portland (Oregon) y se unió a las “Sob Sisters”: mujeres reporteras.
Como mujer trabajadora, creía firmemente que la relación entre feminismo, libertad sexual e igualdad económica eran tres factores totalmente indivisibles.
El revolucionario amor
A partir de 1916, su vida cambiaría para siempre al conocer a John Reed, que para aquel entonces era un reconocido periodista. Juntos utilizaban el estudio de Louise como lugar para encuentros clandestinos.
Ambos eran jóvenes brillantes unidos por una ideología que huía totalmente de los convencionalismos sociales y culturales de la primera década del siglo XX estadounidense.
“Ha crecido (no me imagino cómo) para ser una artista, una individualista rampante y gozosa, una poeta y una revolucionaria» la define Reed en una emocionante nota escrita pocos días después de su primer contacto.

El cambio radical
Durante el primer tiempo con Reed, Louise escribió poesía, ficción y drama, pero encontró su verdadera expresión cuando decidió viajar con su compañero a Rusia, enviada para cubrir la Revolución.
Entrevistó a heroínas de la Revolución, escribió sobre las condiciones de los niños del país y describió la formación y actividades del llamado Batallón de la Muerte, una unidad de combate compuesto por mujeres rusas.
Eran artículos condimentados con anécdotas personales, comentarios feministas y políticos, que recopiló para para publicar su primer libro: “Seis meses rojos en Rusia”.
Al poco tiempo se convirtió en uno de los mejores relatos de testigos oculares escritos por mujeres periodistas americanas.
Louise se esforzó en darles voz a todas esas mujeres revolucionarias y retratar en cada hoja la lucha de los oprimidos, formando parte de un gran movimiento social que tomó como propio.
En los años posteriores trabajó en Turquía, Rusia y fue la primera periodista estadounidense en entrevistar a Benito Mussolini. A su vez, su segundo libro, «Espejos de Moscú», está considerado como una obra maestra.
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