This is us: la masificación del lenguaje no binario

Artículo colaboración escrito por Cielo Martínez


Esta serie estadounidense incorporó el lenguaje no binario en uno de sus últimos capítulos estrenados. La escena transcurre dentro del espacio de debate familiar e invita a pensar sobre la importancia de hacer visibles nuevas formas de comunicarnos en producciones audiovisuales de gran impacto en los públicos.

El uso del lenguaje no binario comenzó una revolución que trasciende fronteras y las distintas manifestaciones culturales permitieron su crecimiento a gran escala. En This Is Us, serie consolidada como uno de los dramas más exitosos de los últimos años, se refleja la inclusión desde la construcción de historias y personajes diversos que atraviesan problemáticas sociales como racismo o gordofobia hasta la presentación del lenguaje no binario como una herramienta de mayor representación de las diversidades sexuales.

Lo que no se nombra no existe

Freepik

Atravesamos un tiempo histórico de transformaciones sociales: se ha levantado nuevamente el lema feminista «Lo personal es político» en todos los ámbitos de lucha social por un mundo más igualitario para todes. La construcción de un nuevo paradigma social proviene, en parte, gracias a la lucha de los movimientos feministas que manifestaron esta necesidad de pactar un cambio estructural y alejarnos de un sistema patriarcal que atrasa siglos y sienta sus bases sobre la opresión de mujeres y diversidades.

Una de los espacios donde reforzamos este sistema es el del uso del lenguaje; de allí el ímpetu de buscar nuevas formas de expresarnos para alcanzar conquistas que promuevan la igualdad de géneros. En este sentido, la lucha por instalar un nuevo uso del lenguaje no es un asunto reciente ni tampoco una cuestión secundaria sino que representa una necesidad prioritaria en relación a la finalidad que debe cumplir: la de comunicarnos y, fundamentalmente, ponernos en relación con la realidad que nos rodea.

A lo largo de la historia, mujeres y diversidades sexuales han sido invisibilizadas bajo las lógicas del sistema dominante que posiciona en un lugar privilegiado al género masculino. ¿Por qué el feminismo que lucha por la igualdad de oportunidades no lucharía por permitir nombrarnos y cambiar nuestro lugar en el sistema? Esta «superioridad» masculina en el uso del lenguaje se denomina «sexismo lingüístico». A este se opone el lenguaje no sexista para, finalmente, nombrar a quienes no son nombrades, visibilizar una realidad que ha sido ignorada y luchar contra el sistema.

En definitiva, el lenguaje es el medio fundamental para la expresión del pensamiento y, por tanto, es el vehículo para la expresión de nuestras ideas. A través de él nombramos, interpretamos y creamos. El lenguaje refuerza y refleja la ideología patriarcal, aunque también puede contribuir a modificarla.

Transformación cultural

La utilización del lenguaje no binario en producciones donde el alcance de públicos es elevado se presenta como un aporte necesario porque nos permite una mayor visibilización sobre la inclusión social que promueve su uso, para hacer presente al enorme abanico de identidades que deben ser respetadas y visibilizadas, incluso en nuestro uso cotidiano del lenguaje.

This Is Us es una serie que contribuye, en distintos sentidos, a romper con estructuras sociales y estereotipos tanto individuales como familiares. Por lo tanto, es interesante ver cómo a partir de este episodio la serie sigue haciendo un gran aporte a los nuevos debates sociales sobre la necesidad de romper con los tradicionalismos.

El drama televisivo, sin estigmatizar, dio lugar a personajes con quienes es muy fácil conectar y que responden a nuevas formas de pensar. La utilización del lenguaje no binario es tan solo una parte -aunque fundamental- del trayecto que vienen construyendo sus creadores. Esto se debe a que, en definitiva, los cambios sociales de los últimos tiempos constituyen la evidencia de la necesidad de comunicar incluyendo a las diversidades sexuales y de romper el esquema binario.

Hace tan solo dos años se estrenaba la primera serie con subtítulos sin género, Pose de Ryan Murphy, la cual marcó un hito en las industrias televisiva hispanohablante y de traducción audiovisual por su reemplazo de la forma gramatical masculina por la «e». En la actualidad, series como This Is Us dan lugar al debate nuevamente sobre la importancia de hacer visible lo que la sociedad ya está buscando transformar para la construcción de un mundo más igualitario y diverso para todes.


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Buscan censurar una película LGTBI de Corrientes

Artículo escrito en colaboración con Javier Franco


La plataforma Netflix comenzó a distribuir la película Las Mil y Una a comienzos de mes. A raíz de ello, la multipremiada cinta LGTB recibió críticas de les vecines del barrio donde fue ambientada. ¿Se trata de comentarios de odio hacia la diversidad? ¿A quién representa el largometraje?

Las Mil y Una (2020) es la segunda película de Clarisa Navas, directora de cine correntina. La historia retrata la juventud de Iris, una basquetbolista que experimenta su sexualidad a escondidas en un barrio de clase trabajadora plagado de violencias.

La coproducción argentino-alemana recibió diferentes reconocimientos y premios en los festivales de Mar del Plata, San Sebastián, Lima, Valdivia, Toulouse y Guadalajara. Sin embargo, a algunes de quienes viven en el complejo Las Mil Viviendas, donde se ambienta el largometraje, no les pareció digna de elogios.

Un vecino inició una petición en change.org para cambiarle el título, ya que entiende que el retrato no representa a su barrio tal como él lo ve. Algunos comentarios que aparecen en la colecta de firmas, con 65 adherentes al momento, incluso sugieren censurarla y quitarla de circulación.

Fotograma de la película.

¿Qué narra Las Mil y Una?

Navas nos introduce en la vida dentro de unos monoblocks ubicados a 3 km de la capital de Corrientes. En este contexto, retrata en profundidad la cotidianidad de les habitantes del barrio: desde las historias de vida complejas de sus personajes hasta cada sonido que construye el espacio y la falta de privacidad que rodea a les protagonistas. Simultáneamente, expone las dificultades que supone la intersección entre desigualdad de clase, género y discriminación por orientación sexual.

La puesta de cámara tiene su propio protagonismo: nos convierte en un habitante más que recorre, junto a Iris, Renata y sus primos, los pasillos del barrio con extensos planos secuencias. En ocasiones, deja la cámara fija para convertirnos en testigos impotentes que presencian los sucesos sin poder hacer nada. Su elección es interesante para plantear una mirada del lugar en la que todo sucede sin ninguna intervención.

Otro detalle que se construye desde la puesta en escena audiovisual es cómo se materializa la poca intimidad que poseen los personajes, con personas interrumpiendo constantemente y sonidos externos ingresando a escena en todo momento.

Iris, interpretada por la basquetbolista Sofía Cabrera.

Si de representación hablamos…

«Puedo asegurar que esta es la historia de un montón de disidencias del interior que, como yo, se emocionan de ver cuando un personaje cuenta con detalles todo aquello que quisimos ver en otros y nos parecía imposible, porque nos creíamos solas. Pero afortunadamente nunca lo estuvimos».

Mauricio Vila, actor en Las Mil y Una.

El elenco de la película está compuesto por actores y actrices de Corrientes, Formosa y Chaco, lo que no resulta un dato menor en materia de representación. En algunas entrevistas, la directora contó que la historia fue escrita en base a sus experiencias (y las del reparto) viviendo en Las Mil Viviendas.

Además, para la comunidad LGTB de la región, la cinta demuestra una forma de representación gay, trans y bisexual alejada de los clichés y caracterizaciones convencionales. La participación de Pilar Cubells y Mauricio Vila, activistas feministas, también sumó en este sentido.

Lo que pasa detrás de las cámaras

«A mí me dejaron de decir torta, me dicen puto de mierda cuando voy sole caminando por la calle».

Milo, vecine de Las Mil Viviendas.

Varies militantes correntines encontraron al pedido de censura como un ataque hacia las expresiones artísticas que se salen de la heterocisnormatividad. Milo, une joven trans del barrio, relata que vivió en repetidas ocasiones la discriminación en primera persona: «Me pasó un montón de veces de estar tomando mates en la plaza con mi novia y que de repente venga gente a darme su opinión como felicitándonos por ser valientes, o preguntándonos qué hacemos en la plaza».

En su opinión, Las Mil y Una fue una experiencia cinematográfica muy cercana. Cuando vio la película por primera vez en el Festival de Mar del Plata (transmitido en línea), junto a su novia, recuerda que pausaban constantemente para ubicar qué lugar aparecía en cada escena; en qué parada de colectivo estaban las protagonistas; cómo habían usado el boliche gay de la zona. Incluso, en la escena de la fiesta, estaban emocionades buscando a su amiga que participó como extra.

El Colectivo de Mujeres de Corrientes compartió un hilo de Twitter de Iriel Amancay, periodista con perspectiva de género de la provincia, adhiriendo a su reflexión sobre el tipo de representación positiva que la película otorga a su comunidad. La directora de la cinta, por su parte, manifestó en medios locales que quienes se manifestaron contra su audiovisual parecen estar olvidando la dimensión subjetiva del arte.


La figura femenina en el universo Almodóvar

«Una es más auténtica cuanto más se parece a lo que soñó de sí misma…».
Todo sobre mi madre (1999)

Cuando se estrenó La mala educación (2004), película que estuvo a punto de ser censurada por hablar de los abusos sexuales cometidos por los clérigos de una España católica-conservadora y al mismo tiempo hipócrita, Pedro Almodóvar visibilizó un tema del que se sabía pero del que nadie hablaba.

En una entrevista para El País, el director dijo que su película era la más íntima hasta el momento, puesto que tomaba muchos elementos de su infancia y su juventud.

Con esta premisa, indagamos en su filmografía empezando con su gran obra que lo catapultó en Hollywood, Todo sobre mi madre, en donde hace referencia a la bondad y voluntad de la mujer y que nos adentra al universo Almodóvar entre homenajes, estética, guiños y, lo mas notable (al menos para sus admiradores), referencia a sus próximas películas. Como, por ejemplo, en Los abrazos rotos (2009) hay una escena donde aparece un cartel de su próxima película (aun en rodaje), Madres paralelas.

Los abrazos rotos (2009)

Es sabido que no da muchas entrevistas más que para promocionar sus películas. Es un hombre de bajo perfil que vivió la revolución de la juventud, una época mala para España pero buena para el cine, debido a que en los años 80 se regresaba a la democracia después del fascismo. En un Madrid que vivía el movimiento punk, el hippie y la new wave -todo junto-, pasado por el filtro de ese país aún medio paleto y medio desarrollado, pero un país, por fin, sin miedo y con urgencia por hacer. Un Madrid donde descubrió «la ciudad, la cultura y la libertad».

La libertad de poder contar historias que posiblemente no nos son tan ajenas, esas historias que solo él puede y sabe contar y transformar en arte. Dando visibilidad a temáticas que él ha vivido o presenciado, como la muerte, la madre, la mujer, la prostitución, las drogas, los abusos, los excesos, entre otras. Donde les da luz y color en cada película, con una magnífica banda sonora que te sobrecoge el corazón cuando la escuchás, porque te transporta a lo que él te quiere transmitir.

Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980)

Un aspecto a tener en cuenta es la sensibilidad a la hora de narrar el universo femenino. Esto se observa con claridad en sus películas, donde presenta muchas veces una imagen idealizada de las mujeres. De hecho, a lo largo de su carrera como cineasta se ha interesado principalmente por desarrollar personajes femeninos desde sus múltiples matices. Las mujeres se convierten, salvo en pocas excepciones, en las protagonistas dentro de su cine, aspecto que lo caracteriza.

El hecho de que las mujeres sean las protagonistas de sus películas es algo que, sostiene, surge en él de modo instintivo a la hora de escribir y crear personajes. Almodóvar piensa que los personajes femeninos cuentan con una capacidad de decisión de la que carecen los personajes masculinos, a los que califica como «elementos dramáticos de una sola pieza», mientras que en las mujeres hay mayor capacidad de sorpresa, más variación, admitiendo muchos más matices, son más fuertes, más autónomas y más activas.

«Las mujeres resisten mejor que los hombres los golpes de la vida. Esta capacidad de resistencia siempre me ha inspirado». Este sentimiento ha estado presente en todas sus producciones, desde Mujeres al borde de un ataque de nervios, pasando por Todo sobre mi madre hasta ahora con Los abrazos rotos.

Entre las temáticas en las que el director hace mayor hincapié en relación a estos personajes se encuentran: la maternidad, el amor, el vínculo que establecen con los hombres y la familia. Pedro ha logrado, como pocos otros directores, abordar la psicología femenina sin caer en estereotipos y ha comprendido y reflejado, fielmente, el mundo de las mujeres.

Tuvo sus primeras impresiones fuertes como observador de la vida durante las conversaciones de su madre con sus vecinas, mujeres rústicas, casi todas sometidas a sus maridos de por vida. En esas rondas cotidianas asistió al mundo sorprendente de la cocina de los engaños a los hombres, que creían manejar cosas que muchas veces se resolvían a sus espaldas.

Todo sobre mi madre (1999)

Y siempre combinado con lo rural, lo pueblerino, con la cultura ancestral «de las abuelas». Entre ambas vertientes corre la biografía de Pedro o, como lo manifiesta él, «lo que más me interesa de la realidad es, además de vivirla, desarrollar todas sus sugerencias. Y eso lo hago tanto en el cine como en mi propia vida. No me siento comprometido por el éxito, sino que quiero sentirme más libre que nunca».

Se puede apreciar en sus películas la madurez que va adquiriendo, no solo estéticamente sino en las historias que cuenta a medida que pasan los años. Desde Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980) hasta Julieta (2016), este último definido por el director como un drama «seco y aséptico». Seco porque no deja llorar a sus actrices, porque no quería lágrimas en esta historia dura de pérdidas, a pesar de la tristeza, y aséptico porque es un drama en todas las letras. No hay tintes de comedia. No hay brochazos de cine negro. 

Julieta es Almodóvar sin Almodóvar. Almodóvar destilado, la esencia. El artista que mezclaba géneros. El de las putas, los taxistas, los curas pedófilos, el de las amas de casa desesperadas, las toreras, las madres sufrientes y valientes, las señoras de pueblo. El de los colores saturados. El de los guiños constantes. El de las canciones como personajes. El de las líneas de guión certeras y exuberantes.

La verdadera historia de Pedro Almodóvar se cuenta en sus películas. Porque esa veintena de películas son, en cierta manera, solo una. Como si estuviera rodando la misma cinta. Con esas secuencias que van y vienen de una obra a otra, esos personajes reincidentes, esas ideas, esos escenarios. «A lo largo de mis películas podría ir extrayendo una autobiografía con cada secuencia, pero nunca de un modo literal», lo explica él.

La flor de mi secreto (1995)

En su última película, Dolor y Gloria, estrenada en 2019 y la cual será recordada como la más desnuda y reveladora de Almodóvar, nos habla sobre la soledad más absoluta y reordena su vida: de la luminosa infancia a la decadencia física, sin olvidarse de aquellas personas que han marcado su existencia: la madre omnipresente, un amor roto a su pesar y alguna lealtad inquebrantable. Ha llegado el momento de saldar viejas cuentas, perdonar y salvarse a sí mismo. Porque, aunque no sea su biografía, las comparaciones son inevitables.

También contó historias en las escenas de violencia, violaciones o sometimiento como las que aparecen en Kika (1993), Átame (1989) y ¿Qué he hecho yo para merecer esto? (1984) y tantas otras.

Átame (1989)

Al respecto se le preguntó si se le ocurrió volver a rodar algo por el estilo, a lo que Pedro contestó: «Yo me atrevería, pero la reacción sería muy mala y puede que hasta tuviera problemas para estrenarlas. […] El movimiento feminista está consiguiendo grandes avances, y creo que los hombres debemos reformularnos para saber cuál es nuestro papel. Hay que definir una nueva masculinidad porque lo que está pasando no es una guerra entre hombres y mujeres, sino todo lo contrario».

Festival de Cannes (2019)

Habrá que esperar su nueva película, Madres Paralelas, un proyecto que Almodóvar lleva madurando desde hace 10 años. El rodaje empezó el pasado mes de marzo y según afirmó el director manchego será un «drama intenso». «Vuelvo al universo femenino, a la maternidad, a la familia. Hablo de la importancia de los ancestros y de los descendientes. La presencia inevitable de la memoria. Hay muchas madres en mi filmografía, las que forman parte de este relato son muy distintas. Como narrador, en este momento me inspiran más las madres imperfectas», señaló.

Además, hace unos días se confirmó que la actriz Daniela Santiago protagonizará una escena al lado de Penélope Cruz. La actriz malagueña hará así su debut en la gran pantalla.

En cada entrevista, televisada o escrita, Almodóvar es una persona coherente, sensata, que hizo de su vida un arte.


Fuentes:


Disney introduce su primera protagonista bisexual

El pasado domingo 9 de agosto, Dana Terrace, la creadora de una de las más recientes series animadas de Disney, confirmó por Twitter que la protagonista del show es bisexual.

En el hilo que publicó, Terrace contó que desde que comenzó a desarrollar la serie tuvo la idea de incluir personajes LGBTQ+ y que en ningún momento intentó ocultarlo en su propuesta. Sin embargo, una vez que se le dio el sí a la serie para pasar a producción, algunes ejecutives de Disney le hicieron saber que no tenía permiso para incluir ese tipo de representación en el show. Por suerte, Terrace no dejó de insistir y dejó claro en su Twitter que ahora cuenta con todo el apoyo de las personas que lideran la compañía para contar la historia de la forma que ella quiere.

The Owl House sigue la historia de Luz Noceda, una chica latina de 14 años de edad que, tras descubrir un portal a otra dimensión donde existe la magia, decide cumplir su sueño de transformarse en bruja. El único problema es que ella no puede generar magia de forma natural, como les otres brujes.

A Luz la acompañan en sus aventuras Eda, su maestra y protectora; King, un ser similar a un perro que dice ser el Rey de los Demonios; Willow y Gus, sus mejores amigues y alumnes de la Academia Hexside; y Amity, una de las mejores brujas de la academia y el posible interés amoroso de Luz. Además, la propia casa donde Luz vive con Eda y King cobra vida en forma de Hooty, una especie de aldaba con cara de búho que habla y es responsable de gran parte de los momentos cómicos del show

El anuncio se dio luego de que saliera al aire en Estados Unidos un capítulo en el que les estudiantes de la academia de magia tienen su baile anual y Luz le ofrece a Amity que sean pareja para el evento. Es importante mencionar que Terrace también se identifica como bisexual: este episodio surgió como una forma de compensar sus propias experiencias.

Les fans del show, así como usuaries de Twitter que forman parte del mundo de la animación, recibieron la noticia con alegría y la plataforma enseguida se llenó de gifs, imágenes del capítulo y arte hecho por les fans donde las dos adolescentes bailan juntas.

El camino al papel protagónico

The Owl House no es la primera serie de Disney en contar con un personaje LGBTQ+, pero hasta el momento nunca se había tratado de un personaje principal. Dentro de lo que es contenido para televisión, el estudio introdujo por primera vez representación del colectivo en 2014, en la serie ¡Buena suerte, Charlie! Se trató solo de dos extras que interpretaban a una pareja de madres pero fue un primer paso importante.

Más adelante, Andy Mack (2017-2019), otra serie de televisión, tuvo el primer personaje secundario abiertamente gay de Disney. Cyrus era el mejor amigo de la protagonista y el show exploró no solo cómo fue para él darse cuenta que era gay, sino también su salida del clóset y lo importante que es tener amigues que te acepten.

Por otro lado, cuando se trata de la gran pantalla, Disney no se ha arriesgado demasiado. Tanto la última película de Star Wars, El ascenso de Skywalker (2019), como la más reciente película animada de Pixar, Unidos (2020), fueron noticia en su momento por prometer personajes LBGTQ+. Sin embargo, ambos casos resultaron ser decepcionantes, ya que solo se trataba de escenas muy cortas de extras que podían ser fácilmente editadas para evitar la censura en países donde el colectivo LGBTQ+ todavía no es aceptado.

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Apoyemos la animación inclusiva

La importancia de The Owl House radica no solo en que es la primera vez que une protagonista es LGBTQ+ en Disney, sino también en el hecho de que se trate de una serie de animación. Esta serie se une al importante trabajo de normalizar la representación del colectivo en contenido destinado al público infantil y preadolescente, así como ya han hecho She-Ra y Steven Universe, entre otras.

La serie se puede ver los viernes a las 19:00 por Disney Channel. Es importante darle una oportunidad: que una serie animada de Disney se permita tener una protagonista bisexual da esperanza. ¿Quién sabe? Tal vez el próximo terreno a conquistar sea, al fin, la pantalla grande.


Fuentes:


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