«Una historia que nadie quiere que acabe y todo el mundo quiere vivir», manifiesta la contratapa de After, el libro de Anna Todd publicado en 2014 que en sus comienzos fue un fanfiction de Harry Styles. Lo curioso es que detrás de esas frases promocionales podemos leer entre líneas (y no tanto) una historia de maltrato y violencia camuflada bajo la promesa de pasión, fuego y amor.
After es todo un fenómeno de la era digital: con sus orígenes en la plataforma para escritores amateurs Wattpad, el libro saltó a la fama luego de obtener millones de lecturas, lo que le valió la edición en papel de los cinco tomos que completan la historia en 2014 y la adaptación a la pantalla grande en 2019.
La historia no tiene nada de otro mundo: Tessa Young, una joven estadounidense de clase media sin mayores problemas que una vida aburrida y una madre conservadora, empieza su primer año de facultad y conoce a Hardin Scott, un chico tatuado y rebelde que la sumerge en un supuesto amor «peligroso, rebelde e infinito».
El conflicto del libro, sin embargo, no tiene relación con que haya surgido como un fanfiction (una historia creada por fans que toma a un personaje ficticio ya establecido o una persona real como punto de partida) ni con que, originalmente, el protagonista haya sido el cantante británico Harry Styles y el resto de la boyband One Direction. Su peligro reside en la reproducción de estereotipos anticuados y relaciones violentas que se entienden como amor real.

La trama
Como adelantamos, la historia no trae más que clichés que se distribuyen en peleas, besos, sexo y más discusiones. Lo significativo es que el motor de la trama parecen ser, justamente, estas peleas entre Tessa y Hardin, con temáticas que siempre rondan lo mismo: celos, inseguridades y venganzas.
El círculo vicioso se repite una y otra vez: los personajes se pelean con insultos y palabras hirientes que nada tienen que ver con el motivo inicial de la discusión. Hardín busca a Tessa, le pide perdón, le ruega por una nueva oportunidad y le dice que la ama; están juntos, Hardín la maltrata, se pelean…
En este tire y afloje, hay una cuestión más profunda que solo definirlos como una «pareja tóxica». Detrás de este rótulo, se reproducen discursos totalmente reales sin la más mínima crítica: la violencia psicológica, la normalización del maltrato, el hecho de considerar que todo es soportable si hay un «te amo» de por medio.
Como si no fuese suficiente, el libro está incluido en la categoría de «novelas románticas» dirigidas a un público infantojuvenil. Así, además de sentar precedente de cómo debe ser un amor «real», idealiza y romantiza a personajes como Hardin y a la dinámica de la relación entre la pareja principal, lo cual puede tener consecuencias peligrosas y traumáticas en la vida real.
Los personajes
Sin poner foco en las personalidades superficiales con arcos narrativos totalmente predecibles, en Hardin y Tessa se concentran estereotipos clásicos y machistas.
A simple vista, Hardin Scott es el badboy, inteligente y deseado, con un pasado traumático, que la juega de misterioso y no se relaciona afectivamente. Sin embargo, a través de los anteojos feministas, en Hardin se pueden percibir actitudes propias de un hijo sano del patriarcado, manipulador y violento.
De manera sistemática, Hardin muestra actitudes violentas y controladoras como agarrar a Tessa de brazos y muñecas para que le preste atención, humillarla e insultarla. Los puntos más bajos del personaje se dan en las peleas cuando, luego de romper todo lo que está a su alrededor, Tessa parece ser en quien descarga todas sus frustraciones y dificultades y a quien termina responsabilizando por hacerlo reaccionar así. Una versión literaria del «mirá lo que me haces hacer».
Por el otro lado, Tessa condensa un tipo de chica «especial y diferente» que se distingue de las demás por no usar maquillaje, no ir a fiestas y no ser «fácil» ante los hombres. Al estar la historia contada desde su punto de vista, leemos sus comentarios despectivos sobre la vestimenta y la forma de actuar de otras chicas con una misoginia interiorizada que desde el feminismo sabemos que es necesario repensar.
Quizás te interese leer: «Sororidad», por Martina Tortonesi
Constantemente insiste en separarse del resto, lo que la lleva naturalizar el machismo expreso de Hardin así como a buscar razones de por qué quien dice quererla la humilla tanto. Tessa piensa y exige razones para entender qué hizo para merecer aquel temperamento, como si hubiese algo mal en ella y fuera su culpa que Hardin reaccione de maneras tan violentas.
Tessa confía en ese amor romántico, puro y eterno que tanto nos han inculcado y se lleva lo peor de este, sin siquiera notarse como víctima. Sus insistentes aclaraciones de que ella sabe cómo deben tratarla los hombres o que nunca se dejaría faltar el respeto como las demás refuerzan el mito de que solo las mujeres sumisas se dejan maltratar y que, por ende, es culpa de ellas por permitirse algo así, cuando sabemos que la violencia de género es mucho más profunda y que la culpa nunca es de quien la sufre.
Quizas te interese leer: «Ni media naranja ni príncipe azul: los mitos del amor romántico», por Marisol Andrés
La película

En 2019 se estrenó en cines After: Aquí empieza todo, la adaptación cinematográfica de este primer libro de la saga, con las actuaciones de Josephine Langford y Hero Fiennes-Tiffin en los papeles principales y con la propia Anna Todd en la producción. Obtuvo reseñas negativas por parte de la crítica y una recepción comercial mixta, pero la suficiente para producir una secuela (basada en el segundo libro), estimada a estrenarse en Netflix Argentina en los primeros días de octubre.
La película muestra algo de sensibilidad con los tiempos que corren al desintoxicar y despojar a Hardin de sus actitudes machistas y constantes maltratos. Al mostrar a la pareja pasar tiempo juntos y llevarse bien, se construye una relación más sana de la que se percibe en el libro. De todas maneras, esto no salva la pobreza de la trama y la ausencia de interés que producen los lugares comunes en los que la historia cae una y otra vez, así como la superficialidad de sus personajes.
El problema que sí atrae la película es el efecto rebote que vuelve a colocar en escena un libro que ofrece una versión extendida de violencia machista y maltrato naturalizado sin ninguna crítica aparente o toma de conciencia en el correr de la trama. Sumado a esto, al estar rotulado como novela romántica, es muy difícil hacer un verdadero análisis sobre las constantes muestras de maltrato que hay en el libro. Y que, en síntesis, es lo que lo hace aun más peligroso.
Debe estar conectado para enviar un comentario.