La semana pasada hallaron los restos de Santiago Cancinos quien había desaparecido en 2017 y fue encontrado por un lugareño. Otro chico trans que sale de su casa y no regresa, la historia se repite una y otra vez. ¿Qué pasa con los derechos de las personas travestis, trans y no binarias? ¿Qué sucede cuando estos no son garantizados por el Estado ni respetados por la sociedad en general?
Santiago tenía 14 años cuando desapareció el 16 de mayo de 2017. Salió de su casa rumbo a una clase de educación física y no regresó. Según los datos aportados por una amiga de la familia, se lo vio por última vez en el Parque del Bicentenario, al norte de la ciudad, hecho que se corroboró por las cámaras de seguridad de la zona.
Desde allí la familia no paró de buscarlo, difundió su imagen, se ofreció una recompensa a quien aportara algún dato del menor y se realizaron rastrillajes en diferentes lugares. El joven trans, si bien no había realizado los trámites correspondientes al cambio de género en su DNI, se autopercibía como varón trans con el nombre de Santiago. Esa decisión debe ser respetada tanto en la causa como en los medios de comunicación que replican la noticia.
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Días atrás, un adulto que realizaba junto a su hijo tareas de desmalezamiento encontró el cuerpo en la ruta 9 a la altura del kilómetro 12, en la localidad de Vaqueros. Los investigadores explicaron que es un lugar de difícil acceso por lo que de ahora en adelante resta averiguar que le sucedió al adolescente y cómo llegó hasta allí.
Hay otres Santiagos
Según el Observatorio de Personas Trans Asesinadas, entre 2008 y 2020, han aumentado cada año los asesinatos de personas trans y de género diverso. Por su parte, el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBT+ presentó su informe anual que abarca desde el 1 de enero al 31 de diciembre del 2020, según el cual se cometieron 152 crímenes donde la identidad de género y la orientación sexual fueron vistas como pretexto para vulnerar sus derechos.
Del total de las personas de la comunidad LGBTIQ+ víctimas de crímenes de odio registradas durante el 2020, el 84% (127 casos) corresponden a mujeres trans; el 12% contra varones gays cis; el 3% fueron ataques a lesbianas y el 1% hacia varones trans.
La violencia y los abusos contra personas trans y no binarias han aumentado durante la pandemia. En algunos casos, como consecuencias del confinamiento, las personas trans se vieron obligadas a convivir con familiares hostiles, otras se han visto forzadas a ponerse en peligro para ganarse la vida.
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Seguimos buscando a Tehuel
Al hablar de la vulneración de derechos y la invisibilización hacia las personas trans no podemos dejar de mencionar la búsqueda de Tehuel de la Torre, joven trans de 22 años que salió de su casa el 11 de marzo de este año y lleva más de 75 días desaparecido. El tema fue noticia en algunos medios masivos, pero no faltaron los que lo abordaron de manera discriminatoria, haciendo énfasis en su identidad y poniendo el foco en la vida de la víctima.
En nuestro país rige la ley de identidad de género, resultado del activismo local y pionera para otras leyes que la sucedieron pero, sin embargo, en las notas sobre Santiago y Tehuel se ve su incumplimiento: se observa el uso del nombre que figura en su DNI, cuando la ley expone que, más allá de lo que diga la documentación, deben tratarnos y nombrarnos como nos autopercibimos.
Tehuel fue visto por última vez cuando partió hacia una entrevista laboral en Alejandro Korn, Provincia de Buenos Aires. Allí se encontraría con Luis Alberto Ramos (37) quien le habría ofrecido un puesto de trabajo como mozo de un evento. Al iniciar la búsqueda encontraron el celular y ropa del joven en su casa.
Por la causa hay dos detenidos, Ramos y su amigo Oscar Alfredo Montes. Además de las pertenencias encontradas, lo que los incrimina es una foto tomada el día de la desaparición donde se puede ver a los tres juntos, aun cuando los acusados dijeron no haberlo visto. Hasta el momento ambos se negaron a declarar.
Desde mediados de marzo, familiares y amigues realizaron marchas, cortes de calles y acciones en redes sociales pidiendo por su aparición con vida. También circularon distintos flyers con el lema «compartí como si fuese cis», pidiendo tanto que se replique la búsqueda como que se respete su identidad de varón trans.
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La pandemia se ocupó de resaltar los conflictos sociales del mundo en el cual vivimos, entre ellos, ha revelado cómo los años de discriminación han llevado a las personas trans y no binarias a la marginación, volviéndolas más vulnerables durante la crisis sanitaria y económica actual. En este contexto se redujeron los ingresos de gran parte de la población, pero esta situación creció dentro de la comunidad travesti trans dado que la mayoría ejerce su trabajo dentro de la economía informal.
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