#Oscars2019 y #TestDeBechdel: Vice

Se acerca la entrega de los Premios #Oscars2019 y desde Escritura Feminista nos propusimos analizar a las candidatas a mejor película de acuerdo al test de Bechdel. Vice cuenta con 8 nominaciones, incluidas las categorías de mejor director, actor y actriz de reparto.


Vice

Dirección: Adam McKay.
Guion: 
Adam McKay.
Fotografía: 
Greig Fraser.
Reparto: Christian Bale, Amy Adams, Steve Carell, Sam Rockwell, Bill Pullman, Alison Pill.
Duración: 132 min.
País: Estados Unidos.
Distribuida por Annapurna Pictures

Sinopsis

Vice se propone a sí misma como la biografía de Dick Cheney desde los años 70 hasta el sumun de su poder político: cuando fue el vicepresidente de George W. Bush (2001-2009). La historia recrea momentos dramáticos y cómicos, el largo y astuto recorrido que lo llevó a ocupar el puesto de mayor poder en el momento más crucial de la historia estadounidense reciente: el 9/11, los ataques a Al-Qaeda y la guerra contra Irak.

Interpretado por el camaleónico y talentoso Christian Bale, Cheney es el claro ejemplo del hombre que se hace a sí mismo. Desertor de Yale y alcohólico, supo redimirse a tiempo y escalar posiciones primero en el sector público y luego en el privado. Aceptó el cargo de vicepresidente para dotarlo de un poder vedado hasta el momento, en compañía de su ambiciosa e inteligente esposa Lynne, representada de manera brillante por Amy Adams.

Vice resulta entretenida y rápida. Muestra a Cheney como un supervillano hambriento de poder y capaz de sacrificar a su propia familia. Además, deja entrever un tibio cuestionamiento a una guerra que no buscaba libertad sino petróleo, y al cambio que la era del márketing introdujo en la política. Reiterados focus groups muestran cómo se deciden las estrategias de comunicación para persuadir a los votantes y conseguir su apoyo.

Entre sus puntos fuertes, el filme cuenta con algunas escenas de gran simbolismo: el rostro de George W. Bush hablando a los ciudadanos estadounidenses deviene en un primer plano de su pie moviéndose vertiginosamente, que se convierte en el pie de un hombre de familia, cuya casa está siendo bombardeada en Irak. El corazón trasplantado de Cheney queda solo en una mesa fría, exponiendo, tal vez, eso que nunca tuvo.

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¿Qué es el test de Bechdel?

Es un método para evaluar si un guión de película, serie, cómic u otra representación artística cumple con los estándares mínimos para evitar la brecha de género. Su aplicación se ha generalizado como una forma sencilla de destacar la poca presencia femenina en la industria del cine.

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Aunque Vice pasa el test de Bechdel, las mujeres no son relevantes en la trama, quizás porque para la historia de la política mundial, hasta hace muy poco tiempo, tampoco lo eran.

Además de como mejor película, Vice está nominada a 8 premios en total:

  • Mejor película
  • Mejor director: Adam McKay
  • Mejor actor: Christian Bale
  • Mejor actriz de reparto: Amy Adams
  • Mejor actor de reparto: Sam Rockwell
  • Mejor guión original: Adam McKay
  • Mejor maquillaje: Greg Cannon, Kate Biscoe y Patricia DeHaney
  • Mejor montaje: Hank Corwin

 

 


¿Querés saber cómo les fue en el test de Bechdel a las demás películas nominadas? ¡Leé nuestras reseñas!

#Oscars2019 y #TestDeBechdel: ROMA

Se acerca la entrega de los Premios #Oscars2019 y desde Escritura Feminista nos propusimos analizar a las candidatas a mejor película de acuerdo al test de Bechdel. ROMA se erige como una de las favoritas. Íntima y personal, es una joyita que no puede dejar de verse.   


ROMA

Dirección: Alfonso Cuarón.
Guion: Alfonso Cuarón.
Fotografía: Alfonso Cuarón.
Reparto: Yalitza Aparicio, Marina de Tavira, Marco Graf, Diego Cortina Autrey.
Duración: 135 min.
País: México.
Distribuida por Netflix


Sinopsis

La aclamada cinta del director mexicano Alfonso Cuarón llega a la entrega de los Premios Óscar con 10 nominaciones, incluidas las de mejor película extranjera, mejor película –hazaña que pocos filmes de habla no inglesa han conseguido–, mejor actriz y mejor director. Distribuida por Netflix, fue estrenada en algunas salas de cine y luego subida a la plataforma de streaming.

ROMA es un retrato de época, una reconstrucción minuciosa de los recuerdos del director en su México natal de la década del 70. Un homenaje a su tierra y a dos mujeres fuertes que lo acompañaron en su crecimiento: su madre y Libo, la trabajadora doméstica de su infancia. Cuarón pone al servicio de su historia texturas, movimientos y personajes que no vemos pero escuchamos, porque el sonido es clave en su propuesta fílmica.

Cleo (interpretada magistralmente por Yalitza Aparicio en su primera experiencia como actriz) es la empleada doméstica de Sofía (Marina de Tavira), ama de casa de una familia de la colonia Roma en la Ciudad de México. La asimetría de oportunidades entre estos dos personajes choca una y otra vez con las similitudes que vivencian en el abandono y en la sensación de prisión, de ancla en la tierra y en una vida de la que no pueden escapar.  

El racismo y el clasismo, el acceso a la salud, la maternidad, la misoginia y un largo etcétera componen los ejes centrales de una narrativa en la que el agua aparece como un elemento simbólico central, encargado de reflejar las diferencias, las semejanzas, las posibilidades y las limitaciones. En ROMA, espejo de la palabra amor, Cuarón comparte su vida y en cada trozo de ella, podemos reconocer retazos de la nuestra.

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¿Qué es el test de Bechdel?

Es un método para evaluar si un guión de película, serie, cómic u otra representación artística cumple con los estándares mínimos para evitar la brecha de género. Su aplicación se ha generalizado como una forma sencilla de destacar la poca presencia femenina en la industria del cine.

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ROMA no sólo cuenta cómo las vidas de dos mujeres de mundos disímiles convergen en la tragedia sino que además lo hace lejos de estereotipos o panfletos de denuncia; es íntima, cercana y personal. Sus personajes son tan complejos como la historia que narra, una en la que confluyen múltiples historias del México del pasado y del presente.

Además de como mejor película, está nominada a 10 premios en total, al igual que The Favourite:

  • Mejor película
  • Mejor película de habla no inglesa
  • Mejor director: Alfonso Cuarón
  • Mejor actriz: Yalitza Aparicio
  • Mejor actriz de reparto: Marina de Tavira
  • Mejor fotografía: Alfonso Cuarón
  • Mejor diseño de producción: Eugenio Caballero y Barbara Enríquez
  • Mejor guion original: Alfonso Cuarón
  • Mejor edición de sonido: Sergio Diaz y Skep Lievsay
  • Mejor sonido: Skip Lievsay, Craig Henighan, José Antonio García y Sergio Díaz

 


¿Querés saber cómo les fue en el test de Bechdel a las demás películas nominadas? ¡Leé nuestras reseñas!

El peligro en casa: la violencia doméstica en números

Una publicidad como disparadora de una inquietud: ¿qué tan peligroso es el hogar para las mujeres? Datos globales que abruman y los femicidios de 2019 en Argentina sirven para pensar la gravedad de la violencia doméstica.


Es momento de hablar

Una mujer corre desesperada, huyendo del peligro que la acecha. Su mano temblorosa intenta ingresar la llave en una cerradura. Se le cae. Vuelve a intentarlo. Cuando lo logra, no cierra una puerta a sus espalda: la abre y sale a la calle. Avisa por WhatsApp que está bien y comienza a caminar. Junto al logo de Movistar surge la leyenda: «Para muchas mujeres, lo más peligroso es estar en casa».

La pieza de la empresa telefónica se llama «La Puerta» y forma parte de la campaña «Es momento de hablar». Fue realizada por la agencia Dhlet VMLY&R y producida por LaDoble. El objetivo consiste en generar conciencia sobre la violencia de género y, en este caso, recrea una situación de violencia doméstica.

A partir de la publicidad, nos preguntamos ¿qué tan peligroso es el hogar para las mujeres? ¿Esta situación se produce solo en Argentina? ¿Cuáles son los números que dan sustento a la campaña?

El peligro en casa

De acuerdo a la investigación publicada en noviembre de 2018 por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), alrededor de 87 000 mujeres fueron asesinadas en todo el mundo durante 2018 y el 58% de ellas fueron víctimas de sus parejas o familiares cercanos. En otras palabras, seis mujeres fueron asesinadas cada hora por personas que conocían.

El relevamiento de La Casa del Encuentro arrojó que entre el 1° de enero y el 31 de octubre de 2018 se cometió un femicidio cada 32 horas en Argentina (cifra apenas inferior a las de los últimos 10 años). De los 225 femicidios y femicidios vinculados contabilizados, en el 62% de los casos el victimario era una pareja o expareja.

A su vez, según datos de noviembre del Instituto Nacional de las Mujeres (INAM), 8 de cada 10 llamadas recibidas en el servicio 144 se refirieron a la modalidad de violencia doméstica.

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Gráfico INAM

Los femicidios del año

2019 empezó trágico para las mujeres. En los 24 días que van del año, se cometieron al menos 13 femicidios (la cifra varía de acuerdo a las fuentes). De ellos, 10 victimarios (es decir, el 77%) eran pareja, expareja o familiares de las víctimas.

  • Celeste Castillo (asesinada por su pareja).
  • Valeria Juárez (asesinada por su padre).  
  • Daiana Moyano.
  • Nayla Mamaní.
  • Gisel Romina Varela  (asesinada por su expareja).
  • Liliana Loyola (asesinada por su hijo).
  • Agustina Imvinkelried.
  • Danisa Canale (asesinada por su pareja).
  • Romina Ugarte (asesinada por su pareja).
  • Carla Soggiu (asesinada por su expareja).
  • Liliana Ramona Olguín (asesinada por su expareja).
  • Ramona Romero (asesinada por su expareja).
  • Mariana del Arco (asesinada por su expareja).

La deconstrucción propia y la militancia feminista no alcanzan cuando el Estado no implementa políticas públicas efectivas para abordar una problemática que no deja de apagar vidas.


Fuentes consultadas

#Reseña Putita Golosa, por un feminismo del goce

Calienta el sol en la playa. Llueve en las montañas. Nos quedamos en casa surfeando el verano. En todos los casos, recomendamos sumergirse en «Putita Golosa» de la genial Luciana Peker.


Putita Golosa estremece. En pleno vendaval de reivindicaciones feministas expuestas en las calles, reafirma que lo personal es político y nos lleva al terreno de nuestras afectividades, nuestras formas de vincularnos, los daños que llevamos escondidos, los miedos y los deseos. Porque ante todo, y ya desde el título del libro, Luciana Peker pone al placer femenino en primera plana.

Lejos de las acusaciones de pacatería que algunes enuncian contra el feminismo que todo lo cuestiona, pone de manifiesto que lo que jode es el deseo femenino. Que lo que molesta es que reivindiquemos nuestro derecho a decir que no. Que jode que tomemos la iniciativa, que digamos sin pelos en la lengua qué queremos, con quién lo queremos y cuándo lo queremos.

Putita Golosa destaca que las relaciones afectivas no valen si no son claras y sanas, y que en el sexo importan el placer, el deseo y el consentimiento de todes les involucrades. Es un libro al que pueden acercarse varones que quieran repensar genuinamente sus vínculos y entender el cambio de paradigma que protagonizamos y que muchas veces los deja desorientados.

«La revolución es una revolución del deseo. Se opone al abuso, al acoso y a la violencia. Y está a favor de un deseo donde las mujeres, las jóvenes, las lesbianas, trans, travas y otras identidades sexuales tengan voz, palabra, poder y piel. El freno a la violencia no es el puritanismo, sino, por el contrario, una pelea por el placer. Si en nuestra revolución no hay abrazo, sexo y postre, no es nuestra revolución».

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La intimidad es política

En sus 370 páginas, Luciana Peker habla de las distintas modalidades que adquiere la violencia de género, de la feminización de la pobreza, del aborto, pero también recuerda –y cuestiona– al amor compañero de la década del 70, critica al amor romántico y las nuevas formas de destrato, posibles gracias a las nuevas tecnologías, y aplaude la rebelión de las tontas.

Publicado por Editorial Galerna el año pasado, Putita Golosa pasa de boca en boca. Se regala, se presta, se difunde en fragmentos por las redes sociales. Llegó para quedarse. Putita Golosa te hace llorar muchas veces. Su ironía te obliga a reír otras tantas. Lo que seguro no hace es dejarte inmune.


Violadores en manada: nada nuevo bajo el sol

«La violación no es una anomalía de un sujeto solitario, es un mensaje pronunciado en sociedad».

(La Nueva Elocuencia del Poder, una conversación con Rita Segato, 2013).


La Manada española

En el año 2016, durante las fiestas de San Fermín en Pamplona (Navarra, España), cinco hombres en grupo abusaron sexualmente de una joven de 18 años. El caso tuvo repercusión internacional inmediata pero, aunque en diciembre de 2018 fueron condenados a nueve años de prisión por abuso sexual, siguen en libertad provisional.

El hecho no fue considerado «violación» porque para el Código Penal español «debe existir intimidación y violencia», mientras que la actitud de la víctima según los videos que circularon era de «sometimiento y pasividad».

Los casos argentinos en 2019

Tres jóvenes fueron atacadas en la noche de Año Nuevo. En un camping de la localidad balnearia de Miramar (Buenos Aires), cinco adultos violaron a una adolescente de 14 años. En Las Lajitas (Salta), tres hombres hicieron lo mismo con una joven de la misma edad. La madre la encontró en el interior de una vivienda, desnuda y encerrada. En Villa Elisa (La Plata), una menor de 15 años denunció haber sido abusada sexualmente por siete hombres encapuchados.

Ni el caso español ni las recientes denuncias argentinas son hechos excepcionales. Alrededor del mundo se producen escenas similares. ¿Qué intencionalidad tiene la violación? ¿A quién va dirigida? Aunque se hable de «manadas», no son animales ni monstruos. Son hijos sanos del patriarcado, un sistema asimétrico de poder que aniquila voluntades y produce cuerpos-objetos disponibles para el consumo del dominador.

Violaciones grupales: crímenes de poder

Es tal vez la antropóloga argentina Rita Segato la voz más autorizada para hablar sobre estas escenas que se repiten. Investigó a violadores en la cárcel de Brasilia (Brasil) y analizó los femicidios en Ciudad Juárez (México). A partir de su experiencia, elaboró una teoría –publicada en diversos libros– que intenta darle un marco interpretativo a este tipo de delitos.

Ella considera a las violaciones como crímenes de poder que buscan el aniquilamiento de la voluntad de la víctima y sostiene que son actos vinculados a la consumición del otro, ya que implican no sólo la dominación física sino también la subordinación psicológica y moral, porque «la sexualidad, en el mundo que conocemos, está impregnada de moralidad» (36:2013).

Segato concibe la violación como un tipo de violencia expresiva (21:2013). Como un enunciado que se dirige a uno o varios interlocutores, que pueden o no estar físicamente en la escena. «El violador emite sus mensajes a lo largo de dos ejes de enunciación», sostiene.

En el vertical, le habla a la víctima mediante un discurso punitivo, porque en el imaginario compartido la mujer debe ser contenida, censurada y disciplinada. En el horizontal, se dirige a sus pares para solicitar el ingreso en su sociedad, competir con ellos o adquirir una posición destacada en la fratría. «Esto es así porque en la historia del género, la masculinidad es un estatus condicionado a su obtención (…) mediante un proceso de aprobación o conquista» (23/24:2013).

Asimismo, afirma que la violación adquiere la forma de un mandato y enumera el discurso de los violadores (31:2003) para intentar explicar, desde su perspectiva, qué es lo que los lleva cometer este delito:

  1. Castigo o venganza contra una mujer genérica que se salió de su lugar (posición subordinada) y que muestra signos de una sociabilidad y una sexualidad autónomas. Es un acto disciplinador en el que el violador es un moralizador.
  2. Como agresión contra otro hombre genérico cuyo poder es desafiado y su patrimonio usurpado mediante la apropiación de un cuerpo femenino.
  3. Como una demostración de fuerza y virilidad ante una comunidad de pares, con el objetivo de garantizar o preservar un lugar entre ellos al probarles que uno tiene competencia sexual y fuerza física. Es el caso de las violaciones grupales. «Se trata más de la exhibición de la sexualidad como capacidad viril y violenta que de la búsqueda de placer sexual» (33:2003).

Desde este marco interpretativo se desprende que, como sostiene la académica, «el sujeto no viola porque tiene poder o para demostrar que lo tiene, sino porque debe obtenerlo» (40:2003) y que «aunque la sexualidad proporcione el arma o instrumento para perpetrar la agresión, el ataque no es propiamente del orden de lo sexual» (43:2003).

Si bien estos delitos no son nuevos, se observa un recrudecimiento en las maneras de ser consumados, en un contexto de cambio de paradigma que cuestiona la asimetría de poder existente entre los géneros. Estas modificaciones en las maneras de relacionarse y en el accionar de las mujeres respecto de sus vidas y su sexualidad permiten sumar otra explicación a las violaciones como actos disciplinadores.

Luciana Peker cita a Florencia Alcaraz en «Putita Golosa»:

«Hay un neo machismo, un neo patriarcado que busca restablecer esos mandatos sociales de pasividad social que se espera de nosotras. Entre las pibas cuya autonomía pasa por el deseo, por disfrutar de sus propios cuerpos y estas masculinidades que no se repiensan, está la violencia machista en forma de venganza y ahí aparecen la violación cruenta y el femicidio con femicidios cada vez más crueles» (237:2018).

 

 


Fuentes consultadas:

Bibliografía de referencia:

  • Peker, Luciana (2018): “Putita Golosa”. Editorial: Galerna.
  • Segato, Rita Laura (2003): “Las Estructuras Elementales de la Violencia. Ensayos sobre género entre la antropología, el psicoanálisis y los Derechos Humanos”. Editorial: Prometeo – Universidad Nacional de Quilmes.
  • Segato, Rita Laura (2013): “La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez”. Editorial: Tinta Limón.

TripWoman: viajar solas, pero juntas

Dos viajeras españolas crearon una aplicación para que mujeres de todas partes del mundo puedan asesorarse y acompañarse mientras viajan en soledad. Responden al miedo con sororidad, para que desplegar las alas deje de ser un privilegio masculino.


¿Cómo funciona TripWoman?

28577314_414937582295207_6639699369502552315_nA las mujeres, la aventura de recorrer el mundo puede costarnos muy caro. Hacer dedo o no. Irnos de mochileras. Acampar. Compartir dormitorios con extraños. Son sueños y miedos que acumulamos. En la sociedad patriarcal que habitamos se nos enseña a no viajar solas y a que, si nos pasa algo, la culpa siempre es nuestra.

Marina Menegazzo y María José Coni pagaron con sus vidas el pecado de ser libres. Las turistas argentinas que vacacionaban en La Montañita (Ecuador) fueron secuestradas, violadas y asesinadas en el año 2016. El caso conmovió al mundo y, sin embargo, no faltaron dedos que señalaran a las víctimas como responsables de su suerte porque «viajaban solas», aunque eran dos. ¿Quién faltaba en la ecuación?  

Cansada de este tipo de noticias, la española Tania Picado, wanderlust desde los 18 años, decidió crear TripWoman, una aplicación que tiene la intención de convertirse en una red internacional de mujeres viajeras interconectadas. Así, quienes estén interesadas en conocer el mundo pueden ayudarse mutuamente, intercambiar consejos, datos de alojamiento y transporte, y generar alarmas en caso de peligro.

Solas y acompañadas

Basada en el concepto de sororidad, la aplicación se propone como «una barrera de protección femenina alrededor del mundo: mujeres que viajan o quieren viajar solas, mujeres que temen no hablar el idioma, mamás viajeras, etc…» (TripWoman). Entre sus características pueden mencionarse el registro por verificación, el intercambio de alojamiento, la comunidad de mujeres viajeras y el sistema de emergencia.

«La verdad es que no nos esperábamos la acogida que está teniendo, es sorprendente el crecimiento en tan corto tiempo. Hemos decidido seguir moldeándola a gusto de las usuarias, así que la app sufrirá mejoras constantemente para construir una herramienta funcional y segura de viaje para nuestras chicas», afirmó su fundadora en un intercambio exclusivo con Escritura Feminista.

 

¿Cómo funciona el botón de SOS?

Ante una situación de riesgo, cualquier usuaria de la aplicación puede apretar un botón para pedir ayuda. Automáticamente, su localización y su número de teléfono son enviados a varias usuarias que se encuentren en la zona y hablen el mismo idioma. Si ellas no pueden establecer contacto con la persona en peligro, avisarán a servicios de emergencia.

TripWoman está disponible para terminales con Android y iOS, y cuenta con más de 2000 descargas de todas partes del mundo en poco más de dos meses de funcionamiento. El próximo paso es expandirse a la comunidad anglosajona. La sororidad entre mujeres llegó para quedarse.

 


*Imágenes de TripWoman.

¿Existe la ideología de género? Aportes para debatir

Un movimiento que rechaza los avances en materia de derechos sexuales y reproductivos, educación sexual, matrimonio igualitario, adopción y reconocimiento de la identidad de género denuncia la expansión de lo que llaman «ideología de género». En este artículo proponemos analizar los alcances de este movimiento, sus orígenes y las posibles respuestas feministas.


La expansión del movimiento

En Perúlucharon para frenar la enseñanza de la educación sexual; en Chile y Méxicoun autobús naranja circuló por las calles con la consigna «Si eres mujer, seguirás siéndolo», que pretendía resignificar a Simone De Beauvoir. En Colombiacontribuyeron a impugnar el Acuerdo de Paz con las FARC porque «facilitaba el homosexualismo». En Brasilquemaron una efigie de Judith Butler y lograron el recorte de planes contra la homofobia en las escuelas.

La lista sigue: en Guatemala, promueven la iniciativa 52/57 que propone penalizar el aborto y establecer un régimen de conyugalidad heterosexual. En Españase movilizaron en 2005 contra el matrimonio igualitario. En Paraguaylograron que se revisara la perspectiva de género en las escuelas y en Bolivia, que la Corte Constitucional derogase la ley de identidad de género.

En Argentina, la cruzada fue primero contra la ley de matrimonio igualitario –cuya sanción significó una importante derrota– y hoy se movilizan contra la legalización del aborto y la implementación de la ley de ESI, aunque también piden la derogación de la ley de identidad de género.

Lejos de la improvisación o la mera denuncia virtual, estos grupos en permanente expansión en América Latina y Europa Occidental tienen influencia en las agendas políticas y han logrado muchos de sus objetivos, a la vez que obstaculizan el pleno ejercicio de los derechos humanos de las mujeres y disidencias sexuales, y se arrogan la potestad de educar a sus hijos según sus creencias, atropellando el rol del Estado.

¿Qué implica y cómo surge el término «ideología de género», acuñado en 1997 por la periodista católica conservadora Dale O’ Leary?

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El planteo anti «ideología de género».

Los orígenes

Transcurría el año 1994 cuando en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (El Cairo, Egipto) se utilizó el término «género» por primera vez, alertando a quienes rechazan la dimensión cultural que complementa a la biológica y escinde sexo de género.

Sin embargo, serían dos hitos posteriores los que darían lugar al surgimiento organizado de estos grupos y a la articulación de sus denuncias y estrategias de acción. El primero de ellos fue la IV Conferencia de la Mujer en Beijing (1995) que introdujo un llamado al desarrollo de políticas públicas con enfoque de género. A partir de este encuentro, se estableció que los problemas que sufren las mujeres son estructurales, es decir, dependen de cómo están organizadas las sociedades.

Además, se institucionalizó el concepto de género como «la forma en que todas las sociedades del mundo determinan las funciones, las actitudes, los valores y las relaciones que conciernen al hombre y a la mujer. Mientras el sexo hace referencia a los aspectos biológicos que se derivan de las diferencias sexuales, el género es una definición de las mujeres y los hombres construido culturalmente y con claras repercusiones políticas».

El segundo hito relevante para la configuración transnacional de este movimiento fue la Declaración de los Principios de Yogyakarta (2007)que estableció estándares legales para el reconocimiento de la identidad de género autopercibida.

A partir de entonces, agrupaciones religiosas –principalmente católicas y evangélicas– y sectores conservadores seculares comenzaron su cruzada moral en defensa de lo que consideran un «orden natural» amenazado por «la ideología de género».  En su época como cardenal, el ex Papa Benedicto XVI sentenció: «La ideología de género es la última rebelión de la criatura contra su condición de criatura».

En Argentina, las caras más conocidas son las de Agustín Laje y Nicolás Márquezquienes en el año 2016 publicaron «El libro negro de la nueva izquierda: ideología de género o subversión cultural». En él, tergiversan las diversas líneas de pensamiento feminista, trans y queer. El primero sostiene que «la ideología de género es un conjunto de ideas anticientíficas que con propósitos políticos autoritarios desarraigan a la sexualidad humana de su naturaleza y la explican monopólicamente por la cultura».

De acuerdo a Cornejo-Valle y Pichardo (2017), los trabajos producidos sobre ideología de género en distintas latitudes dan cuenta de características compartidas:

  • La coordinación entre organizaciones locales y movimientos internacionales de carácter conservador (seculares o religiosos);
  • El uso de «lenguaje hiperbólico» común que presenta los avances en equidad de género y diversidad sexual como catástrofes para la humanidad;
  • Las manifestaciones urbanas en varios países del mundo;
  • El uso de símbolos comunes, relacionados con la familia, la niñez y lo natural;
  • El recurso al miedo vía pánico moral para frenar cambios jurídicos y sociales propiciados por las luchas feministas y LGBTI; y
  • El uso de una retórica polarizada que determina posiciones y relaciones entre agentes antagonistas.

Además, hacen referencia a un supuesto escenario de complot internacional para acabar con la familia y promover la homosexualidad, niegan la existencia de la violencia de género y equiparan al feminismo con el machismo.

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¿Existe la ideología de género? Algunas respuestas feministas

La primera observación que surge de los argumentos de estos grupos conservadores es que pretenden imponer sus posiciones morales a toda la sociedad. El caso más claro es su postura ante el aborto: mientras ellos lo rechazan porque lo consideran un atentado a la vida, pretenden obligar a las personas gestantes a continuar con sus embarazos no deseados. Por el contrario, quienes promueven su legalización, no obligan a nadie a abortar.

Si continuamos el análisis, aparece el enfrentamiento entre lo «natural» y lo «cultural/social». En este caso, ambas posturas aparecen como irreconciliables. Desde la perspectiva de género hay lecturas que sostienen que no se discute la realidad de las diferencias sexuales, sino la legitimidad de los estereotipos construidos por la sociedad sobre esas diferencias (Maffía, 2003).

Lecturas como la propuesta por Diana Maffía argumentan que «el sexo anatómico mismo, y su presunta dicotomía, son producto de una lectura ideológica» (que disciplina a los cuerpos que no se adaptan a la lectura que se espera de ellos, como es el caso de las personas intersex). «La paradoja de la ambigüedad anatómica pone en cuestión que macho y hembra sean datos biológicos que fuerzan la cultura de dos géneros».

En un nivel de análisis aún más profundo, surge la necesidad de pensar en el concepto de «ideología». Desde los años setenta, las lecturas feministas de Louis Althusser sirvieron para comprender que el género, en tanto organización imaginaria de relaciones sociales entre los sexos, opera como una ideología. «El análisis del género como ideología otorgó rigor teórico a una comprensión de lo personal como efecto de una organización político-sexual» (LATFEM).

En este mismo sentido, el filósofo Darío Sztajnszrajber sostiene que no se puede no ser ideológico porque «uno siempre parte desde un lugar que supone una cuestión subjetiva y una intención de poder. Hay una decisión de ordenar de acuerdo a ese paradigma, consciente o inconscientemente».

Asimismo, la ecofemini(s)ta Danila Suárez Tomé afirma: «Lo que ellos no ven es que lo que llevan adelante, también es una ideología. O sea, un conjunto de representaciones del cual deriva un cierto programa social» (FILO). Vale decir que, si ambos posicionamientos son ideológicos, este argumento deja de ser válido para movilizarse en detrimento de la ampliación de derechos de las mujeres y disidencias sexuales.

¿Será ese «orden natural» a proteger tan frágil que requiere de una maquinaria falaz y violenta para sustentarlo?


Material consultado:

Lucía no se mató sola

Esta semana se conoció el fallo por el femicidio de Lucía Pérez y no hubo justicia. O sí, pero patriarcal y con el prefijo “IN” adelante. ¿Lucía se mató sola? ¿Quién la mató? ¿Qué pasa con las vidas apagadas de las pibas?


Un femicidio que sacudió al país

Corría octubre de 2016 cuando el brutal femicidio de Lucía Pérez llegó a las pantallas de la televisión y a todos los hogares argentinos. Los detalles del crimen provocaron náuseas, congoja e impotencia. A la parálisis inicial se la combatió con el Primer Paro de Mujeres, ese miércoles negro que llenó las calles de mujeres que lloraban a Lucía, junto a un cielo rabioso que hacía lo mismo.

Dos años después, la (in)justicia patriarcal la volvió a matar. Con este fallo no hizo más que dejar en evidencia el camino inmenso que falta recorrer para que las pibas no sigan faltando de sus casas y que, si lo hacen, los culpables paguen por el delito cometido.

El fallo de la vergüenza

El tribunal de Mar del Plata, integrado por los jueces Facundo Gómez Urso, Aldo Carnevale y Pablo Viñas condenó a Matías Farías (25) y Juan Pablo Offidani (43) a 8 años de prisión por el delito de «tenencia y comercialización de estupefacientes, agravado por su venta a una menor de edad y en jurisdicción de una escuela». Además, absolvieron a Alejandro Maciel (61), el tercer imputado.

Durante los alegatos, el fiscal Daniel Vicente había pedido prisión perpetua para Farías, por considerarlo autor de «abuso sexual con acceso carnal agravado en concurso ideal con femicidio, con el agravante del suministro de estupefacientes a una menor», y 18 años de cárcel para Offidani, considerado «partícipe necesario» del delito. Para Maciel, señalado como quien habría lavado el cuerpo de la menor, había pedido la libertad.

Por su parte, el abogado de la familia, Gustavo Marceillac, había pedido que los dos primeros imputados fueran condenados a cadena perpetua y Maciel a cuatro años y medio de prisión. Sostuvo en su alegato que se estaba ante un caso de «adultos que reclutaban menores en la puerta de una escuela para venderles droga y satisfacer sus necesidades sexuales».

En el mismo fallo, el tribunal pidió que se investigase a la primera fiscal de instrucción del caso, María Isabel Sánchez (apartada de la causa luego de decir en una conferencia de prensa que la joven había sido empalada). Los especialistas, descartaron que Lucía hubiera muerto víctima del reflejo vagal y consideraron que pudo haber muerto por asfixia tóxica, debido al consumo de cocaína.

El Instituto Nacional de la Mujeres (INAM) y la Defensoría del Pueblo de la Provincia rechazaron el fallo y anunciaron que acompañarán a la familia en la apelación.

Algunas consideraciones

En las últimas horas trascendieron algunos fragmentos de la sentencia, que no hacen más que profundizar la indignación.

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¿Qué tipo de consentimiento podía manifestar una joven de 16 años drogada por hombres muchos mayores que ella? ¿Ningún juez notó la asimetría de poder? Si hay facturas y Cindor, ¿no hay violación ni femicidio? ¿Incidente de salud? ¿Lucía se murió sola? ¿Las drogas que le vendieron adultos no tuvieron nada que ver? ¿Las relaciones sexuales pueden ser consentidas en esa situación de vulnerabilidad para la joven?

Estas son apenas las primeras preguntas que surgen a partir de la lectura de la sentencia (que puede leerse completa aquí), cuyas respuestas se resumen en una sola realidad: el machismo nos está asesinando y la justicia patriarcal le da la espalda a nuestros cadáveres.